Human ➖boku no hero academia

X. Hora de Entrenar.

 Human

✨Hora de Entrenar

📍Academia U.A.

Se sentía perdido. Como si estuviera flotando en el vacío, rodeado de oscuridad. No... no sabía qué hacer, con quién hablar, qué decir. Siempre se sintió un perdedor, pero en este momento lo siente con mayor magnitud.

Su mirada perdida en la palma de sus manos, su cuerpo postrado en su cama sin ápice de levantarse. Le aterraba tomar una decisión y ver la reacción de su familia o equivocarse y luego arrepentirse.

―¡Tadao, se hace tarde! ―repetidos golpes se escuchan en la puerta de su habitación, pero él no reacciona. Su madre, al no recibir respuesta, abrió la puerta, encontrándolo sentado en su cama―. Cariño, ¿todo bien?

Se acerca cuidadosamente, sentándose a su lado mientras deja pequeñas caricias en el cabello rubio que heredó de su padre. Estaba preocupada, desde hace un par de días que actuaba distinto, su hijo no era de actuar tan decaído, siempre era alegre y extrovertido, a veces demasiado para su propio gusto, pero lo amaba tal cual era. Verlo así destrozaba su corazón más por no saber la razón.

―¿Pasó algo en la Academia? ¿Quieres hablar de eso?

El ojiazul tragó en seco, negando con la cabeza y soltando un suave suspiro para levantar su cabeza y mirar los ojos morados de su madre.

―Okāsan, ¿crees que soy valiente?

―¡Claro que sí! ―rodeó su cuerpo con sus brazos dejando recostada su cabeza sobre su pecho como cuando era más chico―. Lo heredaste de mí, de eso no hay duda. Cariño, eres muy valiente. No se que sucede contigo y está bien si no estás preparado para hablar, pero debes saber que mamá siempre estará aquí para ayudarte cuando lo necesites.

Cierra sus ojos, sintiendo el calor de su madre, permitiéndose un momento de paz y tranquilidad, ahuyentando todos sus pensamientos revoltosos y negativos.

―¿Abrazo sin papá? Que traición.

―¡Otōsan! ―el menor se aleja rápidamente de su madre, viendo con sorpresa a su padre―. ¿Sigues en casa?

―Si, me faltó despedirme de tí. ¿Todo en orden? ―pregunta, viendo de su hijo a su esposa con cierta confusión.

Antes de que su madre responda algo, Tadao alzó la voz, corriendo a su escritorio para tomar su chaqueta y mochila.

―¡Todo bien, llegaré tarde a clases! ¡Nos vemos, los amo!

Sale disparado de su cuarto luego de besar las mejillas de sus padres, dejándolos congelados en su sitio.

―Iba a preguntarle si quería que lo llevase ―susurró el rubio, ladeando su cabeza.

Azumi suspira negando con la cabeza, su esposo e hijo no podrían ser tan parecidos. Con calma, se levanta de la cama y se acerca al rubio, preocupada.

―Hiroshi, algo le sucede a Tadao.

―¿De qué hablas?

―No me quiso decir qué, pero conozco a mi hijo, algo está pasando.

El científico ve la puerta en donde salió su hijo mayor, su ceño se frunce.

―Mmm, yo me encargo ―para tranquilizar a la mujer la mira con una sonrisa dulce―. No te preocupes, ¡lo ayudaré, de veras!

La mujer hace una mueca, temiendo el resultado porque si los dos hombres en su vida por separado son revoltosos, juntos... son un caos.

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