𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝

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𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 𝟏𝟗𝟖𝟔

Un mes después de aquel borroso día, ambos, sin idea de absolutamente nada de lo que había sucedido, intercambiaban llamadas mucho más a menudo, lo cual era extraño, pues de alguna manera a Prince ya no le molestaba "tanto" el escuchar la aguda voz del otro tan seguido.

Ese día, un Martes por la noche, el morocho se encontraba recostado sobre las desordenadas sábanas de su cama, con las bocinas del teléfono contra su cuello y a la par que enredaba sus dedos por el largo cable enrollable de este.

—El Viernes es 31 de Octubre ¿Sabes que significa eso Prince?— Pregunto Michael con emoción.

—No— Respondió el contrario mientras que recargaba una pierna sobre la otra —Dejame adivinar... ¿Irás a misa con tu madre?—

—Eh... No? ¡Es Halloween!—

—Ajá ¿Y? ¿No sé supone que eres testigo de Jehová? Es pecado festejar—

—Yo... Realmente no estoy tan seguro de si seguir perteneciendo a esa religión... Es muy limitante... Y yo quiero salir a pedir dulces—

Prince inmediatamente soltó una carcajada, dejando caer su nuca lentamente contra la plateada almohada sobre su cama —¿Pedir dulces? Estás muy grandecito para eso ¿No crees?—

—O hacer una fiesta con alguna temática terrorífica, yo que sé, pero quiero divertirme y disfrazarme de lo que yo quiera. Ayúdame a armar un pequeño evento... así también servirá para estrenar mi nueva adquisición—

—¿Tu nueva qué? ¿Acaso te compraste una botarga de Mickey Mouse?—

—No es una mala idea ¡Pero no! A eso no me refiero— Suspiro levemente —Me mudé de la casa de mis padres, tengo mi propio hogar ahora—

Los ojos de Prince se abrieron como platos, enderezándose rápidamente sobre su cómodo lecho —Wow... ¿Hablas enserio? ¡Debe ser todo un penthouse!—

—Sí, algo así—

—Bien, bien, te ayudaré con tu fiestita, te visitaré en tu nueva mansión el Jueves ¿Bien?—

Una sonrisa esbozo el rostro del menor completamente —Bien ¡Más que bien! ¡Gracias Prince!—

—Sí, sí, ahora ya duerme, que si no tus ojeras se harán más negras que tu piel—

—Eh... Sí, en eso estoy, tu igual deberías hacerlo— Se escuchaba un poco de interferencia, quizá solo eran los sonidos de su bocina golpeando contra alguna manta.

—Claro. Descansa Jackson—

—Descansa Prince— Devolvió este con su dulce voz, para que luego el otro colgara segundos después.

Dejo el aparato en su lugar y nuevamente se dejó caer sobre sus sábanas, poso ambas manos tras su nuca y cerró sus ojos, quedándose dormido en instantes.

• • •

Dos días después de aquella llamada, Prince se levantó de ánimos, sabiendo que lo único que haría ese día sería visitar a su "amienemigo" a su nuevo hogar.

Se cambió, se perfumó, y se peino, tomando de su cocina una simple manzana verde como desayuno, para finalmente salir de su casa cubriendo su mirada del fuerte sol de la mañana.

Subió a su morada motocicleta y comenzó su largo viaje hacía la nueva casa de Michael. Paso aproximadamente una hora desde que había comenzado su andanza y el camino por delante lo confundía cada vez más, menos coches se miraban por la carretera, al igual que pocas casas a su alrededor, todo iba tomando un ambiente mucho más rural y pastoso, como si se tratara de un rancho.

𝙺𝚒𝚜𝚜 | Prichael |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora