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15. CAPITULO
QUINCE

a thomas shelby ff by daemoncito wt

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Small Heath
Birmingham

—Fue la policía quien le dijo a Kimber de nuestro plan —confesó finalmente Thomas sin detener sus pasos, John iba por un lado, cargando en su mano un bolso repleto de armas.

El menor de ambos miró al mayor lo suficiente preocupado y sorprendido, pasando por enfrente del Garrison para reunirse con el resto de los Peaky Blinders un poco más adelante. —¿Y quién le dijo a la policía? —tuvo que preguntar.

—¿Sabes qué, John? —Thomas habló en un suspiro pesado. Ya tenía suficiente con él mismo torturandose por lo que recientemente había descubierto como para tener que responder abiertamente aquello. —Digamos que por una parte podrás culparme a mí también.

John le miró renuente. Fuese cual fuese la respuesta, John estaba seguro de que Thomas aún no iba a confesar por completo lo que sucedía.

Cuando llegaron, los labios de Thomas se presionaron en una linea recta, mirando a cada uno de los Peaky Blinders. Thomas tenía en el pecho un pequeño hueco relleno de culpa, sentía que les había fallado.

Las malas noticias habían llegado, ahora tenían que hacerles frente.

—La mayoría estuvo en la guerra, así que saben que los planes de batalla cambian y se pueden ir a la mierda. Bueno, así estamos —nunca fue bueno dando discursos motivacionales; aunque los Peaky Blinders tampoco esperaban uno. —Las cosas han cambiado. Pelearemos contra ellos aquí. Hoy. Solo nosotros.

Curly balbuceó, llamando la atención de todos: —¿Qué hay de los Lennox? —le preguntó, recordando esa misma mañana en la que habían recibido a Eric en la yarda y éste incluso le había enseñado la buena puntería que dominaba al dispararle a una botella a más de diez pies de distancia.

En ese momento, parecía que los hermanos Lennox habían desaparecido de Small Heath para bien, incluso a sabiendas de que Billy Kimber y sus hombres estaban viniendo y la policía les estaba dejando pasar como si solo fueran un tipo de voluntariado para traer suplementos a los más necesitados de la zona y no una pandilla de gángsters. Thomas había decidido no divulgar la forma en la que Sebastian Lennox había sido privado de su libertad para no sembrar más pánico.

Todo lo que el inspector Campbell le había dicho comenzaba a cobrar sentido poco a poco en la cabeza de Thomas. Se había permitido creer que todo estaba bajo su control, cuando ciertamente no tenía poder sobre muchas variantes dentro de su plan y la más reciente traición era la prueba de ello.

—Van a regresar —Arthur miró de reojo a su hermano por la respuesta borde hacía Curly; nada personal, solo que incluso sin mostrarlo, Thomas estaba de nervios y el tema lo empeoraba.

Todos querían creer en las palabras de Thomas pero dadas las circunstancias se permitían desconfiar, ¿por qué regresar al campo de batalla si habían logrado salir ilesos de él? Estaban preocupados.

Thomas los miró duramente un momento, regresando al punto: —Vendrán por el pub. Trataran de terminar con nosotros para siempre. Y la ley no nos ayudara hoy —les dijo con seriedad, aunque él queria reirse por lo tonto que fue. Ni siquiera podía culpar únicamente a Sebastian, él también la había dejado entrar; le había abierto las puertas para destruirlos desde dentro. —Ese lugar se llama Garrison, así que se convertirá en nuestra guarnición por este día y nos pertenece, ¿¡no es así!?

DANCING WITH THE DEVIL | THOMAS SHELBYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora