Te deseo amor

PARTE 9

¿Cómo un ser humano describiría el significado de la palabra amor?

Si bien absolutamente todos pueden sentirlo, algunos más que otros, todos tienen su propia opinión sobre este sentimiento, ya que es subjetivo, la mayor parte de las cosas son subjetivas.

Algunos lo describen como algo mágico, bello, con profundidad, el demostrar que estás enamorado de esa persona. Con acciones o palabras.

La mayoría piensa que son mejores las palabras, pero nunca piensan en la gente que no puede expresarse de buena manera. Y eso lo lleva a las acciones, que también son un gesto de amor.

Amor, amor, amor. Todos dicen sentirlo en algún momento, pero algunos ni siquiera lo hacen, ya sea por obligación o por no hacer sentir mal al contrario.

¿Por qué dirían amarlo cuando no lo hacen?

Humanos. Pensó Bang Chan una vez dejó de recordar el beso, no entendía bien el significado de amor, no lo vivió jamás, porque nunca se habían enamorado de él o él de alguien, simplemente no se podía, porque después de todo, el no tenía un cuerpo. Nadie lo veía.

Pero la sensación con Seungmin era extraña.
Sentía que podía tener sentimientos hacía él, sin necesidad de una palabra de por medio.

Cierto, el deseo.

Corrió hasta llegar al menor que ayudaba a su madre en la comida. Esperó impaciente.
Una vez desocupado, Chan ya podía hablarle con claridad.

— Tienes un deseo, ¿ya sabes qué pedirás? —preguntó.

Dudó un instante, pero lo tenía más que claro.
Lo quería, lo quería a él.

— Pues sí, lo tengo. —dijo pícaro— ¿Quieres saber?

Chan asintió.

— Te quiero a tí. —sonrió— Quiero que te quedes conmigo y todo el mundo pueda verte, no solo yo. Porque me gustas.

Oh, le gustaba. Si bien el pelicobrizo sintió un ardor recorrer su cuerpo y también quería, no podía cumplirle ese deseo. Pero tampoco sabía cómo decírselo.
El menor era frágil, lo sabía, así unas palabras y podría romperlo.

— ¿De verdad quieres eso? —a lo que Kim agitó su cabeza— ¿No quieres otra cosa?

Una risa nerviosa salió de él, pero nuevamente Seungmin asintió. Se veía decidido, se notaba que no era capaz de pedir otra cosa. Y eso en gran parte era un problema.

— ¡M-Mira, una mosca! —gritó Bang Chan.

Giró su cabeza rápidamente hacía atrás y luego le siguió su cuerpo; al no ver nada se rió, que broma tan idiota de parte de Chan.
Otra vez dió media vuelta, para poder mirar al pelicobrizo.

— Agh, eres tan mal- —se quedó mudo.

Sus ojos pasearon por todo el lugar, Chan ya no estaba ahí. Corrió por toda la habitación, miró detrás de los sillones, en las estanterías, ¡también debajo de la alfombra! Pero no había señales de Bang Chan, ¿acaso lo había dejado?

Su deseo fué mucho, seguro fué eso.
Aunque, tal vez no pudo cumplirlo y por eso se fué, lo abandonó para irse con alguna otra persona.
Corrió a su cuarto, mientras seguía mirando por todas partes, sin nada de esperanzas.

El menor se acostó en la cama, ¿cómo podía abandonarlo sin decir nada? Se sintió fatal, tanto que unas gotas cristalinas cayeron de sus ojos.
Siempre le pasaba a él.

...

Chan caminó unos metros, pasando un puente lleno de plantas de todo tipo, hasta llegar a una casa.
Se adentró en busca del hombre que quería hallar, pero no lo encontraba.