Coqueteo

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Me quedé dormida en el avión entre las dos amigas de Vale y Calle, una tenía una hija de unos tres años. Desperté cuando escuché la voz diciendo que nos abrocháramos los cinturones.

- Oh, lo siento, no me he dado cuenta... - empecé a hablar al darme cuenta de que me había quedado dormida en su hombro. – Soy Poché, la hermana de Vale.

- No hay problema. – asintió divertida – Me llamo Maddison. – se presentó.

Vale vino por detrás mientras estaba esperando mi maleta.

- ¿No sale? – preguntó.

- Tendré que hablar con alguien para ver que ha pasado.

- ¿No sale? – me giré para ver a Calle.

- No. – suspiré otra vez.

- Poché, voy a tener que irme porque tengo que recoger las llaves. ¿Te quedas con Calle? Ella sabe dónde esté el sito y yo me voy con lo demás que ya están afuera – miro a Calle.

Vale se fue y nos quedamos las dos solas. Me giré para mirarla otra vez y le sonreí levantando una ceja.

- Vamos a buscar dónde esta información, necesito recuperar mi maleta.

- Ahí esté información. – señaló hacia un lado.

Expliqué la situación y me dijeron que esperara a que se pusieran en contacto con la compañía del avión, así que estuvimos sentadas. Me levanté cuando vi mi maleta siendo arrastrada por una azafata.

- ¡Por fin! – exclamé yendo hacia ella.

- Aquí está tú maleta... Todo resuelto. ¿Eres de aquí? – sonreí mordiendo mi labio.

- No, vengo de vacaciones, ¿y tú? – di un paso hacia ella.

- Sí, vivo aquí. – me sonrió de vuelta.

Sentí a Calle darme un codazo disimulado y tiró de mi brazo acercándome a ella.

- Nos están esperando, Poché. Dijo mirando de arriba abajo a la mujer que había delante de mí.

Me despedí con la mano y salí con Calle al lado que caminaba muy rápido.

- ¿Qué pasa? – pregunté extrañada ¿está celosa?

- ¿Qué pasa con que, Poché? – se detuvo de repente.

- ¿Te has enfadado? ¿Te ha molestado que ligara con esa chica?

- Por favor... - sonrió irónica buscando un cigarro en su bolso. – No me ha molestad, puedes hacer con tu vida lo que quieras. Al menos ten un poco de educación, te estaba acompañando para que no estuvieras sola y te pones a coquetear con la primera que pasa haciendo que sea yo la que esté allí sola.

- Lo siento, Calle, a veces no pienso claramente las cosas... - me disculpé sin poder dejar de mirar sus labios.

Ella me pasó el cigarro mientras soltaba el humo por la boca. – No paras de mirarlo, pensé que querías... - sonrió y empezó a andar de nuevo.

Metí el cigarro entre mis labios, debía ser más discreta si quería mirarla, obviamente se había dado cuenta.

Vimos las luces del pueblo a lo lejos y nos quedamos unos segundos mirándolas a la distancia. La casa era muy rústica, con una decoración moderna que hacía una mezcla interesante. Era de dos pisos, abajo un gran salón, una cocina y otra sala y arriba todas las habitaciones con dos baños.

Nos quedamos un rato Calle y yo frente a la chimenea calentándonos, subí a ponerme ropa más cómoda y al bajar Calle pasó por mi lado poniéndome un gorro de Papá Noel, dándome un suave golpe sobre la cabeza.

La mejor amiga de mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora