Louis y Fausto 🔥💖

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«Detente».

Su cabeza le decía a Louis que esto estaba peor de lo que parecía, pero cuando intentaba alejarse Fausto lo sujetaba con más fuerza. Louis lo agarró de los hombros, pero este le mordió el labio para que abriera la boca. Louis lo hizo, y Fausto lo invadió con su lengua.

—¡Hombre! ¡Ya! —exclamó cuando Fausto lo dejó respirar.

—¿Qué? ¿No te gusto?

—Es que no se trata de si me gustas. No voy a participar en esto. Marie es...

—¿Qué? ¿Tu eterno amor? ¡Me vale! ¡Ella se revuelca, y yo haré lo mismo! —Lo estrechó de la cintura y volvió a perderse en sus labios. Empujó las caderas al ras, con lo cual logró que las erecciones se tocaran.

—Fausto... —Louis cerró los ojos y se entregó al beso. Sus manos abandonaron los hombros y recorrieron la espalda para luego agarrar las nalgas redondas, que se marcaban en el pantalón de vestir.

—¿Lo ves? —indagó Fausto—. Tú también lo quieres, zorra.

—Aquí la única zorra eres tú. —Louis lo giró y metió la mano entre el pantalón y el bóxer para sostener el pene. Fausto gimió—. El que me está rogando una follada eres tú.

—Sí —contestó sin vergüenza. Estaba tan perdido y necesitado de caricias—. Házmelo ahora.

Fausto lo llevó a la cama. La habitación era tan diminuta, como el resto del ambiente. Fausto tiró de los botones de la camisa de Louis, los cuales volaron hacia todas las direcciones, y cayó de rodillas frente a él. Louis, en la nebulosa de placer, pensó lo loco que era ver a Fausto Carradine de rodillas por alguien. Lo chupó como si se tratara de un gran dulce, sin vergüenza ni limitaciones. Lo masturbaba y se enfocaba en sus ojos azules. Era una declaración de poder. Todo en ese hombre lo era sin importar que estaba de rodillas.

Louis lo sujetó del cabello e hizo que se pusiera de pie. Entretanto, pensó en el lubricante que había quedado sobre la mesa ratona.

—¿A dónde vas? —Fausto le dio un lametón sobre el labio cuando Louis buscó alejarse.

—Ya regreso.

—No te vayas.

—¡Ya regreso! —gritó mientras se alejaba. Tardó menos de treinta segundos en regresar.

Fausto estaba tendido en la cama y se masturbaba.

Louis lo miró con hambre y pensó en las veces que había bromeado con su amigo Sage acerca de follarse a Fausto. Ahora estaba a punto de ocurrir. Se lanzó en la cama, sobre el cuerpo musculoso, el cual se tensó.

—¿De verdad nunca te han penetrado?

—¿Eso tiene importancia?

Genial, una nueva evasiva que respondía su pregunta.

Louis caviló en lo importante que habría sido usar el consolador que tenía en su casa, pero ahora se las iba a arreglar con los dedos y algo de paciencia. Difícil para un tipo que le encantaba meterla sin contemplaciones.

Un dedo fue seguido casi al instante por otro mientras Louis estaba entre sus piernas. Fausto sentía que le hacían el mejor oral de su vida. La lengua del abogado se enroscaba de tal modo que pensó que se derretiría de placer. Los dedos eran una cuestión anecdótica. El escozor al principio era irritante, pero ahora que chocaban sobre su próstata y Louis succionaba Fausto sopesó que rebalsaría la boca ansiosa en cualquier momento.

No sucedió.

Louis abandonó su pene antes de que se corriera, se enfundó en un condón y se puso entre sus piernas. Estaba sentado en sus talones. Apoyó el pene en el orificio virgen y empujó despacio.

Fausto chilló. ¿Por qué carajo los dedos se habían sentido tan bien y ahora pensaba que iba a morir de dolor?

—Dios...

—Relaja. —Louis le acarició el pecho y se acomodó sobre él. Su boca fue sobre el pezón; la lengua hizo su trabajo. Se quedó muy quieto, mientras que Fausto recibía sus besos, chupetones y caricias. Fue él quien de pronto movió la pelvis en busca de más.

Louis dio estocadas cortas, y los gemidos incontrolables escaparon de la boca de Fausto.

Las piernas de Fausto se enredaron en su cintura con fuerza cuando Louis encontró el ángulo para embestir sobre la próstata. Sí, eso era genial.

Louis lo folló despacio, y el movimiento se fue acrecentando a medida que las estocadas eran respondidas con avidez por su amante, ese idiota que de seguro se volvería loco al día siguiente, cuando la calentura diera lugar al raciocinio.

Sus bocas volvieron a unirse.

Louis lo folló con la boca de la misma manera que con su pene.

Fausto se sentía sobreestimulado.

—Eres grande.

—No más que tú —aseguró Louis.

El enorme pene del empresario estaba sobre sus abdómenes y expulsaba líquido preseminal.

—Te voy a follar —afirmó desafiante cuando la pelvis de Louis se movió más rápido y sacudió la cama—. Quiero hacértelo a ti también.

—Eso, amigo, es un privilegio que no tendrás hoy.

—¿En serio?

—Sí.

Ambos rieron y volvieron a besarse.

Fausto se vino media hora después.

Louis, que al parecer apenas estaba precalentando, lo puso en cuatro y le dio con todo lo que tenía. Fausto sentía que sus brazos temblaban. La forma en que Louis sacudía sus caderas con velocidad y precisión era asombrosa. Golpeó ese punto que lo hacía perderse del mundo. Louis era muy bueno como activo. No había ninguna queja al respecto.

Louis lo sostuvo de los hombros y tironeó el cuerpo cansado hacia él. La espalda de Fausto quedó unida al torso. El hombre buscó masturbarse, pero Louis puso la mano sobre la de él para seguir el ritmo de las poderosas embestidas.

Fausto giró su rostro hacia el abogado y lo apretó en su interior. Louis gimió, así que volvió a hacerlo. Ninguno de los dos apartaba la mirada, aunque en esta pelea de machos alfa estaba claro quién era ganador.

Louis rebalsó el condón.

Fausto sintió que la liberación llegaba segundos después de la del abogado, quien lo acarició con suavidad y besó su cuello.

Disfrutaba el momento, el minuto después de encontrar la saciedad.

Salió despacio, y Fausto dio un quejido. Ambos se recostaron en el colchón en silencio. Sus respiraciones se calmaron con el correr los minutos.

Louis se agarró la cabeza. No quería pensar. Había tenido sexo con el ex de su mejor amigo, con el esposo del amor de su vida. ¿Cómo carajo definir los sentimientos que lo invadían?

—Tranquilo —dijo Fausto mientras se giraba en la cama y le daba la espalda—, solo ha sido una noche.

—¿Solo eso? —Escrutó la espalda fuerte y sus ojos bajaron hacia las nalgas.

Fausto suspiró.

—Sí, solo eso. Nadie tiene por qué saberlo.



Hola mis amores!! Y aquí estamos con una nueva edición de Sueños de amor! Como verán hay relatos que se fueron (porque los protagonistas ya tienen sus libros), y otros que llegan, porque formarán parte de las nuevas entregas para 2024!!! Louis y Fausto formarán parte del tercer libros de la saga deseos eternos. No me pregunten fechas porque ni yo sé en qué momento los escribiré con la cantida de proyectos que tengo encima  🤣🤣🤣🤣, pero bueno aquí tienen una probadita. Las personas que ganaron el sorteo de Sueños de amor este año, y los que compraron Jonas ya más o menos sabían por dónde íbamos 🤣🤣🤣🤣. Espero les guste, los va a dejar con mil preguntas seguramente. 

Les deseo una hermosa navidad a todxs! Esta es una serie de capítulos que voy a estar publicando hasta el día 2 de enero. Espero les gusten!! Abrazo. Paz 

Sueños de amor - Relatos (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora