Fui hacia dónde tenía colgado mi abrigo y me lo puse para salir al jardín de atrás. Encendí un cigarrillo y empecé a fumar. Miré a mi lado cuando noté a alguien que se sentaba a mí lado, sonreí a Patrice, que s inclinaba para besarme. Recordé las palabras de Calle y me separé de la chica llevándome otra vez el cigarro a la boca.
- Tenemos que hablar. – solté. – sólo quiero dejar algunas cosas claras antes de que sea demasiado tarde.
- Oh... - se quedó seria, me sentí mal por dejar que se hiciera ilusiones.
- No quiero hacerte daño, entonces quiero dejar claro ciertos límites antes de que sea tarde. – le confesé.
- No pasa nada, yo tampoco estoy buscando nada serio.
- No mientas, tienes a Zoey, querrás algo serio. – me miró fijamente. – Patrice, en enero vuelvo a Nueva York y luego de eso quien sabe a dónde, no creo que debamos empezar nada, probablemente acabaría peor.
- ¿Cómo pasó con Calle?
- Como pasó con Calle... - confirmé.
- Hola frutita. – susurré, me moría por saltar a sus brazos y besarla sin despegarme de ella ni un segundo, pero las cosas no eran tan felices como antes.
- No me llames así, por favor. – me dijo en un hilo de voz, seguía tumbada en su cama.
Me tumbé a su lado y acaricié su pelo mientras nos mirábamos a los ojos. Era mí último día aquí, y había venido a su casa aprovechando que sus padres no estaban, ya sabía cómo iba a terminar esto. Casi no habíamos tenido tiempo a solas y la última conversación que tuvimos ese día fue que se acabaría ya para siempre, que iba a ser lo mejor para las dos porque sólo estábamos pasándola mal y sufriendo de esa manera.
La conocía tan bien, sus gestos, su mirada, su rostro... Sabía que había estado llorando, me acerqué a ella lento, casi pidiendo permiso, como si fuésemos dos desconocidas, antes de besar suavemente su rostro. Volví a mirarla a los ojos, las lágrimas amenazaban son salir, acaricié sus labios y no puede evitar bajar la vista a ellos y notar cómo temblaban los míos. Voy a extrañar tanto besarla...
La besé sintiendo cómo presionaba sus labios con los míos y cómo empezaba a agitarse empezando a llorar. Sentí sus manos encima de mí oreja y nos separamos apoyando la frente sobre la otra, abrí mis ojos y empecé a apartar las lágrimas de su rostro antes de fundirnos en otro beso. Me tumbeé sobre ella, girándola contra el colchón y seguimos besándonos hasta que nuestros cuerpos comenzaron a buscarse.
Me arrodille en la cama y ella se sentó para quitarme la camiseta y quedarse mirándome. Hacía un año que casi no nos habíamos visto porque sufríamos las dos. Pasó su mano por mi vientre y me estremecí antes de que se acercara a darme otro beso en los labios. Sus manos acariciaron mi pecho por encima del sujetador y luego se dedicaron a acariciar mi espalda entes de desabrochar la prenda.
Volvió a mirarme mientras agarraba mis pechos, los apretaba y los recorría con la yema de sus dedos, haciendo que mis pezones se pusieran duros con sus caricias. Agarré su nuca para acercarla de nuevo a mí, para que me besara. Iba a echar de menos hacer el amor con ella, no sé cómo iba a vivir sin esos labios. Me deshice de su camiseta e imité lo que ella hizo con mis pechos, sintiendo ese piercing que se había hecho para mí, hace casi tres años.
La puse contra el colchón otra vez, delicadamente, y empecé a besar su cuello, arqueándome contra ella, escuchando sus suspiros, notando cómo hincaba sus dedos en mi espalda, y cómo respondía a medida que iba bajando hasta sus pechos. Metí su pezón en mi boca y gemí cuando se arqueó hacia mí y agarro mi nuca para que me pegara más a ella.
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La mejor amiga de mi hermana
FanfictionEmpecé a andar hacia donde se encontraba, dispuesta a mantener una conversación y averiguar qué tal le había ido. No quería quedarme con el sabor de boca de algo que salió mal. De cerca estaba aún más guapa, vi cómo me observaba de arriba abajo y so...