SERIAL KILLER Cap (12)

66 5 1
                                        

Hoy amaneció algo nublado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy amaneció algo nublado. Me doy una ducha rápida de agua helada para despertarme. Me observo en el espejo; aún siento un hormigueo en mis labios. Los toco para ver si tengo algo extraño, pero solo los tengo un poco hinchados.

Desde que Jackson me besó ayer, siento eso, quizás, sólo es impresión mía. Lo dejo de lado; lo menos que quiero hacer es acordarme de ese momento.

Bajo a desayunar.

Peyton está pasándole manteca a dos fuentes.

—Buen día, papá —se le ve muy concentrado en lo que hace.

—Buen día, cariño.

Veo por la ventana a unos agentes de policía merodear. Les preparo un café de cortesía, ya que ayer, por todo el drama, nunca los saludé. No quiero quedar mal.

Salgo afuera con los cafés.

—¡Hola!—Les dije dirigiéndome a ellos.

El hombre, quizás de unos 30 años, se acercó a mí de manera amistosa.

—Buenos días, no pudimos presentarnos ayer.Mi nombre es Kevin y ella es mi compañera Samanta. Somos los oficiales encargados de su cuidado.

Me estrecharon las manos y las acepté.

—Mucho gusto, me llamo Katherine. Les pido disculpas por la forma en que actué ayer.

El oficial sonríe como un cachorrito y la rubia solo hace una mueca de disgusto.

¿Tan rápido les caí mal?

—Bueno, creo que entraré a mi casa. Una vez más, un gusto conocerlos.

—Sí, estaremos a unos metros de distancia, revisando el perímetro por si vemos algún sospechoso que coincida con las descripciones que nos dejó.

—De verdad, les agradezco por hacer esto.

—Es nuestro trabajo, no hay otra opción—interrumpe la rubia molesta.

—Sí, es cierto—sonreí.

—Samanta...—gruñó Kevin, mientras la rubia le lanza una mirada de reproche.

—Bueno, los dejo hacer su trabajo—me doy media vuelta para entrar en casa.

Apenas escucho lo que murmuran.

—Samanta, ya hemos hablado sobre esto...

—¿Ves cómo la miras, Kevin?

—Estoy cansado de tus celos. Ve por ese lado y yo por aquí. Cualquier cosa, me avisas. —Samanta ni siquiera se digna a contestar.

Cierro la puerta detrás de mí.

—¿Ya conociste a los oficiales, hija?—me pregunta mi padre mientras cocina algo que, por supuesto, huele muy rico.

—Sí, y ya le caigo mal a la rubia—miré a través de la ventana y la veo  hablando por el walkie-talkie mientras patea una piedra.

SERIAL KILLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora