Tinta e Intriga - Eruri

Dos

A la mañana siguiente, Levi despertó a Erwin cuando empezó a prepararse para el día, así que Erwin se vistió y se despidió de Levi, preguntándose en silencio por su futuro mientras caminaba hacia su casa. Comenzaba el calor del día, ese calor temprano en el que el sol despertaba y era cegador y fresco, la humedad se colaba lentamente en el aire. Era el ambiente de las vacaciones pasadas en la playa o junto a la piscina, luminoso y de posibilidades infinitas.

En cuanto Erwin llegó a casa, encendió todos los ventiladores y abrió las ventanas, ya que no tenía aire acondicionado. Estar ayer con Levi le había inspirado; llevaba tiempo pensando en hacerse un tatuaje, y ver todo lo bonito que Levi tenía a la vista le animó. ¿Por qué seguir dudando? El arte en el cuerpo era llamativo, y Erwin quería tener el suyo propio.

Era una gran ventaja que la ciudad tuviera tantos salones, así que Erwin miró reseñas y valoraciones, y decidió ir a uno no demasiado desesperadamente lejos llamado "Wing's Parlour and Piercing". No se fijó en los artistas ni en el arte de la página web porque prefería hacerse una idea física del lugar. La mayoría de los salones tenían varios artistas, así que pensó que al menos uno de ellos tenía que ser el adecuado para él, aunque todavía no sabía exactamente lo que quería. Y, si no encontraba al artista adecuado, siempre podía ir a otro salón, por supuesto.

Después de comer, Erwin emprendió el viaje, las estaciones húmedas y llenas de calor corporal. Erwin se vistió con pantalones cortos y un chaleco verde para asegurarse de que el calor pudiera salir de su cuerpo. También llevaba gafas de sol porque, en la superficie, el sol era cegador.

Siguiendo las indicaciones de su teléfono, encontró el local y entró, colocándose las gafas de sol en la cabeza. El interior era bastante oscuro, con una combinación de colores negro y rojo para mantener la elegancia. Había un escritorio delante de una entrada que conducía a una zona oculta. Junto a un sofá vacío, había una vitrina llena de premios. En las paredes había obras de arte, imágenes de tatuajes y grabados intrincados.

El timbre había sonado cuando Erwin entró, así que se quedó un momento admirando las obras de arte antes de que sonaran unos pasos. Nada menos que Levi apareció por detrás del tabique, y se quedó completamente quieto al ver a Erwin. Luego, al cabo de un rato, se acercó al escritorio donde esperaba Erwin.

Al acercarse, dijo: "Ya veo; no vas a llevar mi piel, pero al parecer vas a acecharme en su lugar".

"No me había dado cuenta de que éste era tu salón".

"Mhm. Bueno, no te voy a hacer un descuento sólo porque seas guapo", bromeó Levi.

"Me lo tomaré como un cumplido".

Levi se rió y luego preguntó: "¿Era a mí a quien querías ver o a otra persona?".

"Bueno, en realidad no estoy seguro".

Levi asintió. "Te daré nuestros portafolios y podrás echarles un vistazo".

Levi cogió algunos libros del escritorio, se los pasó a Erwin y le dijo que tomara asiento, cosa que Erwin hizo. Al sentarse, vio que los libros se titulaban: "El arte de Levi", "El fantástico trabajo de Farlan", "El portafolio más maravilloso de Isabel" y "Portafolio del aprendiz Eren". Empezó por el de Levi.

"¿Quieres tomar algo?" Levi preguntó.

"Un café estaría bien".

"Claro. Creo que, si me esfuerzo mucho, podría recordar cómo lo tomas".

Erwin se echó a reír y empezó a hojear.

En la carpeta había una colección de tatuajes que Levi se había hecho, y había mucha variedad. Había muchos patrones a gran escala, coloreados y bastante magníficos. Había montañas, jaurías de perros, una colección de personajes de animación de lo que Erwin reconoció vagamente como Studio Ghibli, retratos increíbles, tanto sombreados como coloreados. Había mangas de dioses egipcios, un bosque serpenteando por la pierna de alguien y todo un safari sobre la espalda de otro.