07

309 34 0
                                    

--Rocadragón ha caído. –les dijo su Maestro de Espías. –Lord Corlys Velaryon y su esposa, Rhaenys Velaryon, yacen muertos, Daemon Targaryen fue derrotado y lisiado en el campo de batalla, al igual que el príncipe Jacaerys Velaryon y su madre, Rhaenyra Targaryen. Los dragones Syrax, Vermax, Caraxes y Meleys están muertos.

Todos los reunidos allí quedaron en silencio, atónitos. Estaban en guerra, pero escuchar que su enemigo había sido derrotado de tal manera ...aplastante, no les daba consuelo. Aegon, en cambio sonrió, complacido.

--Yo digo, buen viaje. –dijo—Nuestros enemigos han sido derrotados y no tuvimos que hacer nada. Aunque debo admitir que deseaba derrotar a Daemon yo mismo.

Es verdad, Aegon se sintió frustrado, quería venganza, retribución por el asesinado tan cruel de su primogénito. Otto Hightower, la actual mano del rey no parecía tan complacido.

--Su gracia, le recuerdo que a pesar de que el bando de su hermana no tenía los mismos números que nosotros en cuanto a hombres de armas, ellos tenían una ventaja, Dragones. Su tío, Hadryon Waters, si los reportes son ciertos, solo fue a la batalla con dos dragones y su flota.

--Uno de esos dragones era Balerion y el otro Silverwing, que según escuche, tiene el mismo tamaño que Vhagar. –acoto Lord Lannister.

--Yo puedo corroborar dicha información. Pueden que fueran dos dragones y que Rhaenyra tuviera a su disposición el doble, pero esas bestias eran más que suficientes para neutralizarlos. —Aemond quien había escuchado en silencio, hablo por primera vez.

--¿Quién asegura que el rey bastardo no apunte ahora hacia nosotros su ira? –dijo Lord Strong, quien se sentaba cómodo en su silla.

--Debemos hacer la paz con ellos—dijo la reina madre, Alicent. –El rey Hadryon no tiene motivos para enfrentarse a nosotros.

--Tal vez. –Otto replico--Pero quien nos asegura que sus hijos, hijas o nietos no decidan que ellos merecen el Trono de Hierro. Debemos solucionar ese problema ahora. –Otto miro a su nieto y rey—Tu padre, el rey Viserys, cometió un error al dejarlos ser, permitió que el poder de la casa Targaryen cayera en manos ajenas a la Casa Targaryen. Debes corregir su error.

Aegon se burló de eso.

--¿Cómo pretendes que lo haga? ¿No has escuchado las noticias? —espeto—Mi tío nunca ha perdido una batalla. ¿En verdad quieres que me enfrente a él?

--Tienes a los ejércitos del Dominio, las Tierras del Oeste y de las Tormentas a tu disposición. Con la caída de Rhaenyra podríamos también traer al redil al Valle y a las Tierras de los Ríos.

--No, no iré a la guerra contra mi tío antes de hablar con él. Enviémosle una invitación. Pídele que venga a Desembarco del rey. Podemos resolver esto sin más derramamiento de sangre.

Otto solo se inclinó.

--Como usted diga, Su Gracia...--dijo, aunque parecía inconforme.

Entonces, tocaron a la puerta, un guardia real entro al salón de consejo y se acercó al rey y le susurro algo al oído. Una expresión de preocupación apareció en el rostro del rey quien se levantó abruptamente de su asiento.

--Me temo, mis señores, que ha surgido un inconveniente que debo atender de manera urgente. Nos reuniremos más tarde.

Con eso dicho, escoltado por dos guardias reales, el rey salió de la habitación.

Alicent se apresuró a seguir a su hijo, los demás miembros del consejo miraron extrañados la salida tan repentina del rey-

Más tarde se enterarían que la Reina Helaena Targaryen junto su hija e hijo, habían desaparecido de la Fortaleza Roja.

InevitabilityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora