𝙺𝚒𝚜𝚜 | Prichael |

𝐔𝐧𝐚 𝐍𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨

– . . . Yo- No juegues así, Prince.– soltó el más alto con los ojos bien abiertos y una sonrisa inexpresiva, el momento lo confundiría.

– Feliz Año Nuevo, Michael. –

Este solo respondió con pequñas y confundidas risas, alzando una de sus manos hasta el costado de su rostro. – Va . . Vaya, en verdad que eres todo un bromista, ¿comenzando el año con buen humor? –

Prince, por su parte, solo se contuvo a llevar una de sus manos hacía su frente, peinado sus obscuros cabellos hacía atrás, bajando su mirar, soltando leves risas de desánimo. – Yo- lo sabía . . Tú y yo no estamos en la misma sintonía, fue un error que vinieras . . -

La sonrisa ajena fue bajando a cada palabra, definitivamente no se trataba de una broma, y la expresión del amante púrpura lo decía todo; su pulso aumentaría y sus puños se cerrarían comenzando a sudar ante los nervios del no saber que decir, ni siquiera el que hacer. ¿era esto un mal sueño? ¿era realmente lo que su compañero sentía? ¿cómo podría ante eso?

– vete, no deberías estar aquí.–

– Prince . . – intentó acercarse.

– ¡DIJE QUE TE FUERAS! – retrocedió totalmente en modo de defensa, abrazándose a sí mismo mirado finalmente al más alto, sus ojos mostraban molestia, pero sabía, que en lo más profundo esto era simplemente una cortina para su decepcionado sentir. – deja de jugar con mis sentimientos . . –

El rizado, claramente pasmado por la situación, retrocedería un paso, tragando saliva y bajando su vista por unos momentos, el pensando profundamente que decir, si bien no era un gurú del amor, sabía que en este momento los consejos ni las palabras de aliento servirían, solo el dejarse llevar por lo que él también sentía ante esto. – perdóname . . Yo- yo no tenía idea de que te sintieras así, Prince . . Solo estoy . . Sorprendido, yo- yo no sé . . Ah . . –

– yo tampoco se como sucedió – respondió,  bajando su mirar al igual que el tono de su voz. – supongo que . . Todo comenzó aquella noche que tomamos y bailamos hasta cansarnos . . Y que luego, nosotros . . –

– nos besamos. –

El más alto completaría la frase con un tono serio, lo cual haría que este nuevamente le llevara la mirada con sorpresa, parpadeando un par de veces.

– acaso . . ¿Acaso si lo recuerdas? –

– si, bueno . . Un poco, pero lo suficiente para saber el porqué de tu sentir, quizás . . Es también el porque estoy aquí, yo- yo también sentí esa conexión pero . . No sabia como interpretarla. – continuo apretando su puño, incierto de lo que sucedería o sentiría su contrario, apretaba sus labios a cada frase, desviando su vista, inseguro de hacer contacto con el otro.

El ajeno sólo se contuvo a reír sin energía, soltando la presión de sus brazos, dejándolos caer a los costados de su torso, bajando su mirada. – bueno, entonces . . supongo que al final de todo, si estamos en la misma sintonía, pero . . Ahora ni tu ni yo sabemos que hacer, ¿verdad? Me siento muy imbécil ahora mismo. –

Michael se quedaría en silencio unos momentos, para luego alzar su vista nuevamente y de forma sorpresiva, como si una idea hubiera llegado a su cabeza; si bien sabía que esta sería solamente parte de su impulso, y aunque su timidez fuera más grande, su boca no la callaría.

– Prince, hagámsolo de nuevo. –

– . . . ¡¿QUÉ?! ¡no! ¡obviamente no! ¡se supone que estoy en la jodida lucha de no querer estar colgado contigo y- . . y-! . . ¡simplemente no! -

Le tomaría de sus hombros, haciendo que el más bajo retrocediera junto con él; el aire no tardaría en cerrar la puerta con su fría brisa de madrugada. Su boca temblaba al igual que sus piernas ante la inesperada y ruda acción del recién llegado, ¿qué no se suponía que el salvaje era él?