Capítulo 8 - Agente 007 Y Complementos

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Luke me había mandado la dirección. Me había dado varias referencias, según esto no estaba tan lejos de la casa de Charlie, así que no tendría mucho problema con encontrar su casa. Además su fachada tenía un rasgo característico. No me dijo que era, sin embargo, me dijo que en cuanto la viera sabría cual era. Y así fue, en cuanto la vi, lo supe. En la ventana de la parte superior; en la que supuse sería la ventana del ático; había una bicicleta atravesada entre una parte de la ventana y una parte del muro, quedando de fuera la parte del volante.
¿Cómo diablos había llegado ahí una bicicleta? ¿Y de quién era? ¿Lo habían hecho Luke y los chicos? Lo más seguro era que sí.
Eso explicaba porque desde que nos íbamos juntos en bici uno de ellos llevaba al otro en los diablos traseros de su bici. ¿Pero cómo era que lo habían hecho? No creo que la bici llevara mucho tiempo ahí, aun no se notaba tan deteriorada. Es decir, al menos no años, era reciente. Quizá unos meses, como a inicios del ciclo escolar. Tal vez lo habían hecho durante el verano. Me quedé un rato viendo la estructura de aquella locura.

Independientemente de que la bici de alguno de los chicos estuviera atravesando la casa de Luke, el resto era hermosa. Estaba pintada de color verde, tenía dos pisos más la punta de la casa que era el ático. Tenía un bonito patio con bastante pasto para pasar las tardes al aire libre, incluso recostarse o simplemente salir a tomar un café. Y claro que se podía, pues en la parte más centrada del patio se encontraba una mesita pequeña, toda hecha de fierro, con dos sillas para sentarse, quizá cabía una dos o hasta tres sillas más —algo justas pero cabían—. Aún así, seguro Lizz era quién solía salir a darle ella sola ese uso. No podía estar segura, aun no sabía cómo es que era el resto de la familia de Luke. Asimismo también habían unos viejos columpios en el patio. En una esquina de la casa estaban arrumbadas las bicicletas de los chicos. Decido entrar a la casa, primero abro una pequeña puerta de madera, que mas que una puerta, era la cerca que rodeaba la casa, está pintada de distintos colores bonitos, en su mayoría sobresalía el naranja y amarillo, junto a esta unas lindas margaritas adornaban parte de esa cerca. Dejo mi bici hasta la esquina del patio para apoyarla junto a las otras dos de los chicos en un borde y esquina de la casa. Desde el momento en que dejo mi bici hasta subir los pequeños cuatro escalones para dar a la puerta de la casa, puedo oír distintas voces dentro. La obvia era la de Luke; la otra era la de Calum;  ambos estaban discutiendo por algo.  Una voz de señora —supuse era Lizz— hacia un intento por ser intermediaria en la conversación sobre lo que sea que los chicos estaban debatiendo. Acomode mejor mi mochila. Atore mi cabello detrás de mi oreja, solo del lado derecho, y toque la puerta. Inmediatamente el ruido que se oía unos instantes atrás desapareció, escuché unos pasos algo presurosos acercarse. La manija se trabó un poco al abrirse la puerta; recibiéndome un Luke y Cal sonrientes. Ambos frente a la puerta, quedando justos por el marco de la misma, supuse se habían peleado por quien abría primero.
Consiguen abrir la puerta y recibirme, ambos sonríen mostrando sus dientes y fingiendo inocencia con esos rostros tan tiernos que tenían, —no les creería, pero si que podían fingir no romper ni un plato.

—Se pelearon por ver quien abría primero la puerta, ¿en serio? —suelto una risa, divertida. Levanto una ceja.

—Nooooo, como crees —desvía Luke la mirada. Negando con la cabeza junto a Cal.

—Ajam —me cruzó de brazos. Sonriendo —, y bueno, ¿me van a dejar pasar o no?

—Claro, pasa, Jaqui —ambos se hacen a un lado. Y estiran su mano indicándome que pase.

Talk Fast || Ashton Irwin || Enemies To LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora