Cap. 2 Luz en la oscuridad

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Acompañen el Cap con esta canción:

Era 24 de diciembre por la tarde y te encontrabas ayudando a tus madre con la cena de navidad, se iban a quedar despiertos como de costumbre, tu y tu hermana hacían todos los preparativos para que esta fuera la mejor navidad de toda su vida y todo aquel esfuerzo fue recompensado pues a las 12am, paso un show de luces y de fuegos artificiales que por siempre se quedo en tu memoria, tu madre, tu hermana y tu se abrazaron como nunca aquella vez, ese momento fue eterno en tu vida y nunca lo olvidaste, sin embargo ahora veías a tu alrededor, era tarde y ya la oscuridad se asomaba por todo Japón, las cortinas estaban cerradas en su totalidad, en unos minutos la oscuridad entera acabaría invadiendo cada parte de tu apartamento, mientras tu yacías sentado en un rincón viendo a duras penas cada rincón de ese lugar, ese sitio que alguna vez vio a una familia unida contra las adversidades, ahora solo te veía a ti destrozado, no querías llamar a Shouko a pesar de lo que había echo el día de ayer, no por que desconfiaras de ella, tu habilidad te ayudo a saber que sus intenciones contigo eran genuinas en su totalidad, sin embargo no querías molestarla ese día.

*llaman a tu teléfono* 

-¿hola?

-hola hermanito, quería desearte una feliz navidad, los abuelos me llevaran de viaje con ellos, pues tienen trabajo, pero lamentablemente no podrán pasar por ti, se que es muy difícil para ti afrontar esta situacion, pero te prometo que apenas regrese, iré a visitarte, te lo juro

-esta bien Hitomi, tambien te deseo una feliz navidad a ti, pásala bien y saluda a los abuelos de mi parte

-esta bien, gracias hermanito, bueno ya me tengo que ir

*colgó* 

sacaste una lata de cerveza mas de las que te habían sobrado ayer y algo mas que nunca pensaste usar pero que ahora ya no importaba, veías aquella cajetilla y le retiraste el plástico para por fin sacar uno de los cigarros que llevaba en su interior, pese a la oscuridad, veías su silueta, metiste una mano en tu bolsillo y sacaste un encendedor que solo usabas para trucos, pero ahora tendría otra función, acercas el cigarrillo a tu boca y el encendedor hace su trabajo, ahora la luz mas resplandeciente en tu habitación es de ese cigarro.

La verdad era horrible al ser el primero, tu boca se irrito bastante, sin embargo eso no evito que le dieras otra calada, botaste el humo de tu boca y el olor se quedo impregnado en tu ropa, al mismo tiempo volviste a beber de aquella lata para re...

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La verdad era horrible al ser el primero, tu boca se irrito bastante, sin embargo eso no evito que le dieras otra calada, botaste el humo de tu boca y el olor se quedo impregnado en tu ropa, al mismo tiempo volviste a beber de aquella lata para refrescar tu boca y seguir con el cigarro una vez mas, calada tras calada el cigarro se hacia mas pequeño y tu mente empezaba a dar vueltas, toda esa combinación te hacia sentir confundido, la oscuridad ya no te daba miedo como cuando eras pequeño, ahora te acompañaba en esta situacion, sacaste otro cigarro y repetiste la acción  mientras tambien sacabas una lata de cerveza, bebías, fumabas y simplemente tu cabeza empezaba a darte vueltas y mas vueltas, ya no tenias estabilidad alguna sobre ti, solo te dejaste caer al suelo, ahora estabas acostado mientras todo tu mundo se iba rompiendo, la cabeza te empezó a doler con mucha fuerza, pero eso ya no importaba, le volvías a dar mas caladas a tu cigarro y mas sorbos a aquella lata, debido a tu inestabilidad, por accidente acabaste apagando el cigarro en la palma de tu mano provocándote una dolorosa quemadura, sin embargo eso ya no tenia valor, intentaste sacar otro para seguir pero ya no tenias fuerzas, aplastaste la lata y entonces la oscuridad te empezó a invadir, estabas a solo segundos de perder la conciencia cuando escuchaste golpes en la puerta, aun te quedaban algunas fuerzas y te levantaste, tu rostro dio de lleno contra la litera que tu y tu hermana usaban, sentiste un liquido caliente recorrer tu rostro, supiste que te habías cortado un costado de la frente y tu sangre salía abundante, pero aun así lograste llegar a la puerta, finalmente la abriste y lograste distinguir a Shouko, sin embargo ahora tus fuerzas te abandonaron por completo y caíste de espaldas al suelo mientras tus ojos se cerraban.

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