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Otro día. El día anterior se había quedado encerrado en la habitación sin salir de ella en ningún momento. Ni siquiera salió para comer. Pero ahora ese no era un tema importante para él. Aún seguía enfadado con sus padres. Ya había hecho todo para que no le llevaran a un psicólogo durante años. Aún así no lo escuchaban. Ellos hacían todo lo posible para que fuera. Tuvo que buscarse muchas excusas para no ir allí. Lo malo era que esta vez no podía librarse de eso. No está vez.

Ahora mismo se encontraba en una habitación esperado al psicólogo. Su madre ya tenía un as bajo la manga. Lo había metido en el coche cuando esté estaba durmiendo. De repente, su móvil sonó. Era Wei Wuxian. Así que lo cogió.

- ¿Qué quieres ahora Wei Wuxian? Ahora no estoy de buen humor. Y te aseguro que si me haces perder el tiempo, te arrepentirás. - ahora mismo no se encontraba de muy buen humor. Y menos con todo lo que le acaba de pasar.

- ¡¿Dónde estás, Cheng-Cheng!? ¡¿Sabes lo mucho que nos tienes preocupados a mi y a Shijie cuando nos enteramos de que no estabas en tu cuarto!? ¡Casi me moría del susto! ¡Pensé que te podrías haber secuestrado un gran grupo de matones! Digo un gran grupo porque se que eres capaz de librarte de un grupito sin esfuerzo. ¡¿Pero donde estas!? ¡Cuando volverás a casa!? - se notaba algo de preocupación en su voz. No pensó que se preocuparía tanto si no lo llamaba cuando estaba "desaparecido".

- No te preocupes, Wei Wuxian. Solo que me llevaron al infierno sin mi consentimiento.

- ¡¿Que acabas de decir!? ¡¿Donde mierda estas!? ¡¿Sabes quien te llevo a donde sea que estes ahora!?

- Estoy a punto de charlar con un psicólogo. Y fue madre quien me llevo aquí cuando está a durmiendo. No pensé que fuera capaz de hacer una locura como la que acaba de hacer. Diría que se volvió paranoica o algo parecido. No puede ni siquiera hacerme solo un favor. Es demasiado. - de repente, la puerta de la habitación en la que se encontraba sonó para luego aparecer un hombre alto y de facciones perfectas - Ya voy a colgar, Wei Wuxian. Acaba de llegar el mismísimo satanas en persona.

- ¡¿QUÉ!? - eso fue lo último que escuchó de su hermano mayor antes de colgarle. Era mejor no seguir escuchando los escandalosos gritos del Wei. 

Después de colgar, el hombre que acababa de pasar se sentó en la silla que estaba en frente de Jiang Wanyin.

- Me llamo Lan Xichen, y usted debe de ser Jiang Wanyin, ¿cierto? - solo recibió un pequeño asentimiento de este - Bien. ¿Me podría contar por qué decidió empezar terapia?

- Sí le digo la verdad, señor Lan, yo no quise hacer esto. Fui obligado a venir aquí. Ayer por la noche, cuando dormía, mi madre me puso en el auto antes de que despertara para poder llevarme aquí. - cuando el otro escuchó esas palabras, ya supo que no sería un paciente tan fácil de lidiar como con los anteriores que tuvo.

- Bueno, joven Jiang. ¿Me podría explicar la razón por la que no quería ir a terapia? Es que su madre no me pudo contar la razón por la que no querías ir.

- Esa es una muy buena pregunta. Y también es una pregunta que mis padres nunca me pudieron hacer. Usted es la primera persona en hacérmela. Respondiendo a tu pregunta... creo que la razón es porque no quiero ayuda de alguien que ni mierda conozco. Puede que antes hubiera aceptado su ayuda, pero con el tiempo la gente cambia. Nuestros pensamientos cambian. 

- ¿Y que es lo que cambio?

- No se como explicarlo...la verdad es que todo esto cambió justo cuando me enteré de ciertas cosas de las que ahora me alegro saber. Como por ejemplo, me enteré de que mi madre siempre quiso que fuera mejor que mi hermano adoptivo solo porque es el hijo de una mujer a quien le tiene rencor. Otro ejemplo sería de cómo descubrí que mi padre le prestara más atención a mi hermano solo porque fue el hijo de la mujer a quien amo verdaderamente. ¿Acaso mi madre no le contó algo tan importante como eso?

Nuestra Flor de LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora