Capitulo Dos

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El gran vestíbulo abría paso al tránsito de personas, era imposible no sentirse intimidada tanto de la arquitectura del lugar como de la gente.

Clarity Press News se caracterizaba por su precisión, tenia una fuerte fama por su ética inquebrantable. Era una empresa de periodismo solida, que a comparación de otras empresas, sin importar el peso controversial de las noticias se mantenía imparcial.

Eso me gustaba. Pero claro, al gobierno muchas veces no les venía bien, sin embargo habían crecido como espuma desde hace unos años, y el detalle mas importante, no habían hecho ninguna convocatoria abierta en los últimos cuatro años. Hasta que llegó esta oportunidad, en las que las probabilidades de obtener el puesto, sinceramente eran desconocidas para mi. No tenía idea.

Después de perderme un momento en mis pensamientos divisé a la chica de recepción y caminé hacia a ella. Pero entre la gente caminando en diferentes direcciones logré perder el paso y choqué levemente mi hombro con el de alguien más.
—Lo siento...— me disculpe inmediatamente,  ante la silueta de alguien alto y corpulento que simplemente siguió caminando, no se inmutó en detenerse, y alcancé a escuchar —Esto está de locos— se fue murmurando a paso firme.

No pude evitar arrugar mi cara en un mueca de disgusto. Pero intente ignorarlo y continúe mi camino hacia la recepción. Había una pequeña fila de unas cinco personas

—Buenos días, vengo por la entrevista de trabajo— me anuncié una vez estuve frente a la chica, que me sonrió casi mecánicamente. Si fuera ella, después de la quinta sonrisa fingida ya habría salido más como una mueca.
—Hola, dame tu nombre por favor— dijo sin despegar su mirada de la pantalla frente a ella. Manteniendo su tono cordial.
—Grace Bennett— respondí.

Luego de teclear mi nombre alzó la vista para decirme —Perfecto, puedes esperar en esta sala de acá a que te llamen— agradecí y me acerque a la sala. Estaba completamente repleta, e inevitablemente el miedo comenzó a inundarme de nuevo.

Como era posible que hubieran tantos aspirantes. Apenas logre tomar un asiento en esa sala de espera. Que cabe decir, no era para nada pequeña.

—¿Vienes también por el puesto de asistente?— una voz enérgica a mi lado cuestionó después de un par de minutos. Una chica bastante joven, pero no solo ella, si no otros dos par de ojos expectantes más allá que esperaban mi respuesta.

—No, no vengo por el puesto de asistente— respondí. Se miraron entre sí, y luego la chica volvió a dirigirse a mi —Entonces debe ser un puesto mayor, nosotros vinimos por el puesto de asistente— la verdad es que tenía el estómago revuelto de los nervios, no tenía muchas ganas de socializar en esa situación, pero hice un esfuerzo por darles una sonrisa y neutralizar mi voz.
—Les deseo suerte entonces— les dije, a lo que respondieron animosamente de la misma manera, y para mi suerte continuaron hablando entre ellos sin involucrarme en su conversación. Cosa que agradecí.

Reportando Otra Vez ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora