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Guerra. Discordia. Unidos en un mismo ser. La peor aberración que puede existir.

-Shoko, debes de ir hacia donde todo comenzó. Ahí encontrarás todas las respuestas que buscas, todo te será revelado en ese lugar.

-¿Dónde todo comenzó? ¿A qué te refieres?- La chica se encontraba en un lugar sombrío, estaba sola, pero a lo lejos se escuchaban pisadas. Aunque sabía que se encontraba sola sentía como si alguien más estuviera con ella, no de forma presencial.

-Ve a ese lugar y todas tus dudas se resolveran- Decía la voz, era una mezcla de dos voces, masculina y femenina; voces que no reconocía. Una vez que se detuvo el eco de las pisadas ella intentó moverse de ese lugar pero algo la detenía, sus piernas comenzaban a dolerle y sentía un ardor en sus pies, algo quería que se quedara estancada en ese lugar. Después sintió unas manos sosteniendo sus piernas, no eran solo un par, eran más y no lograba saber cuantas eran: luego escuchaba mas voces que se convirtieron en lamentos que aturdían sus oídos.

Unos minutos después todo el ruido cesó dejándola de nuevo en silencio, cerró los ojos y al abrirlos se encontraba de nuevo en su habitación. Tocó su frente y estaba helada, se recostó y trató de relajarse; pensaba en lo que acaba de pasarle no logrando comprender todo aquello. Una vez estando más tranquila cerró sus ojos intentando conciliar el sueño pero volvía a sentir que algo o "alguien" la sofocaba.

En ese momento algo comenzó a rodear la zona en donde ella estaba recostada, una silueta deforme y oscura se posó debajo de ella y de repente salieron dos manos del mismo color que la silueta para sujetar su rostro cubriendo su boca impidiendo que emitiera algún sonido. Pero ella no notó las manos que atravesaron debido a sus ojos cerrados, al cubrir las manos de Shoko ella por instinto intentó quitárselas de encima sin conseguirlo, las manos como por arte de magia hicieron que ella atravesara el suelo llevándola de nuevo al lugar oscuro donde estuvo hace unos momentos. Esta vez había un poco más de luz y se alcanzaba a divisar la silueta de alguien deforme que se acercaba a ella. Aquella criatura emitía quejidos y gritaba, era como hace unos minutos; lamentos de muchas personas que ensordecían los oídos de la fémina. Cuando la criatura estaba a dos metros de distancia se detuvo de golpe al igual que los lamentos, estaba estático pero de repente apareció en frente de ella a tan solo centímetros de distancia; permanecía callada, observándola, unos segundos después comenzó a hablar pero no captaba nada de lo que decía, y al final se escuchó la voz de un hombre repitiendo lo mismo: Te encontré, al fin podré culminar esta pesadilla que nos ha mantenido cautivos desde tu nacimiento maldita.

No sabía lo que significaba, pero esas palabras se incrustaron firmemente en su cabeza, causándole un inmenso dolor tan fuerte que pata intentar menguar el dolor cerró los ojos. Se quedó así cubriendo sus oídos también y cuando la voz del hombre cesó abrió de nuevo los ojos y estaba de regreso en su habitación. Todo estaba hecho un desastre, como si alguien hubiera arrasado con las cosas de su propiedad. El dolor de cabeza desapareció por completo y una vez que se sintió lo suficientemente fuerte se levantó y empezó a ordenar todo, no le gustaba estar en lugares sucios y tampoco querría que alguno de sus compañeros entrara sin aviso alguno y viera el desorden.
-Cielos... Minos ¿estas ahí?

-Siempre estaré aquí

-¿Viste eso? ¿O lo sentiste? Dime que no estoy enloqueciendo

𝑳𝑨 𝑭𝑳𝑶𝑹 𝑫𝑬𝑳 𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶 ~𝑨𝑰𝒁𝑬𝑵 𝒙 𝑶𝑪~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora