PARTE 1

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Oh, el dulce cumpleaños de su bebé había llegado. Al parecer la señora Kim era la más emocionada por esos diecinueve años de su hijo. Preparó todo un festín solo para ambos.

Amaba festejar las fiestas importantes de su cachorro, tenía que aprovechar cada segundo sabiendo que algún día Seungmin se iría de casa y solo quedaría un solitaria mujer esperando por una llamada, mensaje o visita de su hijo.

Teniendo todo listo, subió a la habitación del menor cuidadosamente para no despertarlo.
En cuanto llegó a la puerta, abrió suavemente esta, presenciando un lindo pelinegro durmiendo.

Creyó que iba a llorar, ya que recordó cómo era su bebé hace unos años, sus primeros pasos, sus caídas, sus primeras palabras y todo aquello que la emocionó demasiado.
Entendía que su hijo creció, ya no era el bebé de mamá o algo por el estilo, pero odiaba la idea de que Seungmin siguiera creciendo.

Se acercó a la cama dónde se encontraba su hijo, se sentó sobre el suave colchón sonriendo mientras miraba con mucho amor a su cachorro.
Pasó su mano por su pelo para poder despertarlo y desearle un feliz cumpleaños.

— Cariño. —habló dulcemente la mujer acariciando el pelo contrario— Bebé, despierta. Mamá tiene una sorpresa para tí.

Seungmin apenas logró abrir sus ojos, la luz de su ventana no le dejaba ver con claridad nada, pero sabía de quién se trataba esa mujer. Su increíble madre. Sonrió con esos dientes tan bonitos que tenía y se levantó de a poquito.

Cuando estuvo sentado sobre la cama, su madre lo abrazó fuertemente. Él correspondió ese abrazo mientras la mujer comenzaba a darle besos por toda su cara.

Hacía muecas y se quejaba de ello, pero en el fondo amaba los mimos de su mamá. Era la única que creció junto a él y jamás lo dejó.

— ¡Feliz cumpleaños cachorrito! —dijo— Ah, pareciera como si ayer te sostuve en mis manos por primera vez.

A Seungmin le trajo nostalgia y simplemente le agradeció a su mamá.
Bajaron a comer y charlaron de una cantidad de cosas.
Lloraron y rieron juntos. Miraron fotos de pequeños, alguna que otra película, comieron el pastel que su madre había hecho con mucho amor.

Simplemente la mejor mañana para Seungmin, y el mejor cumpleaños.

...

Al final del día, eso de las diez de la noche. Subió a su habitación a prepararse para dormir; tuvo un día bastante largo y divertido, se merecía un descanso aunque sea.

Apenas se puso sus prendas para dormir, miró hacía la cama y pudo jurar que casi muere de un micro infarto. Pegó un fuerte grito que espantó a su gato.
Cayó al piso con el corazón en la boca y entendiendo nada.

¿Qué mierda hacía eso ahí?, ¿Y por qué estaba en su cama?

Agarró un lápiz que tenía a su alcance y lo tiró pegando en la cabeza del muchacho sobre su cama.

— ¡Auch! —se quejó el desconocido— ¡¿Por qué hiciste eso?!

La mano del hombre pasaba por su cabeza repetida veces por el lápiz que cayó en él, dejó un leve dolor.
Seungmin no sabía qué pasaba, si era un sueño o era verdad, o probablemente había quedado loco.

Tomó las tijeras de su tarro rápidamente y se acercó amenazante a él. El contrario se paró fuera de la cama con sus nervios a full.

— O-Oye, no tenemos que hacer esto. —habló con voz temblorosa y una sonrisa inquieta.

Seungmin estiró el brazo y el desconocido comenzó a correr de él.
La habitación del menor era un desastre. Dos hombre corriendo por ella, tirando todo a la par de que el menor amenzaba con su objeto punzante y el contrario solo podía retroceder y escapar.

Te deseo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora