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Sentía mis dedos congelados mientras tecleaba información en el computador que se encontraba en mis piernas. Eran pasadas la media noche y hacía una hora que me encontraba investigando sobre la muerte de Lea. Sobre cada pista encontraba y sobre cada testimonio de sus cercanos pero como cada noche, no había nada fuera de lugar.

Comencé a desesperarme. Llevaba tanto tiempo en aquello que ya parecía que mis intentos de investigadora no servían de nada. Cerré el laptop con tanta fuerza que solo volví a abrirlo para asegurarme que no había roto la pantalla de este, y me envolví en las delgadas sabanas de mi cama esperando que el sueño se apoderara de mí. Mi celular comenzó a vibrar en algún lugar oculto de mi cama y comencé una búsqueda que me llevó montón de segundos hasta que conteste.

-Estas buscando en el lugar equivocado, y lo sabes -dijo la voz al otro lado del aparato, esta era fría y muy gruesa además de estar levemente distorsionada. Mostraba seguridad y eso era completamente aterrador.

-¿Con quién hablo? -hable mientras parpadeaba exageradamente.

-Deberías saber que eso no sirve de nada, Dalilah

-¿Qué quieres entonces?

-Que digas la verdad -soltó enojado-, deja de jugar a la investigadora y di quien mato a Lea

Mi cerebro se congelo justo en ese momento. Mis manos comenzaron a sudar de tal manera que estaba segura que mi celular se resbalaría y caerían de lleno a la cama. Trate de levantarme para poder razonar que no era un sueño, que me estaban amenazando, culpando y asustando al mismo tiempo.

Corrí al baño y me mire en el espejo, el cual estaba rayado con mi labial rojo favorito. Decía "Di la verdad" y tenía al final una flecha mal dibujada que apuntaba a mi lavamanos de donde salía un hilo rojo delgado que llegaba hasta arriba.

-Vamos, tíralo -dijo el hombre aún al teléfono.

Por razones extrañas, tal vez por el miedo, tiré el jodido hilo rojo y salió junto a el un pequeño aro con plumas blancas lleno de sangre que pertenecía a Lea. Lo solté junto al teléfono apenas este salió y retrocedí hasta topar con mucha fuerza mi espalda contra la pared. Me quede agachada en la esquina del baño entretanto comenzaba a llorar desconsoladamente sin quitar de mi cabeza la imagen del pendiente.

-¡Joder! -gritó lea, la cual se encontraba en el baño.

-¿Qué te paso? -le había respondido preocupada.

-Mi pendiente se cayó en tu lavamanos Dalilah -me miro con el otro en la mano haciendo pucheros.

Ese día teníamos fiesta y Lea había comprado un par de pendientes con plumas solo para la ocasión, según ella usaba siempre los mismo -no era mentira-, y quería renovarse un poco. La idea que su pendiente ya no estaría jamás porque era imposible sacarlo de donde estaba la desanimó por completo y se sentó frustrada en la orilla de la cama sin dejar de reclamar por lo caro que le habían salido.

-Deja de quejarte Lea, puedes usar los míos -hablo Madison y le entrego unos con corazones rosados.

-No me gustan así -se cruzó de brazos.

Sophia y yo le mostramos otros pares y a todos dijo que no, más que nada porque solo quería usar los que tenían plumas y no otros que ni siquiera eran de ellas.

Un grito con la voz de Lea hizo hueco en mi cabeza y comencé a respirar agitado y sobarme las manos puesto que ya se habían vuelto a congelar y casi era imposible sentirlas. Me abracé a mí misma más fuerte que nunca.

-Di la verdad -de escucho en la fría habitación del baño.

-¡No hay verdad! -grite con todas mis fuerzas.

-Di quien mato a Lea

-¡Nadie lo hizo!

-Dilo

-¡Que no!

-¡Dilo!

-¡Yo no lo hice!

Un trueno hizo un estruendo espantoso y luego de eso todo se volvió negro.

* * * * * * * * *

hacía como un mes que no subía cap:(

millones de disculpas, ahora sí publicare seguido porque tengo mucho más tiempo que antes

no olviden decirme que les pareció el capítulo medio raro (pronto entenderán que acaba de pasar)

por cierto, la del gif es Holland, lo se, pero es la única que siempre grita


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⏰ Última actualización: Dec 22, 2018 ⏰

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Ella no se suicidó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora