PARTE 3

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Dicen que después de cumplir tus diecinueve años, si eres una muy buena persona, alguien sumamente amable y sobre todo respetuoso. Te envían a alguien, alguien que nadie más puede ver, solo tú.

Algunos los describen como un ángel, ya que cumple alguno tus deseos más urgentes. Esto podría ser increíblemente bueno o malo, eso dependía mucho.

Obviamente no podían hacer nada más que deseos simples, como dinero, una casa, un auto o cualquier cosa que lo imagínese.
Menos su muerte o la del contrario.

Para algunos era difícil, muchas veces piden cosas tan grandes para que luego sean las personas más miserables; por más que lo tienen todo.
Para otros era su salvación, pedían cosas comunes, cosas que no valían nada, pero para ellos si lo hacían y les daba vida.

La felicidad siempre está en las pequeñas cosas, dicen por ahí. Y así era para aquellos que si eran bondadosos y su deseo era mínimo.

Los deseos se piden después de un día entero. Así que tenías que esperar para pedir otra cosas.
Algunos tardan en llegar, pero siempre se cumplen.

Aunque para gente como Seungmin que no se esperaban esto y tampoco les faltaba algo era absurdo y hasta confuso. Al ser un adolescente aún, sus deseos no eran cien por ciento cuerdos, más de una vez, las personas decían cosas tontas.

Así que sí, ahí estaba Kim nuevamente teniendo pensamientos idiotas y pensando en qué pedir para que sus deseos no sean ni muy incoherentes, extraños o inútiles. Sino al contrario, les sirvieran en algo.
Mientras seguía pensando, miraba el techo en busca de respuestas, hasta que una voz lo interrumpió.

— ¿Puedo dormir contigo? —preguntó el pelicobrizo con una sonrisa mostrando sus dulces hoyuelos.

Seungmin miró con cara de asco, negó con la cabeza y se dió la vuelta para seguir pensando en lo que podía pedir. Sintió como su colchón a un lado de él se hundía, era el momento de la vieja confiable, un empujón no hacía nada de daño... Así que, empujó hasta que Chan cayera en el piso.

Oh sí, otra vez estaba siendo una mala persona, pero no dejaría que un cualquiera durmiera con él, mucho menos si no lo conocía.

— Duérmete ahí y no molestes, neurótico. —pidió enfadado.

— No me puedes dejar dormir aquí, me dolerá todo de nuevo. —pegó una patada al suelo.

Agh, en serio tenía que hacer eso, ¿acaso no podía hacer aparecer una cama y listo?
Que difícil vivir con alguien como él.

— Llévate una almohada o hazte aparecer una cama por ahí, para eso eres un ser mágico.

Tal vez Seungmin nunca entendió bien lo que era Chan, si, era alguien mágico porque podía cumplir cualquier deseo. Pero seguía siendo una persona.
Una persona con sentimientos, emociones, cosas de humanos, pero sin un cuerpo.

Se aferró a la idea de que si seguía insistiendo, lo dejaría y mediante esto se ganó unas cuantas golpizas en la cara y cuerpo, en qué momento se le ocurrió pelear con alguien que lo amenazó con un tijera y casi lo mata.

Estaba tirado en el piso nuevamente, mirando la luz del techo y suspirando repetidamente para dar pena.
Si tan buena persona era Seungmin, podía consederle un pequeño lugar para dormir a lado de él, ¿no?

Tal vez esperaba mucho de una persona que no iba a hacer nada más que pegarlo y tratarlo mal.
El menor se dió vuelta mirando a Chan en el suelo, se rió de él un poco y luego con una mano dió palmaditas en la cama.

Por fin, Seungmin había accedido a darle lugar en su cómoda y acogedora sábana. Se levantó rápido del piso casi de un brinco y saltó a la cama del contrario para ponerse al lado.

Esta noche dormirían bien.

— Pateo mucho, descansa neurótico. —avisó para luego darse vuelta e intentar congeniar el sueño.

Solo esperaba dormir, aunque sea un poco, porque aún así siendo una persona que nadie más podía ver, también dormía.

— ¿Puedo pedir un deseo? —preguntó Seungmin algo somnoliento.

— Mmh.

— Quiero dormir, porque realmente no puedo.

Otra vez pidió algo insignificante, pero algunos eran así, pedían cosas tontas para terminar con esta extraña sensación. Simplemente no dijo nada, si decía algo, tenía que prepararse para una linda sorpresa. Probablemente un golpe o peor, un tijerazo.

Obviamente le concedió aquel deseo. Kim cayó profundamente dormido, casi como un bebé.
Chan solo miraba como se le formaba un lindo puchero en los labios a la hora de dormir.

Era tierno incluso para él, parecía un pequeño cachorro durmiendo, ni siquiera parecía que fuera un loco.
Siguió apreciando su lindo rostro por unos segundos hasta que Seungmin se movió y abrazó a Chan durante su sueño.

Ahora estaba atrapado en una situación un tanta incómoda. Un Seungmin durmiendo con una pierna sobre él y uno de sus brazos rodeándolo. No haría nada, por supuesto.

No le importó, y se durmió junto a él.

A Seungmin le quedaban tres deseos más. Y 3 días, si los pedía todos cada ese lapso de tiempo.

Bang esperaba, que al último momento pidiera algo que realmente él quisiese y no por obligación o por terminar con esto.


—————————— Fin de parte 3.

gracias por llegar hasta acá!

dejen su estrellita, me ayuda muchísimo

Te deseo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora