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17. CAPITULO
DIESICIETE

a thomas shelby ff by daemoncito wt

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Cementerio Mill Lane
Manchester

—Que le traiga paz. Amén.

—Amén —Eleanor repitió la última palabra del padre junto a todos a su alrededor, excepto Gianna; ella en cambio soltó una risita, casi inaudible, pero irónica.

Eleanor miró discretamente a su hermano Dante, que junto a Eric mantenían un rostro serio, melancólico; muy diferente a Gianna, con su semblante serio, pero enfurecido. Eleanor podía leer su tristeza, pero sabía que su hermana mayor estaba enfada.

El duelo era algo curioso y de todos los hermanos, era Gianna quién menos sabía controlarlo. Podía llorar, pero prefería no hacerlo, su duelo era horriblemente discreto pero tan persistente y problemático como la herida de una bala incrustada.

Perder a Sebastian la había hecho perder la cabeza, sus hermanos lo sabían, pero aquella furia que sintió en el momento, no la hizo hacer nada que ninguno de ellos no hubiera hecho. Nada que Sebastian no hubiera hecho si se tratara de cualquiera de ellos.

Gianna había perdido aquella calma que poseía y que sus hermanos tanto le admiran; se había precipitado y en un arranque había acabado con la vida de Grace, dejando que sus emociones nublaran su juicio. Aunque no la juzgaban; estaban más preocupados que cualquier cosa, por Gianna y su estabilidad, porque las consecuencias de sus actos fácilmente lograrían evadirlas, estaban seguros.

Estaba siendo difícil de procesar, el estar parados frente a la tumba de su hermano mayor les partía el alma y se encontraban devastados.

A las hermanas Lennox, que se encontraban en Manchester cuando la noticia les llegó, les cayó como balde de agua fría. No había forma. No pudieron creerlo. No lo creyeron hasta que sus hermanos mayores llegaron a casa y Sebastian no los acompañaba, entonces la realidad les pegó de golpe.

Sebastian no iba a volver a casa con ellos nunca más y fue lo más doloroso de comprender para todos.

A su lado, Gianna dio un paso al frente, quedando en los pies de la tumba de Sebastian y mirándola fijamente, con ojos vacíos. Los hermanos continuaron con la mirada baja, perdidos en sus pensamientos, mientras los demás ponían atención a las siguientes palabras de Gianna.

—Dicen que una pérdida es una lección en la vida, pero comienzo a creer que es solo tragedia —mencionó, ella ni siquiera se había preparado para decir unas palabras, pero sabía que era quien tenía que hacerlo. Thomas, desde su lugar, la miró y escuchó atentamente. —Incluso cuando eras el mayor, nunca pensé en tener que hablar el día de tu entierro, porque ni siquiera vi esa posibilidad en nuestro camino. Hablo por los cinco, Sebastian, cuando digo que el dolor de quererte de regreso, es casi tan profundo como el de haberte perdido —Eleanor sollozo y Eric se acercó para rodearla con sus brazos, ella la estaba pasando mal con tantas emociones tan fuertes y su embarazo casi por concluir. Todos mantuvieron una mirada triste sobre Gianna mientras la escuchaban, eran muy pocos quienes los acompañaban en ese momento por esa razón. —No hay más memorias por hacer, pero nos vamos a aferrar a las que nos dejaste y bajo las risas y sonrisas que se vienen, siempre habrá una corriente de tristeza recordándote, hermano mayor. No estábamos listos para tu partida, pero te fuiste y por la forma en la que te fuiste, siempre te quedaras. Te debemos una, Bash, y no dudes de que te pagaremos eso y más —sus ojos se cerraron cuando sintió su voz titubeante y quizás una lágrima a punto de resbalar también. Gianna dejó caer su cabeza hacia atrás y resopló, antes de dar un paso atrás junto a sus hermanos. Noora se acercó a entrelazar sus brazos y Gianna solo le sonrió de lado a ella y al resto de sus hermanos.

DANCING WITH THE DEVIL | THOMAS SHELBYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora