Mirandy One Shot - Segunda Edición

El Libro

Evelyn Myers, crítica de libros de la revista Runway, no suele ser del tipo de una persona nerviosa. Una cualidad importante cuando una trabaja para Miranda Priestly y está a punto de ser portadora de noticias desagradables. Ella mira fijamente el libro que tiene en la mano y resiste el impulso de estremecerse. Ahora no es el momento de sucumbir a sentimientos de temor. Es mejor ser la calma antes de la inevitable tormenta.

Un suspiro se escapa de sus labios y se mueve con desgana de la silla de su escritorio. Una mirada rápida al espejo de su oficina confirma que todavía se ve presentable a pesar de una mañana ocupada.  Con su cabello rubio y liso y sus ojos verdes, Evelyn agradece el hecho de no parecerse en nada... a ella.

Después de echar un vistazo rápido a su reloj Cartier, se prepara y sale de la habitación. Mientras camina por el pasillo hacia la oficina de Miranda, Evelyn espera que su jefa esté de buen humor. Como muchos de sus colegas, vive en un constante estado de esperanza.

“¿Está lista para mí?” Evelyn pregunta en el momento en que llega al escritorio de la primera asistente. Y añade en un susurro: "¿Cómo está su estado de ánimo, Ava?".

“Rozando lo diabólico”, responde Ava en voz baja. "Oh diablos. ¿Es lo que creo que es?"

"Claro que sí", dice con la voz más informal que puede reunir. "Un título interesante, ¿no te parece?"

Ava se pasa una mano por el pelo y luego niega con la cabeza. Un acto que Evelyn conoce por experiencia es uno de los pocos que Ava cuenta. A diferencia de Emily, Ava es casi imperturbable y rara vez cede ante los nervios o la presión.

"Continúa", dice Ava.

“Deséame suerte”, responde, sabiendo que necesitará un suministro para un año para sobrevivir los próximos cinco minutos.

“Oh, lo necesitarás”, responde Ava, y Evelyn detecta la más mínima nota de alegría en su voz.

"Bueno", piensa divertida mientras se dirige a la oficina de Miranda. "Tal vez haya una pizca de Emily en ella después de todo".

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Miranda se golpea los labios fruncidos con un dedo mientras examina el libro sobre su escritorio. Ha estado en el mismo lugar desde que Evelyn lo depositó allí hace treinta minutos. Las industrias editoriales y de la moda llevan meses alborotadas por este libro, desde que surgieron rumores de que una 'interna' se había atrevido a denunciar las excentricidades y excesos de su querida profesión. Se pregunta si el público será igual de susceptible a todo el revuelo.

La pregunta que sin duda se han estado haciendo amigos, colegas y subordinados es si Miranda permitirá que aparezca una reseña dentro de las páginas sagradas de su revista. A lo que la respuesta es obviamente sí. Le sorprende que la gente piense que su ego es tan frágil que no puede soportar el esfuerzo del debut de una escritora. 

Honestamente, cualquiera destacado se ha visto reflejado entre las portadas de una novela en clave.

Coge el libro y pasa un dedo por las letras grabadas en la portada.  Estéticamente hablando, el libro es atractivo. La elección de la imagen, los colores y la fuente se complementan entre sí y está segura de que atraerá a aquellos lectores que juzgan un libro por su portada.    

En cuanto al nombre del libro, Miranda de alguna manera se las arregla para no poner los ojos en blanco con exasperación. 'The Beast in Blass' no es un título que se hubiera considerado apropiado si ella dirigiera Broadway Books.