La busqueda

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Musashi propuso dos días de descanso, sugiriendo que aprovecharan para disfrutar de la naturaleza. Los dos maestros y el discípulo se embarcaron en una jornada de pesca y cabalgata por el frondoso bosque que rodeaba el dojo. La risa resonaba entre los árboles mientras compartían historias y disfrutaban de la serenidad del entorno. En uno de esos días, mientras descansaban junto a un río, Haruka aprovechó la oportunidad para preguntar a Musashi sobre su pasado. Con la mirada perdida en el horizonte, Musashi comenzó a relatar su primer duelo a la edad de 13 años.

"Fue un amanecer envuelto en neblina. Arima Kihei, un guerrero experimentado, fue mi adversario. Ambos estábamos ansiosos por demostrar nuestra valía. Los árboles testigos y el viento susurrando en el bosque creaban una atmósfera cargada de expectación." Musashi continuó describiendo cada movimiento en el combate, la danza de las espadas entre dos jóvenes decididos. La tierra bajo sus pies, el sonido de las hojas crujientes, todo formaba parte de la sinfonía de aquel enfrentamiento. "Fue un duelo agotador, pero finalmente, logré desarmar a Arima Kihei. A partir de ese día, supe que mi camino estaba marcado por el arte de la espada y la búsqueda de la verdadera maestría".

Haruka escuchó con admiración, imaginando la escena en su mente. Musashi había enfrentado su destino desde una edad temprana, y sus experiencias resonaban con la misma determinación que ahora veía en su propio reflejo.

Después de esos días de descanso, vuelven al dojo...

El aire vibraba con una tensión palpable en el antiguo dojo mientras Musashi y Hiroshi Sensei compartían miradas profundas. La decisión de emprender la búsqueda de la Espada Celestial pendía en el aire, y la responsabilidad de Haruka pesaba en los hombros de Musashi. Hiroshi Sensei rompió el silencio, "Musashi, el momento ha llegado. Haruka ha demostrado un control impresionante del Chi y ha perfeccionado la Postura de la Piedra. Está preparado para emprender este viaje. Pero debes recordar, la búsqueda de la Espada Celestial es peligrosa, llena de desafíos y espadachines habilidosos. La decisión está en tus manos".

Musashi, con una mirada profunda, reflexionó sobre las palabras de Hiroshi Sensei. Sabía que Haruka había crecido considerablemente durante su entrenamiento, pero también entendía los riesgos involucrados en la búsqueda de la espada legendaria. "Hiroshi, sé que Haruka está listo, pero también soy consciente de los peligros que enfrentaremos. ¿Estás seguro de que este es el momento adecuado?"

Hiroshi Sensei asintió solemnemente, "Musashi, Haruka ha alcanzado un nivel en el que puede enfrentar los desafíos del camino. Pero recuerda, la decisión final debe ser suya. Él es tu discípulo, y este viaje forjará su destino".

Con determinación en sus ojos, Musashi se dirigió hacia la zona de entrenamiento donde Haruka estaba practicando. "Haruka, ha llegado el momento de que tomes una decisión trascendental. Hiroshi y yo estamos listos para emprender la búsqueda de la Espada Celestial. ¿Estás dispuesto a unirte a nosotros en este viaje?"

Haruka, sorprendido pero emocionado, asintió con determinación. "Sensei Musashi, estoy listo. He esperado este momento y estoy ansioso por enfrentar los desafíos que nos esperan en la búsqueda de la Espada Celestial".

Musashi sonrió, orgulloso del crecimiento de su discípulo. "Bien, Haruka. Pero debes entender que este viaje no será fácil. Encontrarás espadachines talentosos, algunos de buen corazón y otros cuyo camino ha sido desviado por la codicia y la ambición. ¿Estás preparado para enfrentar estos desafíos?"

Haruka asintió con seriedad, "Lo entiendo, Sensei. Estoy listo para asumir los desafíos y proteger el legado de las artes marciales".

Hiroshi Sensei intervino, "Haruka, este viaje no solo te dará la oportunidad de perfeccionar tus habilidades, sino también de enfrentar pruebas que pondrán a prueba tu carácter. Aprenderás no solo de la espada, sino también del camino que eliges seguir". Con la decisión tomada, Musashi, Hiroshi Sensei y Haruka comenzaron a prepararse para el viaje. Se despidieron del antiguo dojo, listos para enfrentar los desafíos y revelaciones que les esperaban en la búsqueda de la Espada Celestial. La prometedora aventura marcaba el inicio de un nuevo capítulo en sus vidas.

A pesar de la emoción que acompañaba al inicio del viaje, el entusiasmo de Haruka se desvaneció rápidamente después de unos minutos de caminar sin rumbo aparente.

Haruka, impaciente, finalmente explotó: "¡Espera un momento! ¿Alguien tiene alguna idea de a dónde estamos yendo?"

Musashi, con una risa profunda, le dio una palmada en el hombro. "Tienes razón, joven Haruka. Estábamos tan emocionados por comenzar que olvidamos un pequeño detalle: ¿A dónde vamos?"

Hiroshi Sensei sonrió ante la situación. "Tienen razón, chicos. Me emocioné tanto con la idea de buscar la Espada Celestial que olvidé mencionar un pequeño detalle. Antes de sumergirnos en la búsqueda, necesitamos visitar a alguien que puede guiarnos. Un anciano que vive en las faldas de la montaña, al inicio de la ciudad del dojo".

Con una mezcla de esperanza y escepticismo, se dirigieron hacia la montaña en busca del anciano. Llegaron a una pequeña cabaña en la que se encontraba el anciano, un hombre de aspecto descuidado y la mirada perdida.

El anciano los miró con sospecha. "¿Quiénes son ustedes y por qué están en mi propiedad?" preguntó de manera confusa.

Hiroshi Sensei trató de mantener la calma y le explicó que venían en busca de información sobre la Espada Celestial. Sin embargo, el anciano no recordaba a Hiroshi en absoluto y, en lugar de responder, soltó una serie de insultos humorísticos.

Haruka, desconcertado, hizo una mueca divertida mientras Musashi apenas podía contener la risa. "Parece que hemos llegado a la cabaña del anciano equivocado", bromeó Musashi.

Hiroshi, con paciencia, recordó al anciano sobre su encuentro anterior y cómo le había contado sobre la Espada Celestial. Al principio, el anciano seguía confundido, pero cuando Hiroshi mencionó que era el Sensei del dojo en la cima de la montaña, sus ojos se iluminaron de repente.

"Ah, Hiroshi-san, el tipo de la montaña. ¡Vengan, vengan! ¿Qué quieren saber sobre esa espada celestial?" exclamó el anciano con entusiasmo, olvidando momentáneamente sus insultos previos.

Sentados en el suelo de la cabaña, Hiroshi Sensei les contó sobre su anterior encuentro con el anciano y cómo había compartido la historia de la Espada Celestial. Entonces, el anciano, con un brillo de sabiduría en sus ojos, les habló de la montaña sagrada en la ciudad de Fukui del clan Yoshikage.

"En la montaña sagrada, encontrarán una flauta ancestral. Cuando la toquen, resonará la dirección del guardián, el protector de la Espada Celestial. Él les proporcionará pistas y sabiduría esencial sobre el camino correcto a seguir para conseguirla", explicó el anciano de manera turbia pero sabia.

Con la información en sus manos, Musashi, Hiroshi Sensei, y Haruka se levantaron de la cabaña del anciano, preparados para dirigirse hacia la ciudad de Fukui y descubrir el eco del guardián de la Espada Celestial.

Con la información en sus manos, Musashi, Hiroshi Sensei, y Haruka se levantaron de la cabaña del anciano, preparados para dirigirse hacia la ciudad de Fukui y descubrir el eco del guardián de la Espada Celestial

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