𝐄𝐥 𝐀𝐥𝐜𝐨𝐡𝐨𝐥 𝐇𝐚𝐜𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐚𝐯𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬

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𝐒𝐞𝐩𝐭𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝟏𝟗𝟖𝟔

Las críticas aturdían al afeminado afromericano, casi un mes que su tan esperado filme había sido lanzado a todas las pantallas de Estados Unidos y el resultado no fue para nada lo que esperaba.

La gente y televidentes repetían sin cesar lo boba, aburrida y absurda que la película había sido. Parecía que las palabras de Michael realmente acertaron, y el pensar en eso sin duda lo molestaba aún más de lo que ya estaba.

Sin pensarlo dos veces, se levantó de la orilla de su destendida cama, tomo una chaqueta de traje negra y dejo su anaranjada camisa  desabotonada, siendo sinceros, el aspecto no era algo que fuera de su importancia en esos momentos.

Subió a su vehículo y condujo buscando el primer club nocturno con el que se cruzará, pues quizá un par de copas, las luces neon y la música a tope, lo harían perderse de sus pensamientos, al menos por unas cuantas horas o lo que quedaba del día, pues la noche había caído ya.

Al llegar, paso casi desapercibido, pues además de contar con una baja estatura, el lugar era obscuro y debido al día, un sábado por la noche, esté se encontraba aún más lleno de lo habitual.

Tomo asiento frente a la barra y recargo ambos codos sobre está, esperando a que alguien llegase a pedir su orden, y así fue. Mientras que esperaba la llegada de su cara botella de Vodka, giró su mirada dando un vistazo a su alrededor, quizás buscando a alguna chica guapa o algún otro hombre depresivo con el cual congeniar.

Apenas escucho el vibrante sonido del frágil recipiente de su bebida, llevo nuevamente su mirada a la barra, para luego vertir un poco de esta en su pequeño baso de cristal, su mirada miro disimuladamente a su lado derecho por puro reflejo, pues alguien había tomado lugar a su lado.

«Vaya suerte de mierda traigo» Paso aquel pensamiento al mirar al rizado moreno a su lado, el cual se encontraba con la mirada totalmente clavada sobre la rojiza mesa y ambos codos recargados recogiendo sus mejillas. Alguien al parecer alguien no había pasado un buen día, justo como él.

Ni el ni sus problemas eran de su importancia de igual modo, así que tomo su botella y su baso e intento bajar de su asiento lenta y silenciosamente.

Pero nuevamente, su mala suerte se hizo de las suyas y un paso en falso hizo que casi resbalara de aquel asiento, lo que hizo que por segunda vez tomara postura en su lugar y soltará un fuerte suspiro de alivio, lo cual llamo la atención de Jackson.

—¿Prince?—

—Eh?!... Tú ni me hables! no quiero ni verte— Hablo el otro con molestia y en efecto, sin llevarle tan siquiera la mirada.

—Bien, entiendo. De igual modo yo tampoco quiero— Respondió el menor de forma seca, girándose con su atención perdida por algún otro lado.

Aquel comentario sin duda no se lo esperaba, fue tan, pero tan extraño, que Prince no evitó mirarlo con confusión ¿Tan malo habrá sido su día?

Se sentía estúpido por lo que estaba por hacer, pero no podría irse tranquilo si no sabía por qué el hombre que parecía sonreírle a la vida 24/7 se encontraba en un bar un fin se semana, solo y con una alta cara de depresión.

—¿Puedo preguntar qué te sucede?...—

Y como era de esperarse, Michael inmediatamente volteo, soltando un leve suspiro y cruzando sus brazos sobre la barra al frente.

—Bueno... Verás, debes recordar el perfecto álbum que estrene hace unos meses...—

—No—

𝙺𝚒𝚜𝚜 | Prichael |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora