La mejor amiga de mi hermana

Especial

El mismo Sentimiento

Daniela...

¿Qué me pasaba? No podía creer lo mucho que estaba coqueteando con Poché estos días. Unas caricias aquí, otras allá... incluso la besé antes de Navidad. Lo cierto es que sólo le pregunté porque quería que respondiera que sí, para tener un pretexto y poder besar sus labios, aunque sea unos segundos sin sentirme culpable. Ayer cuando me dijo que fuera a su habitación debo admitir que me lo pensé, pero sabía que no era lo correcto, por eso me quedé en la habitación con Alejandro...

No entendía por qué me molestaba que Poché pasara tanto tiempo con Patrice, ¿celos?, no era posible que lo fueran porque yo amo a Alejandro, seguro que sólo me estoy preocupando por mi amiga, después de todo conozco a la perfección a María José Garzón...

En la comida todos hablábamos sobre Vale, Nico y su próximo hijo, una idea fugaz me vino a la mente. ¿Cómo sería un hijo de Poché y mío?, me reí hacia mis adentros pues eso era imposible. Primero, porque ambas somos mujeres y segundo, es imposible que volvamos a estar juntas, sobre todo porque estoy con Alejandro y lo amo... ¡Demonios! ¿Por qué siempre termino metiendo a Alejandro cuando pienso en Poché?...

- Bueno... - Alejandro se levantó de repente todo nervioso – Esto iba a esperar, pero no puedo aguantar más sin decirlo, - me miró – Calle, sé que hemos estado mal durante un tiempo... - pero ¿qué demonios hacía? – pero creo que juntos podemos solucionar todo. Perdón por ser tan celoso y cabezón, pero me da miedo que algún día te vayas de mí lado. Te quiero y siempre lo voy a hacer, por ello... - se arrodilló y sacó una cajita con un anillo - ¿Me harías el honor de ser mí esposa?

¡¿QUÉ?! No lo podía creer, había soñado tantas veces con el día que me pidieran matrimonio, pero no esperaba para nada que fuera en este momento y por alguna razón no me sentía tan feliz como en mis sueños. No me había dado cuenta de lo mucho que estaba tardando en responder, miré a todos a mí alrededor que esperaban una respuesta de mí parte y luego... luego vi esos ojos color aceituna que alguna vez me trajeron loca de amor... No... No podía dejar que una niñería de mí juventud se entrometiera en mí felicidad, entre mi verdadero amor y yo.

Miré a los ojos a Alejandro, no pude articular otra cosa que un Sí. Le besé los labios, apenas un pico. Vi cómo todos sonreían y celebraban, todos menos ella, quien luego de la comida escapó.

Todosestábamos en la sala viendo una película, pero yo no podía concentrarme enella. Por alguna razón no me sentía feliz como se supone que debería estarlo.Me sentía abrumada por todo, quizás fue lo sorpresiva que fue la propuestaporque realmente no me lo esperaba, era extraño

- Me disculpas, necesito un trago – le dije a Alejandro levantándome de su lado.

En vez de dirigirme a la cocina por el trago tomé mí abrigo y salí a caminar, necesitaba un poco de aire, lo abrumada que me sentía me dificultaba respirar. Caminé sin rumbo, hasta que llegué a un parque y decidí sentarme en una banquilla... tenía mucho que pensar y solucionar todas estas emociones.

No sé cuánto tiempo pasó, pero a lo lejos sentí una mirada, miré de reojo y vi su característico cabello azul. Unos momentos después se sentó a mi lado, lo único que hice fue apoyar mí cabeza sobre su hombro, comenzó a rebuscar en su abrigo.

- No ahora, por favor.

Se limitó a asentir y guardamos silencio, hasta que ella lo rompió.