¿aquí se acaba todo?

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Nos separamos rápidamente cuando Rafa empezó a bajarse del coche, yo no sabía que decir, él sabía nuestra historia pero el caso era que se suponía que ya no había nada entre nosotros. No dijimos ninguno nada hasta que Rafa soltó un suspiro de resignación y nos empezó a soltar el sermón.
- Chicos... ¿qué hacéis? Pensar en Alex y Stefanni por dios que ellos no tienen la culpa.- se pasó la mano por la cara como si así se fuese a olvidar del tema- Es que joder Milu tu bueno... ya sabíamos que te ibas a emborrachar y que no controlas, pero Lucas hermano... Stefanni no se merece esto y menos siendo tú consciente.
- Tío no te metas en esto por favor, no lo entiendes, ¿no ves que no puedo olvidarle? Ella siempre fue especial joder... - y ese fue el momento en que empecé a llorar por culpa de las palabras de Lucas.
- Oye chicos... dejar ya el tema por favor, fue un error y ya está, no va a pasar más nada, ¿me puedes llevar a casa Rafa? - vi como se puso tenso y se acercó a abrazarme pero yo no quería su compasión, así que me aparté y fui directa al coche.
Me metí en la parte de atrás puesto que supuse que Lucas vendría con nosotros al haber quedado sin coche. A los dos minutos como no entraban me puse a jugar en el móvil, pero escuché como gente reñir, dejé el móvil de lado y miré por la ventanilla del coche. Mi sorpresa fue ver a Rafa gritando a Lucas mientras este último no dejaba de golpear la pared del pub, salí corriendo y tropecé con una piedra y me caí al suelo llamando la atención de los dos chicos, Lucas dejó de inmediato de golpear la pared y vino corriendo a levantarme del suelo. De sus nudillos corrían pequeños ríos de sangre y de sus ojos lágrimas saladas, me cogió en brazos y yo limpié su cara con mis dedos, con pequeños besos y suaves caricias en el pecho. Lo último que recuerdo es "¿aquí se acaba todo princesa? ".
Abrí los ojos y tras ver los rayos de sol lo primero que reconocí fue el olor a tostada recién hecha inundó mis fosas nasales, me levanté y fui al baño a darme una ducha con agua caliente para despejar las ideas que se me pasaban por la cabeza. Diez minutos después estaba ya sentada en la barra de la cocina al lado de Alex; no decía nada y eso me ponía nerviosa porque además no me dejaba de mirar, su mirada era profunda, triste, pero no transmitía sentimiento alguno, ni enfado ni rabia ni nada, solo un vacío inmenso.
- Alex amor, ¿qué te pasa? - me miró y empezó a sonreír con nostalgia.
- Milu... mi vida... - nunca le había visto tan pensativo, no me gustaba verle así... - hoy cuando te trajeron Lucas y Rafa venías dormida y no te enteraste ni siquiera de cuando te puse el pijama, no he podido dormir al verte tan...cambiada... hacía años que no te veía tan niña, tan pequeña, tan inocente... tenía miedo a perderte...fue el único momento en el que te veía a mi lado para toda la vida...
No sabía que decir a eso, me dejó con el corazón en la mano, miré de nuevo hacia mi plato y me quedé callada, presa del silencio instaurado en la habitación en la cual solo se sentían los ruidos producidos en mi cabeza por los pensamientos que no me dejaban reaccionar, abría la boca y la cerraba reiteradamente pero sin dejar salir el grito de rabia que yacía en mi interior por ser tan inútil de decirle a Alex que así iba a ser, que estaríamos juntos toda la vida.
Pasaron lo que para mi fueron siglos pero para el mundo apenas tres minutos y me decidí a hablar, a decirle al mejor chico que había conocido a lo largo de mi vida que solo iba a ser "suya" toda la vida, que nada nos separaría y nadie podría cambiar lo que eramos; pero cada palabra que salía de mi boca producía un pequeño dolor en lo más profundo de mi alma, y me hacía traer imágenes a mi mente de las cuales yo no era consciente que había presenciado la noche anterior...de Lucas abrazándome y dándome besos, de sus palabras, de esa...¿despedida?... "¿aquí se acaba todo princesa? ", solo recordaba esas palabras y ese tono, ¿me había quedado dormida o le habría contestado? No me atrevía a llamarle para preguntar, de pronto sentí los brazos de Alex rodear mi cuerpo y sus labios acariciar mis mejillas, intenté evadirme de esos recuerdos que no me dejaban de rondar por la cabeza y le di un beso con toda la ternura que era capaz de proporcionar en ese momento, él me correspondió el beso y empezó a acariciar mis piernas, yo no estaba de humor para seguir por ese camino, no después de empezar a recordar esas cosas, pero tampoco quería rechazarle de nuevo.

¿el amor o la razón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora