tomar decisiones

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Dos años atrás:

Sus manos recorrían mi pelo mientras yo lloraba, solo él era capaz de calmarme, pero también de perturbarme. No podía quitarme la culpa de ser tan feliz con él mientras que Alex se dejaba los cuernos en trabajar para darme lo mejor, pero es que no se daba cuenta de que tanto trabajo y tanta distancia hacía que mi corazón se enfriase y tuviese que buscar amor en otros...mejor dicho, en él. Lucas me daba lo que Alex ya no podía, me daba esa alegría, esa magia, esa forma de ver la vida. Tengo una doble vida como algunos dirían, otros dicen que...bueno no dicen nada porque no lo saben, y si lo supieran me dirían que porque no dejo a Alex para empezar a la luz con Lucas, y yo les diría que no puedo romperle el corazón a mi mejor amiga y a mi novio, porque ellos no se merecen eso, pero si sigo enamorándome día tras día de Lucas... ¿no tengo derecho a ser feliz? ¿no tengo derecho a que haya alguien que noche tras noche me haga sentir especial? Nosotros creemos que si, por eso ni él deja a Stefanni ni yo a Alex, porque somos dos parejas supuestamente enamoradas pero sin algo que nos una...al menos no de momento.

-Mili...no quiero que llores más princesa- esa voz que tanto me encanta estaba de nuevo haciendo mella en mi dolor- sé que es difícil pero es lo que nos queda si no les queremos hacer daño.

-Cielo sabes que no vamos a poder esconder esto cuando Alex vuelva, él no es tonto, puedo disimular ahora diciéndole que estoy mal por no verle, pero... ¿ cuándo vuelva? ¿Qué le voy a decir? ¿Qué estoy a escondidas con su mejor amigo y novio de mi mejor amiga?... dios santo... soy lo peor que existe- y vuelta al llanto tras haber conseguido que cesase un poco.

-No, no no y no, cuando vuelva encontraremos una solución mi vida, pero no te preocupes ahora por algo que aún no ha llegado, eres lo mejor del mundo, aunque lo que hacemos no es ético lo estamos haciendo por ellos cariño, sino les habríamos dejado con el corazón roto sin que nos hubiese importado - rozó sus labios con los míos y me perdí en ellos, eso era lo que me impedía dejar esto con él, era o el amor o la razón.

Nos levantamos y fuimos a preparar la cena, hoy le tocaba cocinar a él, y es que llevábamos unos horarios de pareja normal y no de dos amantes enamorados.

- Te apetece un poco de ensalada milu? - siempre tan atento...- puedo hacer otra cosa si dese...

- No cariño, está genial una ensalada- no sé qué me pasaba pero algo en mi estaba cambiando; y en ese momento comenzó a sonar su móvil.- cielo te están llamando, lo cojo?

- No hace falta, pueden esperar princesa, mi tiempo es solo tuyo.

Seguía sin saber el que pero yo notaba que algo malo iba a pasar, sin embargo yo quería rehusar a la idea de que a su lado algo saldría mal. No podía dejar de mirarle, sus labios rosados como un hermoso atardecer, sus manos robustas, firmes y delineantes, esa manos que me hacían llegar al cielo cuando se lo proponían o que me hacían pisar la tierra cuando yo no quería... que bonito era poder deleitar mi vista con el cuerpo escultural de mi propio adonis, era lo mejor que me había pasado, era tan maduro y a la vez tan infantil con sus recién cumplidos 27 años, no quería que se fuese de mi vida jamás. Yo era consciente de que esto no podía seguir así durante mucho tiempo, pero tampoco quería que se terminase por mucho que la vida quisiera, y es que eran ganas de tocar las narices que yo este enamorada del mejor amigo de mi novio y el de la mejor amiga de su novia.

Actualmente:

- ¿qué te apetece desayunar cariño? - Alex siempre tan dulce y pendiente de mi, se merece que le sea fiel y esté con él toda la vida, todo lo hace por mi bien.

- Lo que tú prefieras estará bien mi cielo- y es que ayer removió cosas en mi interior, me hizo sentir lo que éramos al principio: una pareja feliz y enamorada.

¿el amor o la razón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora