Después de un rato apoyados en la barra del lugar, la chica decidió hablar.
—Vamos —jaló al moreno a la pista mientras ambos reían.
Una vez que estuvieron ahí la chica comenzó a bailar esperando que el chico la siga, a los pocos segundos él también bailaba, de una forma que solo él sabía hacerlo, sin mencionar que era muy malo bailando, o eso creía él.
Al presenciar aquello, una sonrisa se hizo presente en el rostro de Liana, para ella Pedri era un gran bailarín, el ritmo lo llevaba en la sangre y no pensaba discutirlo con nadie.
—Bailas muy bien —confesó mientras se acercaba más al chico y se lo decía en el oído.
—¿Recién lo notas?—bromeó haciendo referencia las veces que bailaron juntos.
—No vuelvo a decirte nada.
Después de eso ambos se miraron fijamente soltando una leve risa y posterior a eso la chica tomo a su contrario por los hombros, él tardó en reaccionar porque no sabía que hacer con las manos sin llegar a incomodarla.
—Eres un lento —susurró.
—Eso si lo entendí.
—¿Y por qué no haces nada? —bromeó y lo tomo de la manos dirigiéndolas a su cintura y se quedó mirándolo fijamente para ver si no lo incomodaba y él solo logró mostrar una sonrisa de labios cerrados.
A los segundos vio las gafas colgadas en la camiseta del chico y se las quito para ponérselas logrando que el chico sonriera.
Fue cuestion de segundos y la chica noto el cabello desordenado del moreno, por más que quiso arreglarlo no pudo y ella pareció darse cuenta porque lo miraba fijamente, detallando cada parte de él.
Se tomó el tiempo para dirigir ambas manos al cabello del chico y arreglarlo mientras él la miraba sin separar la mirada.
—Listo, lindo como siempre —confesó sonrojandose al instante por sus propias palabras—. ¿Cuanto tiempo te queda aquí en Tenerife? —preguntó con miedo a la respuesta y nerviosismo por sus palabras y acciones anteriores.
—Media semana, se adelantaron los entrenamientos—explicó dándose cuenta del poco tiempo que tenía.
Ella se quedó mirándolo sin decir nada, desde la pregunta se quedaron quietos sin intentar bailar.
—¿Esto acabará tan pronto? —cuestionó sin intención de que él responda algo.
—Si quieres puedes venir conmigo a Barcelona —le dedicó una sonrisa sincera.
—Como me odio por siempre tener conversaciones serias en medio de fiestas —carcajeó cambiando de tema con un leve sonrojo por todo lo que estaba diciendo.
El canario solo río y se puso serio al escuchar la canción que sonaba.
—Sin señal —hablaron al unisono sin borrar la sonrisa que estuvo presente desde que llegaron al lugar.
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Columbia - Pedri González
Fanfic𝑺𝒆 𝒍𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒂𝒑𝒐 𝒖𝒏 "𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐" 𝒂 𝒍𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒊𝒂 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒚 𝒆𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒕𝒊𝒂 𝒏𝒐 𝒊𝒍𝒖𝒔𝒊𝒐𝒏𝒂𝒓𝒔𝒆, 𝒍𝒐 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒂𝒕𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓𝒊𝒂 𝒂 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒓𝒍𝒐. 𝑶𝒃𝒋𝒆𝒕𝒊𝒗𝒐 𝒆𝒏...