La mejor amiga de mi hermana

Una vez más

Año nuevo... hace diez años que Calle y yo hicimos el amor por primera vez, que dejamos atrás los miedos y nos dejamos llevar por lo que decían nuestros corazones. Era el mismo pensamiento que se repetía año tras año desde que pasó. Ahora no podía creer que se estuviera repitiendo la historia, otra vez yo era la otra, pero. ¿Qué decían nuestros corazones ahora? ¿Era sólo sexo para ella o había también amor como la primera vez?

Estuve en una montaña rusa desde que la vi el día de la boda. Primero un "Ok, seamos amigas", luego un "diablos, quiero follármela" que duró muchos y tortuosos días y que pasó a un ¿Qué mierda estoy sintiendo?, que se convirtió en un "sí, vamos a follar", y ahora estoy en una mezcla de todo. No hemos hablado de nada relacionado con nosotras dos, de sentimientos, tampoco hemos tenido tiempo, nos acostamos el día anterior, pero me moría por saber qué había en su mente, por saber el porqué de su cambio de actitud en cuanto acostarse conmigo...

Me la encontré mientras estaba con unos amigos de fiesta, en fin de año, y estaba absolutamente preciosa, consiguiendo que me derritiera cada vez que me dedicaba una sonrisa desde donde estaba sentada con una copa en sus manos. Mi hermana estaba con ella, también acompañada de las demás chicas que estuvieron en la casa con nosotras en Navidad. Patrice se me acercó cuando me vio, la tuve que frenar un poco porque casi se me lanza en mitad de la gente y sólo quise poner los límites claros entre nosotras, y parece que no le importó, aunque debo admitir que me encantaba ver a Calle celosa, así que no dude en dejar que estuviera abrazada a mí y pasar mi brazo por su cuello, cuando fui hacia su mesa para hablar con ellas un rato.

No podía evitar mirar esos labios que tenía la castaña, tenía unas ganas horribles de volver a besarla, y me lo ponía muy difícil cuando se lamía o mordía el labio. Aún la sentía en mi piel, me daban escalofríos con su mirada, esa mezcla de deseo y celos por la cercanía de Patrice mi cuerpo, observando cada movimiento que hacía la chica, analizándolo todo desde dónde estaba.

Pronto una amiga mía empezó a hablar con Patrice y me la quité de encima, aprovechando para andar hacia donde estaba sentada Calle y poniéndome a su lado, observando cómo me miraba divertida con media sonrisa.

- Estás increíble. – susurré a su oído separándome con mi lengua entre mis dientes.

- Tú no estás mal. – me contestó haciendo que ladeara mi cabeza riendo, ¿a quién pretendía engañar? Sus gestos hablaban por ella. - ¿Me acompañas luego a casa?

- Claro. – acerté, y sentí su mano en mí rodilla bajo la mesa unos segundos antes de buscarla y entrelazar mis dedos con los suyos, pero la solté cuando noté el anillo de compromiso en uno de ellos – Voy por algo de beber, ¿quieres algo? – me levanté mirando a las chicas antes de salir hacia la barra.

- No te pongas así... - escuché a mí lado y la vi apoyada junto a mí.

- Calle, necesitamos hablar, lo sabes ¿verdad? – ella asintió apretando sus labios – Todo ha sido muy raro, necesito saber por qué primero no querías nada, me dices que no sabes si estás enamorada de Alejandro, le dices que si quieres casarte con él y luego te acuestas conmigo.

- He querido hacer lo de anoche desde que te vi en la boda de Vale. – la volví a mirar, otra vez estaba nerviosa, me encantaba cuando estaba así – Y he estado controlándome desde ese momento, deseándote mucho, sabiendo que no podía dar ningún paso hacia ti, pero al final me lo pusiste muy difícil y mucho. Estuve a punto de colarme en tu habitación cuando me lo dijiste aquella noche, pero estando Alejandro cerca... prefería no hacer nada, porque no quiero que se entere, al igual que no quería que supiera que estuvimos juntas. – ósea que quiso venir... eso me hizo sentir mejor, por una parte – No tengo ni idea de lo que voy a hacer con mi vida Poché, pero si tengo algunas cosas claras, como, por ejemplo, que quiero volver a besarte, que necesito tus labios... - sostuve su mirada, sintiendo los latidos de mí corazón bombeando contra mi pecho, muy fuerte, sintiendo mi respiración pesada – Ahora mismo.