Tras una gran travesía y diversos enemigos. Kratos había logrado su cometido. Encontró a Deimos encadenado y colgado.
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Kratos: Deimos.
Dijo con sorpresa y alivio de encontrarlo vivo. Sin perder tiempo, Kratos usó su lanza y destrozó las cadenas de su hermano.
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Esto provocó que cayera al suelo y fuera liberado. Kratos se acercó a este con cierta cautela y con un tono tranquilo le habló.
Kratos: Hermano. Ahora estás a salvo.
Dijo mientras le tocaba el hombro de forma reconfortante.
Deimos comenzó a reír progresivamente más fuerte hasta que levantó su cabeza y golpeó el suelo.
Deimos: ¡¿A salvo?!
Preguntó de forma tajante ante la mirada impactada del dios de la guerra. Deimos lo agarró de los hombros de forma brusca mientras lo mira directamente a los ojos con furia.
Deimos: ¡Tú has dejado que ocurriera esto! ¡Se supone que debías protegerme!
Dijo de forma exaltada mientras lo movía de los hombros con un tono de voz acusador.
Deimos: ¿Creías que lo iba a olvidar?
Pregunta de forma acusadora mientras lo agarra del rostro. Kratos solo se liberó del agarre y lo siguió mirando sin decir una sola palabra. Deimos se acercó al oído de su hermano y le susurró.
Deimos: ¿Creías que te iba a perdonar?
Este se alejó del oído de Kratos y lo miró con furia.
Deimos: Nunca te voy a perdonar, hermano.
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