Tinta e Intriga - Eruri

Tres

A la mañana siguiente, Erwin se levantó y tuvo que prepararse para el trabajo. Levi dijo que trabajaría en su tatuaje, pero Erwin le dijo que no tuviera prisa.

Durante las dos semanas siguientes, Levi le enviaba bocetos parciales u otras imágenes que podía incorporar para que Erwin los aprobara. Sólo pudieron verse dos veces más, ya que eran adultos ocupados y trabajadores. Cuando se veían, tenían relaciones sexuales porque también eran adultos cachondos y se sentían profundamente atraídos el uno por el otro.

Una vez que Levi hubo terminado de crear la imagen, dijo que le gustaba mostrar los diseños finales en persona si era posible, así que Erwin dijo que se pasaría por la tienda después del trabajo, ya que terminaba temprano. Todavía no le había dicho a nadie en el trabajo que se iba a hacer un tatuaje, no estaba del todo seguro de cuál era su opinión al respecto. Además, era algo personal y, aunque se llevaba muy bien con sus compañeros y tenía una buena relación con un par de ellos, quería esperar antes de decírselo a nadie.

Después del trabajo, Erwin cogió el metro y se dirigió a la tienda. Era un trayecto muy diferente, pero después de haber viajado en metro una vez, todo era muy poco.

Otra ola de calor de finales de verano llegaba por fin a su lento final, y hacía un fresco agradable en la tienda cuando Erwin entró, vestido con un jersey blanco fino de manga larga y unos vaqueros azules.

Erwin no esperaba que hubiera nadie atendiendo el mostrador cuando entró, pero había un joven de ojos saltones escribiendo algo en un cuaderno, girando de un lado a otro en el taburete mientras se mordía el labio. Levantó la vista cuando entró Erwin y le sonrió, y Erwin supuso que se trataba del aprendiz, Eren. Tenía piercings en los lóbulos y vestía una camiseta que mostraba unos brazos ligeramente decorados, con mucho espacio libre aún para futuros diseños. Incluso tenía una imagen de un gato, rodeando su garganta, que era bastante dulce.

"¡Hola!", saludó, con toda su atención puesta ahora en Erwin. "¿Puedo ayudarle?"

"Vengo a ver a Levi", dijo Erwin.

Asintió con la cabeza. "¡Voy a buscarlo! Espera aquí". Pronunció cada palabra con mucho vigor, y saltó del taburete que giraba en su ausencia, y corrió detrás del tabique.

Erwin estuvo solo un par de minutos antes de que tanto Eren como Levi aparecieran por la esquina. Los tacos de Levi eran de un precioso azul eléctrico y llevaba una camisa abotonada lo bastante desabrochada como para mostrar parte de su pálido pecho y la mayor parte de la clavícula. Era una criatura encantadora.

"Hola", dijo Levi. "Probablemente pase otra hora hasta que pueda estar contigo, pero si te doy los bocetos, puedes echarles un vistazo, comer algo hasta que termine, o lo que sea".

Erwin aceptó y Levi le entregó dos imágenes terminadas, una en color y otra en blanco y negro. Eren volvió a ocuparse del escritorio mientras Levi le decía a Erwin que les echara un vistazo y viera si le gustaban, y luego volvió al trabajo. Erwin tomó asiento y colocó las dos imágenes sobre la mesa.

Ambas eran impresionantes. En el centro, una montaña que atraía la mirada. En el fondo había cadenas montañosas más pequeñas, y el lago se encontraba en la base de la montaña, reflejándose en ella. Árboles y hierba alrededor, arbustos y flores se acumulaban en una imagen tranquila y sorprendente.

La versión en blanco y negro era notable, Levi sabía claramente lo que hacía. Al principio, Erwin siempre había pensado que lo quería sombreado. Sería más rápido y representaría la misma imagen, el mismo sentimiento.

Pero la versión coloreada tenía algo tan sereno y extraordinario. El cielo también estaba coloreado aquí, el lago reflejaba el cielo y la montaña, incluso el sol, ese orbe anaranjado, tentador. Los árboles, las flores, la vegetación eran demasiado llamativos, y Erwin pensó que debía colorearlos. Sabía que era lo que quería llevar siempre en su cuerpo. Una versión en blanco y negro le serviría, pero la oportunidad de tener una pieza de Ackerman impresionante, personal, realista y coloreada, no era algo que pudiera dejar pasar.