Capítulo 12 - ¿Ventana De Escape O Escape De Emociones?

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☪Pov de ambos ☪



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—Estoy muy nerviosa, chicos. Quiero que esta entrevista salga al máximo. No puedo tener fallas, ¿okey? —repito una vez más, jugueteando con mis manos sudorosas—. Charl estás seguro que el Internet no se irá, ¿verdad?

—Ya te dije que no, Jaqui. No se que más quieres que te diga para que te tranquilices —su tono indicaba que su paciencia de hoy estaba empezado a ser agotada por mí y los nervios.

—Nada. Solo déjenme respirar. Esto ya va empezar en unos minutos. Necesito paz. Ya no digan nada quiero que se queden en su rincón y no digan absolutamente nada. Ya bastante hice con evitar a los chicos todo el día de hoy y evadir todas sus preguntas del porque hoy no iría con ellos.

—Enserio, aun no puedo creer que no les digieras nada sobre la entrevista —comenta Kari.
Le sorprendía y de algún modo agradaba que yo no les hubiera comentado nada a los chicos.

—Se los diré luego, tal vez mañana, cuando esto ya haya pasado. Primero debo enfocarme en esto, es el primer paso para un gran futuro —me acomodo mejor en la silla intentando buscar un buen ángulo.

—Así se habla, leona. Tú puedes —me da ánimos Kari. Toma una palomita del tazón azul que ha traído de la cocina y se lleva una tras otra la boca.

—Muy bien, niña linda —habla Charl—, ya tienes todo listo. La cámara, el micrófono, internet, bocinas, no necesitas nada más, en cuanto le des click, la llamada activará todo.

—Genial. Deséenme suerte —acomodo mi cabello una vez más. Espero a que den las 4 en punto y así poder comenzar la llamada.

Kari y Charlie en todo momento se quedaron callados, me hacían gestos intentando mostrar su apoyo o sugerencia al momento de contestar las preguntas.
Conforme la entrevista avanzaba mis nervios se ausentaban. Sintiendo cada vez más cómoda y segura ante lo que respondía. Quizá así se sentía cuando sabias que estabas haciendo las cosas bien y algo era para ti.

Al terminar la entrevista, nos quedamos el resto de la tarde haciendo compañía a Charlie con películas de fondo, palomitas de bocadillos y tareas en nuestras manos. El resto de la semana se fue rápido y pronto llego el viernes. Pero mis planes habían sido arruinados desde un día antes.

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Lo siguiente que había pasado, después de los maravillosos días ocultándole a mamá que me había escapado a un bar con los chicos y había terminado siendo la ebria campeona de la competencia, era que me había castigado. Luego de mi entrevista habíamos salido a comer con papá y mamá. Papá usaría su hora de comida para salir y vernos en la plaza, iríamos a un restaurante, y todo salió bien. Papá me alentó y me estuvo diciendo que conseguiría un lugar ahí. Que todo estaba ya más que hecho y resuelto. Una vez que terminamos, papá tuvo que volver al trabajo por lo que nos dejo solas, mamá y yo tomaríamos el bus para regresar a casa. Pero en ese trayecto de vuelta a casa y al tener que atravesar parte de la plaza, la oportunidad de enterarse todo sucedió. Se había enterado de ello, y ahora me había castigado dejándome encerrada en casa con todas las puerta bajo llave. Lo único que le había faltado era haberle puesto un candado a las ventanas de la casa. Además de haberme castigado sin mis lecciones de piano con Luke, por el resto se esa semana.
El momento y la forma en que lo había descubierto había sido tan vergonzoso. Me había quedado en blanco y sin saber que decir. En cuanto se entero de todo, empezó a atar cabos, desde el porqué me había quedado a una supuesta pijamada con Charlie ese día en la noche, que al día siguiente de nuevo fuera con Charlie a la plaza por material para su proyecto; el porqué mi ropa olía, incluso, a un detergente distinto al de casa. —Hasta eso había notado, aun cuando yo era la que lavaba mi ropa desde hacía unos años—. Luego de eso, obviamente quiso llamar a la mamá de Charlie para informarle que también su hijo había ido a escondidas de ella a una noche de bar y apuestas. No podía dejar que la mamá de Charlie se enterase de absolutamente nada. Si mi madre ya era algo controladora, la de Charlie era una maníaca y nunca más lo dejaría salir, lo castigaría hasta por lo menos entrar a la universidad. Y lo más seguro es que ya no lo dejaría volver a salir con nosotras. Y yo no podía permitir eso, menos cuando Charlie solo había ido un momento, no había tomado prácticamente nada, y además de eso, me había cuidado de no caer en un coma etílico o algo parecido. Así que le invente a mamá que Charlie solo me había cubierto, que él si había estado en casa viendo películas, y que yo solo le había pedido ese pequeño favor de mentirle con la pijamada.

Talk Fast || Ashton Irwin || Enemies To LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora