Tadashi atrapó a su madre en brazos tan pronto la vio. Su madre rió con él, besando su mejilla antes de desenredar sus brazos.
—Hola, mi amor —saludó Kaori con una sonrisa—. Y oficialmente feliz navidad —Tadashi miró hacia el reloj, confirmando que en efecto era medianoche. Justo cuando Kaori pensó que era libre, Tadashi la abrazó de nuevo.
—Feliz Navidad, má —le dijo, separándose con una sonrisa.
—Lo siento —resopló Kaori, al fin pasando a saludar al resto de ellos, abrazando a la madre de Tsukishima.
—No te preocupes, ustedes son tan lindos siempre que me dan celos —rió Rumi.
—Y sabes que no puedo aparecerme con las manos vacías, así que traje sidra.
—No debiste de molestarte, Tadashi-kun ya me ayudó con la cocina —contestó Rumi pero aún así tomo la botella tras la insistencia—. Saeko, cariño, ¿me ayudas, por favor?
—Por supuesto —respondió, tomándolo de sus manos—. Cielos, Yamaguchi-san, de verdad no se hubiera molestado, esto se ve bien.
—No es nada. Es lindo conocerte, creí que no lo haría hasta la boda.
—Igualmente —sonrió Saeko—. Espero verlos a usted y a Tadashi ahí.
—Seguro —asintió y Saeko hizo lo mismo antes de voltear con su hermano.
—Ryuu, ayúdame a servir.
—¿Ahorita?
—Ahorita o no te voy a dar nada —Ryuu gruñó desde donde estaba sentado en el sillón antes de levantarse y acompañarla a la cocina, no sin antes detenerse a mirarlos.
—Un gusto, señora Yamaguchi.
—El gusto es mío —le respondió antes de desaparecer en la cocina con su hermana—. Ahora, ¡mírense ustedes dos! Se ven mucho más grandes de lo que eran.
Tadashi rió. Kei había bajado de las escaleras en algún punto y ni él ni Akiteru (no que lo intentara, a diferencia de su hermano) podían escaparse de un abrazo de Navidad. Llámenlo falto de afecto, probablemente lo estaba, pero su parte favorita de navidad era esta, y, a diferencia de otras cosas, antes de que los Tsukishimas lo aceptaran en su casa, ya lo tenía. Cuando era pequeño, incluso si sus padres trabajaban hasta tarde, ambos lo despertaban con gentileza y le deseaban feliz navidad con un abrazo y a veces poniéndole un regalo en el regazo. Año tras año los regalos se volvieron más pequeños, o a veces ni siquiera eso, pero no importaba ya que lo que Tadashi quería más era el incomparable calor y amor que venía con un abrazo, ya sea de sus padres, de la señora Tsukishima, Akiteru, y por primera vez, de ambos hermanos Tanaka, pero más que nada, era de las únicas veces que Kei no podía negar un abrazo.
—Feliz Navidad, Tsukki —susurró, enterrando su rostro en su cuello.
—¿No deberías de estar llamándome por mi nombre? —Kei susurró de vuelta.
—Llamarte "Tsukki" es mío, así que no, Tsukki —rió. Kei chasqueó la lengua y se separó, haciendo a Tadashi quejarse, en vez de abandonarlo, Kei levantó su rostro con un delicado toque en su barbilla y lo besó. El estómago de Tadashi dio un vuelco y tuvo que maldecir la manera casi estratégica con la que Kei besaba, perfecto para ponerlo de rodillas. Se había vanagloriado mucho de ser un buen actor para los besos pero oh, Tadashi casi podía jurar que esto se sentía auténtico.
—Tortolos —les llamó Ryuu, aclarándose la garganta ruidosamente y haciendo que Tadashi se alejara de un salto—. ¿Eso significa que no quieren una bebida?
—¿Nii-san está tomando? —preguntó Kei. Sus manos no se habían alejado del cuerpo de Tadashi y el hecho le estaba haciendo sentirse acalorado de nuevo.
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Un novio (falso) para Navidad | Tsukiyama
Storie d'amore"-¿Quieres ver cual de tus exes está en la ciudad para pedirle que pretenda ser tu novio? -Te iba a pedir a ti que lo hicieras." Kei le prometió a su hermano llevar un novio a casa para Navidad, lo cuál no sería un problema si no hubiera terminado c...