5

84 9 2
                                        

Le estaba contando el problema que tenía. Los sueños que no le dejaban dormir en paz. Que eso le empezó a ocurrir desde muy temprana edad.

- Y eso es todo. ¿Tienes alguna otra pregunta más que hacerme? - preguntó Jiang Wanyin a Wen Qing. Pero al mirarla, no obtenía ninguna respuesta. Y ella no era la única. Su hermano también estaba en ese estado. 

- No pensé que fuera tan grave. Siempre nos decían a mi y a Shijie que no era nada tan importante. Que solo eran cosas pequeñas sin importancia alguna. - comentó Wei Wuxian. 

- Se nota que ellos son capaces de haberos contado eso. - agregó el Jiang con los brazos cruzados. Ahora se podía esperar de todo de sus padres.

- Jiang Cheng, ¿acaso nunca pensaste que ir a hablar con un psicólogo te ayudaría con el problema que tienes? - cuestionó la chica con curiosidad. 

- Cuando era pequeño, fui con uno, pero no me ayudo para nada. Solo dijo que eran sueños insignificantes. Que con el tiempo dejarían de aparecer. Sabía que lo que decía era solo una estupidez. - dijo Jiang Cheng recordando las palabras como si se las hubieran dicho ayer.

- Pues no deberías de dejar de ir al terapeuta solo por esa tontería. Podrías haberle pedido a tus padres que te llevaran con otro. Ni puedes solo dejarlo así sin más. - regañó Wen Qing dándole un pequeño golpe en la cabeza.

- ¡Hey! ¡No hacía falta que hicieras eso! Y por si no lo sabías, ya le dije an mis padres sobre eso, pero no hicieron nada. Dijeron que debería escuchar a mi psicólogo, que él era el verdadero experto en su trabajo, no yo. - respondió Jiang Wanyin mientras se mientras se frotaba en la parte donde lo habían golpeado. La otra solo abrió la boca para luego volver a cerrarla con rapidez.

- Haber empezado con eso. Si lo hubieras dicho antes, no habrías recibido ni un golpe. Así que no te enfades conmigo. - contestó Wen Qing para auto defenderse.

-  Vaya la excusa que pones. Ya no sé si arrepentirme de haberte dejado a solas con Wei Wuxian muchas veces. - dijo Jiang Wanyin. Pero antes de que pudiera seguir con la charla, el teléfono de su hermano sonó de repente. 

El mencionado solo lo cogió. Y antes de que alguno pudiera decir algo sobre quién le llamaba y él porque, Wei Ying se levantó de inmediato.

- ¡¿Embarazada!? ¡¿De Jin Zixuan!? ¡¿El pavo real!? - al escuchar esas palabras, Jiang Cheng abrió los ojos de inmediato.

Este intentaba asumir lo que acababa de escuchar. Quería estar seguro de que las palabras que su hermano había gritado eran las correctas antes de hacer algo repentino. 

.

.

.

En estos momentos, Jin Zixuan se encontraba en la esquina de una habitación mientras que es medio de esta, se encontraban los dos menores hermanos de su pareja siendo persuadidos por ella para que no le hagan nada.

- A-Cheng, estuve muy preocupada por ti. No vuelvas a desaparecer así de la nada. - esta se le acercó y le dio un abrazo reconfortante - Y dejad de matar con vuestras miradas a A-Xuan. Lo estáis asustando.

Los dos hermanos solo miraron una última vez al pavo real para luego dirigirse hacia su preciosa hermana.

- A-Jie, ¿te encuentras bien? Si necesitas algo, solo dínoslo. Te traeremos todo lo que nos pidas antes que ese idiota que se encuentra parado allí en vez de estar cuidándote. 

Ahora que Jiang Cheng y Wei Ying se habían enterado del estado de su hermana, querían que nada le pasara a su futuro sobrino. No querían que nada malo les pasara a los dos. 

- No os preocupéis mucho por mi. Lo que me preocupa más es tu estado, A-Cheng. Hace un rato, A-Xian me contó lo que te ocurría. - su hermano menor solo bajo la cabeza al escuchar la preocupación de su A-Jie. Y no quería preocuparla - ¿Por qué no nos dijiste todo esto antes? Podríamos haberte ayudado a resolver tu problema. 

- Siento mucho no haberlo hecho...

- De ahora en adelante, quiero que hagas caso a tus hermanos mayores. Y si no quieres escuchar las palabras de A-Xian, al menos escucha las mias. Y de paso te aviso de que seguirás con el Señor Lan, Tú psicólogo. ¿Entendido? - el menor se sentía muy avergonzado de ser regañado por sus actos. Le hacía sentir como si aún siguiera siendo un niño pequeño.

- Entendido...

- Bien. Ahora que ya hemos acabado de hablas de este tema más o menos, necesito sentarme un lugar cómodo para reposar. - dicho esto, se marchó de allí dejando solo a dos posibles asesinos con su pareja.

Mientras tanto, el Jin se estaba asustando. Quería irse de ahí junto a su esposa, pero a la vez quería ser un hombre de verdad. Uno que no le teme a los hermanos de su pareja. Pero sabía que lo mejor era que se marchara antes de que realmente pasara algo grave. Aunque a veces, las cosas no salen como todos esperamos.

- Jin Zixuan, Jin Zixuan... ¿aún te acuerdas de lo que te dijimos? - el otro no respondió, se quedó callado por miedo a hacer algo que empeorara las cosas.

- No podías tener relaciones íntimas hasta que pasaran como mínimo, 3 años después de vuestro matrimonio. No antes. Solo quedabas unos pocos meses para que se cumplieran los años acordados. ¿No ves que si a mi A-Jie le sucediera algo en el embarazo, sería todo culpa tuya por no haber hecho bien las cosas? - Jin Zixuan solo se estremeció al sentir como una mano lo tocaba del hombro. Y con el agarre, sabía que era del mismísimo Jiang Wanyin.

- Acabas de sentenciar tu muerte. Y esta vez, nuestra Shijie no estará aquí para salvarte de nosotros. - antes de que pudiera hacerle algo al pavo real, la puerta de la habitación se abrió de repente.

- No creo que sea posible, chicos. Ahora dejad a A-Xuan. Y A-Cheng, acabo de llamar a tu psicólogo, y tienes una cita con él dentro de dos horas. No lo olvides. - informó la chica mientras interrumpía la pequeña charla entre sus dos hermanos menores y su esposo. 

Los hombres, al ver que la chica, el Jin se acercó para protegerse de dos demonios mientras que los hermanos no se movieron de dedo de se encontraban.

- ¡¿Qué!? ¡¿Pero-!?

- Nada de peros. Ya dijiste que me escucharías. Así que solo espero que esta vez colabores. Ya me enteré de que la última vez que se vieron, no eras muy amable al hablar con él. Así que demuéstrale el respeto que se merece. - el menor quería protestar ante eso, pero no quería decepcionar más a su hermana.

- Ok...

.

.

.

- Hermano, ¿hoy no tenías el día libre? ¿Por qué estás preparando unos papeles? - cuestionó el menor de los dos.

- Sí, pero al aparecer, han habido cambios de planes. Dentro de poco rato me tendré que encontrar con el joven Jiang. - avisó Lan Xichen mientras recogía unos documentos.

- ¿El joven Jiang es aquel hombre que te llamó la curiosidad? - interrogó Lan Wangji.

- Sí, ese mismo. Aún no pude preguntarle de donde escuchó el nombre de A-Huan. Solo la familia lo sabe. - al acabar de decir eso se dirigió a la entrada para luego despedirse de su hermanito.

Desde que Jiang Wanyin se marchó del hospital, no lo había vuelto a ver. Pensó que no podría resolver sus dudas sobre aquel día hasta hoy. Así que iba a aprovechar ese momento para preguntarle.

Se dirigió rápidamente a su consultorio. Jiang Wanyin iba a llegar de un momento para otro. Así que debía ser puntual. No le gustaba hacer esperar a las personas. Sabía cómo se sentía que le hicieran eso. Cuando entró en ella, vio que su plan no había acabado como pensaba. Su paciente ya había llegado.

- Encantado de volver a verlo, joven Jiang. Casi pensé que no lo volvería a ver hasta que su hermana mayor me llamó. - saludó el Lan mientras se sentaba en su asiento.

- Yo tampoco pensé volver a verlo, pero a veces, las cosas no van como queremos que vayan. 

- Bueno, la vida es así. - concordó el otro - Bien. Empecemos con lo que vinimos a hacer.


Nuestra Flor de LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora