- A-Xuan, ¿no sientes como si algo malo fuera a ocurrir? - preguntó su esposa.
- ¿Por qué lo dices, A-Li? - contestó con una pregunta el pavo real.
- Es que antes de venir aquí, A-Xian sentía que algo no estaba bien. - respondió Jiang Yanli.
- No te preocupes por ello. Estabais en el psicólogo. No es posible que pueda suceder algo malo, además, ¿que es lo peor que les podría ocurrir?
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- ¡Hablad ya! - gritó Jiang Cheng.
- Mi querido hermanito, sabes que me preocupo muchísimo, pero que muchísimo por ti mi amado hermano, mi estimado hermano, mi adorado Cheng-Cheng, la luz que necesito en la noche, el camino que necesito para que me guíes, la Luna de mi no-
- ¡Deja de decir estupideces de una vez, Wei Wuxian! ¡Os doy tres segundos para que habléis antes de que os rompa las piernas!
- ¡Jiang-Xiong! ¡No seas tan cruel con nosotros! ¡Al menos déjame ir a mi y rómpele no solo las piernas, sino que también los brazos a Wei-Xiong! ¡Además, todo fue culpa suya! ¡No mía, Jiang-Xiong! ¡Yo soy inocente! ¡Realmente lo soy! - exclamó Nie Huaisang.
- ¡¿Qué!? ¡Mejor que te las rompa a ti! ¡Yo soy demasiado valioso como para no poder andar o utilizar mis brazos! - se protegió Wei Ying.
- ¡TRES!
- ¡No empieces a contar ya, Cheng-Cheng! ¡Y no cuentes hasta tres! ¡Cuenta hasta que hayan pasado cincuenta años! - lloriqueó Wei Wuxian.
- ¡DOS!
- ¡Cuenta más lento, Jiang-Xiong!
- ¡UNO!
En el momento en el que acabo de contar, un bate que salió de la nada ya estaba posada en sus manos dejando que esos dos hombres sintieran que la luz se acercaba más a ellos.
- ¿Qué está ocurriendo aquí? - dijo de repente una voz de una mujer.
Al escuchar esa voz, todos voltearon para ver de quien se trataba. Y todos, excepto Lan Xichen ya que este no sabía quién era se sorprendieron.
Era Wen Qing.
- ¿Wen Qing? ¿Qué haces tú por aquí? - interrogó Jiang Cheng un tanto molesto de que alguien haya interrumpido sus intento de asesinato.
- ¿Tu qué crees? Vuestra hermana mayor estaba un poco preocupada por lo que dijo Wei Wuxian cuando estaba aquí. Así que me llamó para ver que no sucediera nada grave. Ya ya veo que hice bien en venir, ya que ese bate que tienes en las manos ya me dice que si no hubiera venido, dos personas ya estarían muertas. - respondió la Wen.
- Por desgracia aún no lo están. Si hubieras llegado un poco más tarde ya estaría de mejor humor. - habló el Jiang.
Y antes de que pudiera seguir hablando, dos bebés llorones se acercaron para abrazar a la Wen.
- ¡Eres nuestra salvadora, Wen Qing! Aunque me hubiera gustado que hubieras llegado antes para no sentir como una luz me llevaba al cielo. - sollozó Wei Ying.
- A mi no me reclames. Mejor no haber hecho nada para estallar la ira de tu hermano. Y te advierto que a la próxima, no te volveré a salvar tu maldito pellejo. - regañó la mujer.
- Wen Qing, ya que estás aquí, ¿podrías hacerme un favo y sacar a estos dos mientras sigo mi conversación con Lan Xichen? - pidió el Jiang.
- Bien. - dicho eso, agarró a Wei Wuxian y a Nie Huaisang de las orejas mientras estos se quejaban de dolor.
Después de que la mujer se los llevara, intentó cerrar la puerta lo mejor que podía. Ya que como estaba un poco rota por dos idiotas, era normal de que no se cerrara del todo.
- ¿Quiere tomar un poco de té para calmar sus nervios, joven Jiang? - ofreció Lan Xichen.
- No, no hace falta. Quiero acabar con esto rápido. Así que dígame que es lo que podemos hacer para solucionar mi problema. Usted dijo que sabía qué hacer antes de que nos interrumpieran la charla. - dijo Jiang Wanyin mientras se sentaba en una silla.
- Bueno, mi familia siempre ha tenido la creencia de que las reencarnaciones pueden ocurrir aunque parezca mentira. Y en una biblioteca que tenemos, podríamos investigar para encontrar lo que le suceder. - contestó el Lan.
- ¿Enserio? Pues aquí tiene mi número. - dijo Jiang Cheng emocionado mientras le deba un papelito - Llámeme y quedamos un día para ir a esa biblioteca.
- Bien. Nos vemos, Joven Jiang. - se despidió Xichen.
- Hágame un favor. No me llame Joven Jiang no me gusta que me llamen así. Es demasiado formal. Mejor llámeme Wanyin o simplemente Jiang Cheng. Ahora si. Adiós, Lan Xichen.
- Adiós, Wanyin.
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Nuestra Flor de Loto
RomanceUna flor de loto. Una flor de la reencarnación. Dos vidas que vuelven de la muerte.