Ethan no está del todo dispuesto a darle la bienvenida a Grace, y eso ella lo nota, enfrentándose a la incómoda rivalidad que crece sin límite, o al menos así ella lo pensaba, hasta que se encuentra a si misma cayendo ante aquella personalidad fría...
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5
La sensación vacía una vez Ethan abandonó mi mano era odiosamente notable, como si la calidez que me brindara se diluyera gradualmente y mis manos sintieran nuevamente el frío del ambiente.
Tomé mi libreta. Ethan había encontrado lo que estábamos buscando. Nos habían traído el gran libro de archivos nacionales, lo teníamos a nuestra disposición pero no para lo que ellos pensaban.
En un tono bajo mi compañero repetía los puntos importantes mientras yo me apuraba a anotarlos.
De algún modo de verlo, éramos un equipo a pesar de todo.
Encontrar los datos no había sido tan complicado, estaban unas páginas más adelante de la información que Ethan había solicitado, Folio 65. Habíamos salido victoriosos de nuestra primera misión, y teníamos la pieza clave para continuar con lo demás.
No hubo ni una sola palabra de lo que habíamos tenido que hacer al salir de ahí, al fin y al cabo no había sido para tanto. Ethan seguía siendo Ethan. Y yo solo esperaba que algo así no se volviera a repetir.
De regreso a la Van caminamos en silencio. Había aprendido algo, y es que el solo hablaría lo necesario. Sin embargo había estado extrañamente de un humor menos pasivo que de costumbre. Y mis acciones impulsivas me llevaron a preguntarle
—¿Pasa algo?— pregunté antes de llegar a la camioneta. El había estado caminando a paso normal pero sus zancadas eran mas grandes que las mías así que había tenido que aumentar la velocidad de mis pasos para colocarme a su lado.
Me miro por un momento y luego sonrió. Pero no era una sonrisa normal y genuina. Era una de esas sonrisas sarcásticas que uno hace cuando piensa "¿En serio estas preguntando eso?"
—Que te hace pensar que te contaría si me pasa algo— dijo y tenía razón, yo no lo conocía. Sin embargo la empatía es algo que existe y que lamentablemente se hacía presente en mi.
—No lo sé, a veces hablar con un extraño resulta más liberador que hacerlo con alguien cercano— dije aún intentando salvar la conversación, aunque tenía la sensación de que me arrepentiría luego.
—Pero yo no hablo con nadie, eso no funciona— dijo mirándome fijamente mientras paramos nuestro paso para esperar en la esquina que debía recogernos la Van. —Que vas a saber tu— dijo mas como un murmuro para si mismo.
—No se que problema tienes conmigo— había demorado tanto en pronunciar aquella frase, yo no solía quedarme callada, sin embargo el no había hecho nada que me diera la oportunidad de reprocharle. Le miré fijamente mientras el miraba algún otra cosa hacia la calle.
