- ¿Me podría decir los problemas que tiene? - preguntó Lan Xichen.
El otro solo se quedó callado para pensar en cómo empezar a contarle sobre el tema. Había momentos en los que habría la boca para después volver a cerrarla. Temía que le volvieran a decir lo mismo.
- Cuando duermo, suelo tener unos sueños.... De pequeño siempre me decían que era normal y pensaban que era porque era un niño. - respondió finalmente.
- ¿Y me podría decir que sucede en el sueño?
- Hasta hace poco, siempre soñaba con la misma escena una y otra vez. Siempre aparecía un hombre que me hablaba, y sentía como ambos nos conocíamos... - habló Jiang Wanyin.
- ¿A que te refieres con hace poco? - interrogó el Lan.
- Aquel día me estaba bañando y me dormí. Estaba en otra escena, hablaba con el mismo hombre hasta que de repente unas personas nos encontraron. También aquella vez que me llevo al hospital, en ese entonces soñé con el mismo hombre y pensábamos en una manera de resolver unos problemas. - dijo mientras recordaba cómo su hermano le tiró un balde de agua bien fría y como se desmayó en la primera cita con el Lan.
- Joven Jiang, ¿me podría decir que aspecto tiene aquel hombre que siempre aparece en sus sueños?
- No lo sé. Siempre lo veo con el rostro borroso. Algo me impide ver cómo es. Solo se que en el sueño lo llamaba A-Huan o Lan Huan. - antes de que Jiang Cheng pudiera decir alguna palabra más, las manos de Lan Xichen lo agarraron de los hombros.
- ¡¿Co-cómo has dicho que se llamaba!? ¡¿Está usted seguro que ese era el nombre!? - gritó Xichen mientras hacía un poco más de fuerza a su agarre, pero no al punto de herirlo.
Jiang Cheng solo se zafó del agarre de este y frunció el ceño.
- ¿Hay algún problema con el nombre que acabo de mencionar para que reaccione así, señor Lan? - preguntó Jiang Wanyin.
- Lo siento por mi actitud tan repentina, pero el problema es que ese es mi nombre. Se supone las únicas personas que lo saben son mi familia. Mientras que Lan Xichen es mi nombre de cortesía como el de Jiang Wanyin. - argumentó el otro un poco más calmado.
El Jiang no sabía que responder ante la respuesta de su psicólogo. Lo que sabía era que este tenia alguna relación con sus sueños.
.
.
.
- Shijie, Nie-Xiong, ¿creeis que algo habrá ocurrido? - preguntó Wei Ying un poco preocupado.
- A-Xian, no te preocupes. No creo que nada malo vaya a pasar. Ahora tengo que volver, tengo una cena con A-Jue. - habló Jiang Yanli - No te preocupes por lo que le pueda suceder a A-Cheng. Seguro que estará bien. - concluyó mientras desaparecía de la vista de los dos individuos.
- Tu hermana tiene razón, Wei-Xiong. Además, ¿de que te preocupas? Solo están hablando. ¿Que podría salir mal? - dijo Nie Huaisang.
- Nie-Xiong, ¿acaso no te enteras?
- ¿Enterarme de qué?
- Aquel tal Lan Xichen está con Jiang Cheng. A solas. - el otro solo puso cara de no entender lo que sucedía - Me refiero a que no me estoy preocupando por lo que le puede pasar al Lan, me preocupo por lo que le pueda pasar al psicólogo.
Después de que Wei Wuxian dijera todas esas palabras, su amigo ya se enteró del verdadero problema. Jiang Wanyin es un hombre muy aterrador. Y más cuando le colman la poca paciencia que tiene.
Los dos amigos se miraron un segundo para saber en lo que pensaban...
¡HAY QUE SALVAR AL LAN DE JIANG CHENG!
Sus miradas se dirigieron a la puerta donde se encontraban esas dos personas. Y como que ya sabían que hacer. Ambos empezaron a correr mientras rezaban que Lan Xichen siguiera con vida.
.
.
.
- ¿Y tú no has tenido algún sueño como los míos? - preguntó de repente Jiang Cheng.
- No que yo sepa. Pero...
- ¿Pero qué?
- Creo que ya sé cómo averiguar un poco de esta situación.- respondió el otro.
- ¡¿A sí!? ¡¿Y cuál es!?
Justo en el momento en el que Lan Xichen iba a responder a su paciente, la puerta se habría de una patada bien fuerte que la destrozó un poco. En ella aparecieron Wei Wuxian y Nie Huaisang. Y antes de que Jiang Cheng pudiera decir algo sobre la aparición, aquellos dos se acercaron rápidamente al Lan.
- ¿Ves alguna herida, Huaisang?
- No, no veo que tenga algo. ¿Y tú, Wei-Xiong? ¿Ves algo?
- No, todo esta perfectamente impecable. No se ve ni un pequeño problema. - habló Wei Ying.
Pero antes de que pudieran seguir hablando, sintieron como una sensación. Una que no les daba buena espina. Ambos dirigieron sus ojos hacia lo que les daba mala vibra. Y divisaron a Jiang Cheng con una mirada asesina dirigida a ellos.
- ¡Os doy unos segundos para que alguien me diga la razón por la que nos habéis interrumpido dando una patada a la puerta que pagareis vosotros por haberla destrozado! - gruñó Jiang a Cheng.
- Mi querido hermanito, mi amado hermanito, el niñito de mi corazón, mi-
- ¡Déjate de estupideces y ve al grano si no quieres que te rompa las piernas, Wei Wuxian! ¡Y lo mismo te digo, Nie Huaisang! - volvió a gritar Jiang Cheng.
- Yo no sé nada, realmente no sé nada. Y ahora me tengo que ir para estudiar un examen que tengo el lunes de la próxima semana para que mi hermano no me castigue. - dicho eso, se dirigió a la puerta, pero antes de que pudiera salir corriendo, Jiang Wanyin se puso enfrente de la puerta para que nadie saliera.
- Mi querido Huaisang, no dejaré que nadie salga por esta puerta hasta que ninguno de los me diga la razón por la que habéis hecho todo este escándalo. ¡Y os advierto que si ni tú ni Wei Wuxian me lo dice estáis muertos! ¡También sé que no vas a estudiar para un examen ya que nunca lo haces!
Esta vez ambos estaban temblando de miedo. No sabía que hacer para salir vivos de esta.
- Joven Jiang, sería mejor que se tranquilizase. Y si quiere, le traigo un té para que se calme mientras vamos a otra habitación mientras seguimos con nuestra charla. - habló Lan Xichen mientras se le acercaba lentamente.
- Será mejor que no te entrometas, Lan Xichen. ¿O acaso también quieres que te rompa las piernas? Y le juro que no será nada agradable que sea yo quien lo haga. - amenazó el Jiang mientras le fulminaba con la mirada.
El Lan solo se alejó mientras miraba con pena a los dos hombres que aparecieron de la nada.

ESTÁS LEYENDO
Nuestra Flor de Loto
RomanceUna flor de loto. Una flor de la reencarnación. Dos vidas que vuelven de la muerte.