Una historia escrita desde una perspectiva diferente, dónde los shinigamis son los malos.
Una historia del pasado que relata el momento en el que se conocieron, dónde todo inició.
Shoko Amane, el nombre de una mujer que ha sufrido desde su niñez. E...
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La joven se alejó por completo de su grupo, perdiéndose entre todos esos árboles. Tan solo deseaba llegar lo más rápido posible y pelear, debía saciar esa necesidad de lucha. Después de todo, los fuertes se aburren cuando están con alguien débil ¿No? Ella necesitaba, anhelaba encontrar a alguien que pudiera satisfacerla. Eliminar ese aburrimiento, poder moverse se forma libre aunque sea por unos minutos.
Claro estaba que Minos, era quien servía de supresor de reiatsu, él sabía perfectamente que Shoko se dejaría llevar por la emoción y no pensaría con claridad las cosas haciendo que todo se volviera complicado.
No quería que Shoko se viera envuelta en un problema mayor con los Akita tan pronto.
La castaña se detuvo ya que el lugar donde se encontraba, estaba desértico, los árboles parecían haber sido talados. Y ahí, hacía demasiado calor, se sentía sofocada.
¿Un incendio? ¿Los Menos Grande hicieron eso?
No, no fueron ellos. Había sido algo más.
¿Acaso uno de los Adjuchas?
Posiblemente una pelea entre dos Adjuchas.
De la nada, el reiatsu que había sentido se esfumó.
Pero, ella sentía una presencia cerca de ella.
¿Dónde?
No podría saberlo.
Sentía que alguien la observaba, pero no sabía desde dónde.
¿Era solo uno o eran más?
Odiaba no saberlo.
Pero a la vez, le emocionaba algo inesperado.
Un destello frente a ella la hizo salir del trance.
No haría uso de la razón, se dejaría llevar por su instinto.
Y su instinto le gritaba "¡Muévete!"
Se movió de lugar, y donde había estado antes, se originó un corte.
Aún estando a una distancia considerable, vio el corte en la piedra. No era un corte proveniente de alguna espada, era algo mucho más fino.
Un nuevo destello, tuvo que moverse nuevamente.
Cada destello era un corte, y ya había cambiado de lugar varias veces, y por lo que podía ver a su alrededor, habían telarañas.
