X Doble recompensa

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Observando atentamente por una de sus pantallas como sus enemigos se movilizaban conjuntamente en una noche de patrulla, el ente creador de las criaturas sin apartar la vista pensaba en como ambos se habían hecho más fuertes conforme paso el tiempo desde la última vez que desplego a sus criaturas, fijándose más que nada en el primero, tomando notas una de sus criaturas con un lapicero y hojas.

-Sin duda se han vuelto mucho más fuertes que antes. Es hora de hacer el trabajo sucio ¿No creen mis niños?

Las criaturas solo respondieron con un rugido tenue.

-Qué bueno que conozco a la indicada para la tarea.

En Río de Janeiro, una de las ciudades más grandes como importantes de Brasil, en unas favelas, unos traficantes de droga se encontraban en una fiesta con mujeres y alcohol en todos lados, siendo observados a lo lejos por medio de binoculares por una mujer de pelo negro, ojos verdes, tez canela y vestida de bibidi blanco y jean gris viejo con zapatillas desgastadas de color café, como equipada con un cinturón de herramientas de combate, comunicándose por medio de su celular con un contacto.

-¿Estás segura de hacer esto?

-No es algo que este fuera de mi alcance.

-No lo sé De Mon. Ese traficante es bastante peligroso ¿No has oído lo que les hace a las mujeres que secuestra?

-No, pero tampoco me interesa.

-Atrozia por favor. Mátalo a distancia. No arriesgues tu vida por tu orgullo familiar.

-Los De Mon siempre combatimos de frente, no nos ocultamos a jugar el escondite como niños-Le dijo rompiendo con facilidad el rifle de francotirador que tenía a un lado-Tenme listo el dinero cuando nos veamos-Colgó, moviendo un poco los hombros antes de salir a la acción al disparar un lanzacabos hacia una columna del lugar, deslizándose lentamente, no escuchando el impacto del objeto ni notando nadie su presencia por el alto volumen de la fiesta.

En la fiesta, las cosas se salieron un poco de control. El objetivo de la caza recompensas metió mano en la entrepierna de una joven que inmediatamente reclamó al hombre, reaccionando violentamente empujándola a su lado para besarla contra su voluntad, no haciendo nada los demás presentes en la fiesta que continuaron en lo suyo, tomándolo como algo normal. El forzamiento termino con la gran patada en el rostro que De Mon le pego al objetivo, sorprendiendo a todos los presentes.

-¡Pero quién diablos te crees que eres maldita puta!-Dijo molesto tocándose su nariz bañada en sangre.

Debido a su gran físico y figura, los invitados masculinos se concentraron más en ello que en lo que sucedía con el organizador de la fiesta, tocándose sus partes íntimas en señal de excitación.

-Que buen y gran culo ¿Cuánto cobras mujer?-Pregunto uno queriendo llamar su atención para satisfacer sus deseos carnales.

De solo acercarse uno, la mujer no dudo en clavarle un cuchillo que saco rápidamente de su cinturón en la entrepierna, soltando un gran grito de dolor, dejando impactados a todos los presentes.

-¡Que siguen mirando idiotas, maten, violen y torturen a la puta, no necesariamente en ese orden!-Ordeno adolorido el jefe a sus hombres.

Desplegando cuchillos como pistolas, no expresando miedo o temor alguno con lo que veía, en simples movimientos al usar solamente sus manos, la caza recompensas aniquilo con suma facilidad y rapidez a todos los presentes armados de la fiesta para terror de su organizador, incluso desgarrándoles el cuello con sus propios cuchillos como disparándoles con sus propias pistolas, dejando únicamente vivas a las menores de edad que probablemente hubieran sido traídas contra su voluntad o por necesidad. Asustado, el hombre huyo de su hogar, corriendo calle abajo entre las demás favelas hasta llegar a un auto viejo que intento arrancar tras romper sus vidrios, poniéndose mucho más nervioso al ver como tal mujer avanzaba lentamente hacia el apuntándole con un arma.

Jaguaret (novela original) (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora