🎄 Doce 🎄

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—No.

—Sí.

—Alfa, no. Es demasiado.

—¿Y no soy tu alfa y estoy aquí para cuidar de mi omega embarazado?

A Yoongi le divertía ver a Jimin refunfuñar. Estaban en un centro comercial y de no ser por las negativas del omega a casi todo, Yoongi ya le habría comprado toda la tienda para bebés. No es que fuera asquerosamente rico, pero tenía un buen trabajo que le daba una buena paga y ningún tipo de gasto más allá de las necesidades básicas, por lo que gran parte de sus ingresos eran para el ahorro.

Internamente, Yoongi agradecía a su cuenta bancaria porque le permitía darse el gusto de consentir a Jimin.

—Has comprado ropa suficiente para el bebé hasta que tenga dos años. No es necesario. —Se quejó Jimin, pero cada artículo que Yoongi había comprado había sido elegido según la mirada que Jimin les daba. Las que más le gustaban y le emocionaban, pero no se atrevía a pedir. —No deberías gastar tu dinero así.

—¿Por qué? Si ese es mi hijo y quiero consentirlo —no dijo lo ultimo en voz alta. No todavía. —También he comprado cosas para ti. No estarás embarazado todo el tiempo y necesitas ropa nueva.

El mismo método de elección había usado Yoongi para comprarle ropa a Jimin. Todo lo que al omega le llamara la atención y se le quedara viendo por más de diez segundos se iba a la pila de la compra.

—Es una exageración. Llevas al menos seis bolsas en cada mano.

—Entonces, esto será lo último. —prometió Yoongi, ofreciendo su tarjeta a la dependienta de la tienda de ropa personalizada para bebés.

—No nacerá hasta después de año nuevo. Nunca usará un traje de navidad de ese tamaño.

El traje era un mameluco rojo similar a un traje de Santa. Cuello y mangas blancos, pies negros como un par de botas y botones dorados al frente a juego con un diminuto sombrero de Santa con una borla blanca en la punta y una estrella dorada pintada en el dobladillo. Yoongi no se resistió al verlo y lo compró a pesar de las quejas de Jimin.

—No me importa —habló Yoongi una vez hecha la compra. —Puede usarlo en año nuevo. Ropa es ropa.

El resoplido de Jimin caminando dos pasos detrás de Yoongi sonó adorable y si Yoongi no hubiese llevado las manos llenas, habría abrazado a Jimin ahí mismo en medio del centro comercial. Contaba los días hasta que pudieran tener a su bebé con ellos, hasta que pudiera decirle a Jimin que él era el alfa de quien estaba embarazado.

—Alto ahí! —sonó un grito que hizo a Yoongi detenerse y casi caer cuando Jimin chocó con su espalda.

Estaban en un pasillo lleno de gente entrando y saliendo de las tiendas, forrado en decoración navideña y el bullicio de decenas de conversaciones a la vez, pero la voz le era familiar.

—¿Qué fue eso?

—Ahí están ustedes dos —dijo la voz, acercándose por la derecha.

—¿Taemin?

—Sip.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Jimin.

—Trabajo aquí, en esa tienda. —El omega señaló una tienda de zapatos. —Y ustedes están parados bajo el muérdago, así qué...

La declaración quedó suspendida en el aire cuando Yoongi miró hacia el alto techo ¿Cómo demonios habían colgado una rama de muérdago de tan alto? ¿Y por qué Taemin los hizo detenerse justo debajo?

—¿Eres una especie de duende mágico en una misión o algo así?

—¡Yoongi! —las bolsas en la mano derecha de Yoongi casi cayeron al suelo cuando Jimin le dio una palmada en el brazo. Se veía desconcertado por la pregunta, pero Yoongi no podía pensar en algo diferente para justificar que Taemin apareciera en los lugares y situaciones más extraños.

Regalo especial de navidad |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora