-A-

1.2K 62 1
                                    

Después de una nueva charla con el desconocido aún para Martin, al llegar a la casa del castaño, el trío de amigos se dirigió a la habitación de Martin dónde tenía una pizarra con posibles nombres candidatos a ser el nombre de ese extraño que tanto llamaba la atención del chico.

—Vale, hoy me ha dicho que la segunda letra de su nombre es la "U", asi que nos quedaríamos con la  "Ju". —explicó Martin dando vueltas de un lado a otro del dormitorio.

—Pues si empieza por "Ju" puedes descartar Jesús, Jacinto, Javier, Jerónimo... —empezó a tachar nombres Chiara con un rotulador rojo.

—¿Y qué pasa si te está engañando y en realidad ese no es el orden de las letras de su nombre? —preguntó Ruslana quitandose las botas y dejandolas en el suelo para sentarse cómodamente sobre la cama recibiendo dos miradas cansadas por parte de sus dos amigos. —¿Qué?

—¿Puedes dejar de ser tan negativa? —dijo Martin cruzándose de brazos.

—No. ¡Es un extraño, Martin! ¿O es que no lo ves? —dijo la pelirroja obvia a su amigo quien simplemente se mordió el labio.

—Yo creo que simplemente tiene miedo a abrirse con alguien. Creo que en el fondo quiere hablar conmigo. —dijo tímidamente el chico con una pequeña sonrisa sobre sus labios. —Cuando le dije feliz Navidad noté que sus ojos se pusieron brillantes, como a punto de llorar porque probablemente nadie se lo hubiera dicho en años y cuando le pregunté por los regalos me dijo que no había recibido ninguno.

—Puede que sea puro teatro para que caigas. —dijo Ruslana manteniendo el semblante serio en su rostro. —¿Tú que opinas, Chiara?

—No sé, yo confío en él y además dijo otra letra más, eso puede significar que quiere que Martin siga yendo a verle.

Ruslana miró fijamente a su amiga por un par de segundos recapacitando sobre este chico que ahora parecía interesarle a su mejor amigo.

—No sé Kiki, aún no me transmite confianza. —dijo la pelirroja finalmente haciendo que Martin le mirara con incredulidad en sus ojos.

El castaño miró a Ruslana con una cara más bien seria pero igual se puso de pie frente a ella y abrazó a la pelirroja con algo de culpabilidad.

—No es tu problema si me causa desconfianza ese chico, Martin, a ti puede gustarte quien quieras. —dijo la pelirroja tras unos segundos de silencio.

—No me gusta... —dijo con duda el castaño a su amiga disimulandolo con una tos finguida.

—Bueno, a ver que pasa mañana con el amigo sin nombre. —dijo Kiki soltando el rotulador sobre el escritorio de Martin. —Hora de dormir.

—Buenas noches a las dos. —se despidió Martin de cada una con un pequeño beso en la frente y se tumbó en la cama pensando en qué tan tonto era al haber caído a lo más profundo del hoyo por un completo desconocido.

~~~

Ya era de día y Martin fue el último en bajar de los tres amigos.

Su madre ya se había ido a trabajar lo cual dejaba a los tres jóvenes solos. Las dos chicas se encontraban en la sala de estar a punto de caer otra vez dormidas hasta que se oyó un ruido.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Kiki asustada a Ruslana quien a penas podía abrir los ojos del cansancio.

—¡Han sido mis tostadas! —gritó Martin desde la cocina aliviando a Chiara cuando vio al chico salir de la cocina con un plato en su mano derecha que tenía efectivamente un par de tostadas.

—¡Qué susto! —se quejó Chiara de segundas a su amigo quien se disculpó con la mirada pero que igual soltó una carcajada.

—Buenos días Martin. —dijo Ruslana poniendose de pie para sentarse junto su mejor amigo en la mesa. —¿Has dormido bien?

LAST CHRISTMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora