4

71 10 2
                                        

- ¡¿Que hacemos ahora, A-Huan!? ¡No tenemos donde ir! ¡Y ya se están acercándonos!

- No te preocupes, A-Chen. Primero no debemos dejar que nos encuentren. Luego ya buscaremos un buen sitio donde pasar la noche. Lo resolveremos todo, amor. 

- ¡A-Cheng! ¡¿Cómo puedes hacerle esto a tu madre!? ¡Te estuve entrenando toda tu vida para que fueras un digno líder para tu secta! ¡Y tú solo te escabulles para estar con otro futuro líder de secta! ¡Ambos deberíais pensar en vuestra gente! 

- Madre, ¿acaso alguna vez te importaron mis sentimientos? Siempre fui tu decepción. Me parece que te hubiera gustado más tener un hijo como Wei Wuxian. Y no te culpo. Él sería alguien más digno para liderar toda una secta más que yo. ¡Así que mejor metete en tus propios asuntos y déjame en paz de una maldita vez!

- ¡¿Como te atreves a gritarle a tu madre de esta manera!? ¡Eres un desagradecido! ¡Toda tu vida te estuve entrenando! ¡No quería que fueras un inútil! ¡Pero ahora veo que no ha servido de nada!

.

.

.

Un nuevo día. Un nuevo sueño. Pero a Jiang Wanyin solo le importaba saber quién era el chico con quien estaba. Solo sabía que era un hombre llamado A-Huan. Pero aún seguía sin poder verle el rostro. Así que pensó que con un vaso de agua podría despejar su mente por un momento. Solo esperaba que eso lo tranquilizara un poco.

Se levantó de la cama dirigiéndose a la puerta y dirigirse a por un poco de agua. Pero antes de que pudiera hacerlo, se encontró con Wen Qing.

- Vaya, cuando me dijiste que tenías problemas de dormir y te despertabas con facilidad, no pensaba que fuera tan temprano. - dijo la chica mientras se preparaba un poco de café.

- ¿Tu turno empieza tan temprano? - la otra solo asintió a la pregunta. Y como ya había obtenido su respuesta, fue a por su vaso de agua.

- ¿Y ahora me explicarás que es lo que no te deja dormir en paz? Sé que ayer no me contaste todo. Puedo ver que aún sigues ocultando algo. Y estoy segura que se trata de algo grande que no quieres que me entere. - habló con muchísima razón. Se notaba que no se le podía guardar nada a la chica.

- No estoy ocultando nada. Y si lo hago, puede que no sea algo muy importante. - negó Jiang Wanyin para luego beber agua.

- Jiang Cheng, sabes que es mejor no ocultarme cosas. Y más si son unas muy importantes. Así que te recomiendo que me lo digas inmediatamente antes de que tenga que obligarte para que abras la boca. - advirtió la Wen mientras se le acercaba lentamente con un aura amenazante. 

- Te aseguro que no es nada importante. Solo son estupideces que no hace falta que todo el mundo lo sepa. - aseguró el Jiang mientras intentaba no ponerse más nervioso. Ya ni quería contarle a la gente sobre lo que le pasa. 

- Jiang. Wanyin. Quiero. La. VERDAD. - esta vez se le acercó acorraladlo para que no evitara la pregunta. 

- Mira. Se que parecerá de locos. Pero siempre tengo el mismo sueño una y otra vez. Y hasta hace poco, el escenario a cambiado. Eso es lo que no me deja dormir en paz. ¿Mejor? - respondió Jiang Cheng. Aunque lo había dicho rápidamente, se pudo entender bien.

- Bien. Quiero saber más del tema. Así que cuando vuelva, hablaremos de ello. Ahora tengo que irme directo a trabajar si no quiero llegar tarde a mi turno. Y ya te aviso que llegaré algo tarde. - se dirigió a la entrada mientras se ponía los zapatos para luego abrir la puerta. Pero antes de que saliera se giró mirando a su amigo - No te escaquees si quieres seguir viviendo. - y con eso, ya se marchó como si nada hubiera pasado.

Nuestra Flor de LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora