♡ : CAPÍTULO XXXI

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La vida doméstica que habían empezado hace algunos días era algo sencilla, se acoplaron de una increíble manera.

Con ayuda de los chicos, Changbin, Félix y Chan habían adornado con luces navideñas alrededor de toda la casa y por dentro de ésta; también pusieron un gran pino que Hyunjin había adornado con Jeongin.

Los desayunos los preparaban entre ambos, Jeongin había aprendido que Hyunjin desayuna unos huevos estrellados con tocino y jugos de frutas , Jeongin huevos revueltos con un café claro.

Contrataron a una señorita para la limpieza de su hogar, era beta y se llamaba Juhyun, tenía alrededor de treinta y cinco años, era originaria Japón; una dulzura de mujer que a la joven pareja les cayó de maravilla, fue recomendada por Irene.

Pero ese era un breve resumen, lo más importante pasaba hoy, pues el cumpleaños de Jeongin, noche buena y también navidad.

Quizás esta sería una navidad muy diferente a todas las demás que Jeongin hubiera tenido, siempre se la pasaba con su padre, junto a Soyeon, de la que no ha sabido nada desde hace tiempo, después de todo... se preocupaba por ella y qué fue de ella después de que Haneul fue encarcelado.

Pero su alfa estaba allí junto a él, tratando de hacerlo feliz, sin saber que ya lo era estando junto a él.

Lo despertó con muchos besos y un desayuno en la cama, también se habían dado una breve ducha juntos y después salieron al supermercado a comprar algunas cosas que faltaban para la cena.

Jeongin descubrió que a Hyunjin le gustaban mucho las navidades, quizás estaba el doble de emocionado porque también era el cumpleaños del amor de su vida.

—¿Qué te parece? —preguntó Hyunjin, quien estaba con un mandil cubriendo su ropa limpia, tenía en sus manos una bandeja de panquesitos que había horneado, una receta especial que Irene le había enseñado.

—Huelen deliciosos, alfa —dijo Jeongin sonriendo, quien ya tenía la mesa servida con los platillos de esa noche.

—Está bien amor, cene... —Hyunjin fue interrumpido cuando el timbre de su hogar sonó, frunciendo el ceño cuestionó a Jeongin. — ¿Invitaste a alguien, Innie?

—No, Changbin está junto a Félix en Australia, Chan dijo que también viajaría a Australia, ¿no? —musitó Jeongin seguro de sus palabras — Y Juhyun la pasaría con su familia.

—Veré quién es —habló Hyunjin, quitándose el mandil y caminando hasta la puerta, su omega fue tras de él, el timbre volvió a sonar.

Al abrir la puerta, Hyunjin gruñó levemente, tensando su mandíbula y poniéndose recto, Jeongin quien llegó detrás de él, sintió que el aire abandonó sus pulmones.

Era Soyeon.

—Su-Innie... —dijo ella en voz baja.

El omega sentía su corazón quebrarse en el momento en que la vio, fueron demasiados años en los cuales ella cuido de él, quizás no fue la mejor, pero ella estaba ahí... siempre tan preciosa, maquillada, tratando de ser perfecta. Ahora, quizás no la hubiera reconocido si hubiera pasado más tiempo. Tenía sus cabellos maltratados, ojeras notables, sus ojos ya no tenían aquel brillo, sus labios pálidos, su cuello... la marca que tenía en vez de cicatrizar resultaba líneas negras, su marca se estaba pudriendo y con ello... ella también.

Hyunjin giró a ver a su omega, que tenía una expresión de tristeza en su rostro, entonces, el alfa relajó sus gestos.

—¿Qué te ha pasado? ¿Qué buscas? — cuestionó Jeongin con voz suave, no podía ser grosero, no podía.

—Jeongin... necesito tu ayuda, por favor —rogó la omega.

—¿Jeongin? —preguntó Hyunjin.

—Si vienes aquí con mentiras Soyeon, créeme que...

—Jeongin, estoy muriendo, necesito tu ayuda para retirarme esta marca, me está consumiendo viva... Haneul está muerto, lo asesinaron a la semana estando en prisión, lo sentí, él está muerto y me está llevando con él —dijo Soyeon.

Hyunjin sintió su corazón acelerarse, pero esta vez no se iba a doblegar, empezó a gruñir desde su pecho y sus colmillos sobresalieron.

—Eso a mí no me importa, lárgate, quiero que desaparezcas de nuestras vidas, de la mía más que nada, por ti... — gruñó — Por ti, mi madre sufría un calvario, por ti mi padre jamás pudo intentar amarla porque siempre estabas presente, aun cuando ella huyó, cuando Woobin te ofreció todo seguiste acostándote con mi padre, ¿querías su marca? Ahí la tienes, ¿mi padre murió? Qué bueno, robaba demasiado oxígeno en el mundo, no pidas misericordia Soyeon, que aquí no la obtendrás —exclamó Hyunjin, azotando la puerta de su hogar frente a la omega que rogaba por su ayuda.

El alfa entreabrió sus labios, tratando de calmarse, solo sintió una pequeña lagrima deslizarse por su mejilla.

—Jeongin... no quiero que la ayudes, no quiero... solo, te pido eso omega, por favor —pidió Hyunjin con un leve dolor de cabeza que comenzaba a expandirse.

—No lo haré amor, tranquilo, ¿sí? Ven vamos a cenar, por favor —musitó Jeongin, quien al tocar la frente de su alfa lo sintió muy caliente, también el alfa empezaba a sudar bastante.

—Mmm, omega — gruñó Hyunjin — Dioses, tu aroma — volvió a gruñir.

—¿Mi-Hyunjin? —cuestionó Jeongin.

—Jeongin... creo que... creo que — balbuceaba el alfa.

—Hyunjin, amor... ¿Cuándo era tu celo? —preguntó Jeongin algo nervioso, jamás había estado con un alfa en celo, mucho menos uno puro.

—Se supone que, en una semana, pero ¡Ahg! — gruñó Hyunjin cuando el aroma de Jeongin empezó abrumarlo.

Jeongin trago saliva, el celo de su alfa había llegado, eso significaba también otra cosa, esa noche Hyunjin podría marcarlo.

—Mierda, mi celo... omega, por favor — gruñó Hyunjin, buscando el tacto del menor.

—Vamos a nuestra habitación, ¿entendido? Guardaré la comida y subiré enseguida mi amor —dijo Jeongin — ¿puedes esperarme unos minutos? después te voy a ayudar a aliviar tu dolor alfa.

Hyunjin asintió con la cabeza, caminando lentamente hacia la habitación mientras Jeongin se apresuraba a la cocina a guardar todo.

Bueno, después de todo tendría un excelente regalo de cumpleaños.


In Love With You ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora