Breve resumen del mito de Pigmalión:
Pigmalión es una figura legendaria de Chipre en la mitología griega que fue rey y escultor del poema narrativo de Ovidio 'Metamorfosis', en el que Pigmalión se enamora de una estatua que había tallado y pintado.******
.oOo. PARTE I .oOo.
El sol golpea con un ritmo familiar para Miranda mientras camina con la procesión por la colina hacia el templo. Las amplias y ricas hojas verdes que se sostienen sobre ella la protegen de la mayor parte del intenso resplandor, pero no del calor que llega con el sol del mediodía.
Como tal, tiene una ligera capa de sudor que descansa en la línea pálida de su cabello, goteando intermitentemente por el costado de su cuello. Quiere estar de vuelta en su casa, bañada y cortando su nueva creación. El ruido aquí en el centro de la ciudad, la atención que le prestan, no le conviene, pero sigue siendo una necesidad, supone.
Finalmente llegan a las escaleras del templo y allí, a tres metros y medio de altura, está su estatua de la diosa Afrodita, sonriendo tímidamente a sus seguidores, con las manos abiertas y dando la bienvenida. Este, su mayor trabajo hasta la fecha, es el motivo por el que hoy se le rinde homenaje. ¿Por qué hay decenas de personas haciendo fila dentro y alrededor del templo en un día tan sofocante y no en las piscinas o en la playa? Se siente honrada y mortificada a partes iguales, aunque sólo permite que se exprese lo primero. El propio Rey le agradece, con la mirada fija, y luego se dirige a la multitud.
“Este día nos honras, Miranda de la Alta Casa Priestly, con una ofrenda y un regalo a nuestra Diosa Afrodita”. La multitud aplaude y arroja pétalos de flores y granos ante el anuncio. Ve a varios hombres que se creen sus pretendientes y se abstiene, aunque sea por poco, de ponerles los ojos en blanco. El Rey, su primo político por matrimonio, continúa: “Que la propia Afrodita te sonría en el futuro”, y nuevamente, la multitud aplaude a gritos. Es invitada a entrar al templo y dejar otra ofrenda para Afrodita que ella acepta.
Da pasos lentos y reverentes hacia su creación y al pie de la estatua descansa el cincel más desgastado que utilizó para esculpir a la diosa en ofrenda. Mientras se arrodilla, con las manos sobre el altar de piedra, reza por un amor que la fortalezca y por la capacidad de conservarlo. Siente una fuerte brisa que revolotea contra su mechón de pelo blanco y se pregunta si la propia diosa no le habrá respondido. “En tu nombre, Afrodita, te adoro”, susurra, poniéndose de pie.
Hay una gran fiesta que sigue a la inauguración de la estatua del templo y, detestando pasar más tiempo lejos de su trabajo, Miranda deja de asistir aunque solo sea por una hora. Es un error en el momento en que llega cuando nota que sus 'pretendientes' están alineados listos para hablar con ella. Ni siquiera las aceitunas y los higos que más le gustan pueden hacer desistir el sabor a bilis de su boca. Odia las multitudes como ésta, todos mirándola y queriendo hablar con ella. Ella simplemente los ignora, pero casi nunca es suficiente para disuadir sus esfuerzos.
“Miranda, un trabajo sencillamente exquisito”, le dice un bello rostro. Ella sonríe apenas y asiente vagamente, bebiendo vino y deseando estar en casa. “Los detalles fueron increíbles”, continúa diciendo el rostro, tratando desesperadamente de que parezca que tiene algún conocimiento de escultura. Ella asiente de nuevo.
"¿No me traerás más vino, buen amigo?" pregunta inocentemente. Casi tropieza consigo mismo al hacer precisamente eso, sin darse cuenta por completo de que ella se retira apresuradamente hacia donde el rey se sienta con su esposa. “Prima, mi rey”, dice, señalando con la cabeza a Nadia, que la adora a ella y a su marido, que la adora por motivos menos inocentes. “Tengo varios proyectos que atender en mi casa, si se me permite”, dice con la mayor humildad que puede. Su prima, cinco veranos mayor que ella, la mira con complicidad antes de volverse hacia su marido y asentir.
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Mirandy One Shot - Segunda Edición
FanficPequeñas historias de Miranda Priestly y Andrea Sachs del universo de El diablo viste a la moda, o el Diablo viste de Prada ✨ (Para leer la segunda edición no es necesario haber leído antes la primera, pero de igual manera pasate un momento y dale a...