Moviéndose hacia la casa de su amauta, tras ignorar a los guardias que no querían que estuvieran allí, rebuscaron entre las ruinas, no encontrando ningún indicio de sus habitantes. Bajo palabras de Pauline, fueron al sótano del palacio, encontrando a sus compañeros allí refugiados, abrazándose al verse.
-¿Qué ocurrió exactamente?-Interrogo Jaguaret.
-Vinieron sus criaturas. De algún modo, se enteró de la localización de Paititi.
-¿El orbe?-Pregunto Pauline.
-Hicimos todo lo que pudimos, pero...-Respondió Olusegun.
-Fueron demasiados...-Complemento Alisha.
-Tranquilos, hicieron lo mejor posible-Dijo Jaguaret tratando de confortarlos. Sin embargo, los concejales no estaban para nada felices, dirigiendo sus miradas de disgusto y odio hacia el más joven de todos.
-¿¡Hicieron lo que pudieron!?-Respondió uno de sus miembros.
-¡Es por tu culpa maldito extranjero!-Complemento otro apuntándole con el dedo acusándolo.
-¿Su culpa? ¡No lo metan en esto!-Dijo Pauline.
-¡También es tu culpa, tú lo trajiste aquí!-Dijo otro miembro.
-¡Además nos ocultaron que tenían en su poder esa cosa!-Expreso otro más.
-¡Dejen de echarle la culpa a otros! ¡También es nuestra por no hacer algo inicialmente! Además, era cuestión de tiempo que esas cosas vinieran aquí por haber atacado nuestras ciudades satélite antes-Dijo Pauline como respuesta.
-Claramente Transmaster fue más astuto que nosotros. Nos engañó con el truco más viejo-Dijo Olusegun en ayuda como defensa de su amiga.
-¡Igualmente, tienen responsabilidad en todo esto!-Respondió otro miembro más.
-Claro, porque ustedes hicieron bastante en ayudar desde siempre-Dijo Jaguaret en claro sarcasmo que los enfado.
-¡Arréstenlos!-Pronuncio un miembro, acercándose los guardias refugiados para proceder con la acción, alistándose ambos para pelear si era necesario.
-¡Quedas expulsada del consejo Schwarz!-Complemento otro.
-Favor que me hacen-Respondió ella sin importarle mucho.
La orden de arresto dada por los concejales se hubiera realizado de no ser por la aparición del chamán líder de la ciudad en ese mismo momento para poner orden ante la situación desesperada.
-¡Nadie expulsará o arrestara a nadie mientras yo esté al mando. Tenemos cosas más importantes que solucionar que estar discutiendo y peleando entre nosotros, entendido!-Respondió Makonde, cerrando la boca todos los concejales, sin dejar de mirar mal al jaguar y su compañera.
Regresando a buscar pistas entre las ruinas, ayudando Olusegun y Alisha más recuperados a continuar buscando todo lo que pudieran encontrar relacionado. No podían creer que el alquimista al fin tenía todos los orbes, debiendo apurarse en descubrir donde se ocultaba antes que desatará su plan final.
No muy lejos de allí, viendo como los concejales daban un discurso a la gente para tratar de calmarla por ciertas protestas, se dieron con la sorpresa por parte de Alisha que Makonde había salido hace poco. Pareciéndoles bastante raro que el líder de la ciudad no estuviera en un momento tan crítico y delicado, decidieron darle rastro, sobre todo al oír hablar a un miembro hablando con los otros que Makonde ya había tenido esa actitud desde mucho antes.
Caminando el amauta rumbo a la biblioteca, no sabiendo que sus alumnos estaban detrás suyo, ocultándose como podían, pese a que no mostraba signos de interesarle que alguien lo estuviera siguiendo en esta ocasión, lo vieron entrar en el lugar.
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Jaguaret (novela original) (COMPLETADA)
Teen FictionEl joven runapuma Jaguaret ah sido el vigilante no oficial de la ciudad del Cusco por varios años. Investigando un caso sin respuesta sobre unas extrañas criaturas completamente desconocidas, recibirá la ayuda inesperada de una pishtaco de nombre Pa...