猫的喵¹ [ Minlix ]

D O S

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Minho metió los pulgares en los bolsillos de sus pantalones vaqueros negros y miró como Kim Felix chisporroteaba. El hombre era divertido y una parte distante de él se entristeció, porque quizás tendría que eliminarlo, pero Felix era un testigo, daños colaterales. Tenía que hacerse.

—No es muy agradable burlarse de la gente, Sr. Lee. Fui honesto sobre mi empleo. Sea educado siéndolo igualmente conmigo.

—¡Oh! Estoy siendo honesto contigo, Felix. Soy un asesino.

Minho no se sorprendió cuando los ojos verde musgo del pequeño hombre se pusieron como platos. Lo esperaba. Lo que no esperaba, era la forma cuidadosa en la que Felix lo miró de arriba abajo, como si buscara algo, quizás un arma.

—¿Estás aquí para matarme?

Bueno, eso era ir directo al grano.

—Es posible.

La frente de Felix se arrugó cuando frunció el ceño.

—¿Debido a que he visto tu cara?

—Sí —respondió Minho, a pesar de que lo sorprendió con su rápida conclusión. Sin embargo, no permitió que su sorpresa se le notara en su rostro. Sólo miró a Felix en silencio mientras el hombre juntaba sus manos frente a él.

—¿Te llevarás a mi gata?

Minho casi deja caer su mandíbula mientras miraba a Felix pasmado. —¿Estoy aquí para matarte y quieres saber si me llevaré a tu gata?

—Preciosa se enoja mucho si la dejo sola mucho tiempo. Ella puede hacer un lío. —Se apresuró Felix a través de la habitación hacia la esquina, agachándose recogió al mayor gato mestizo de pelo largo que Mnho hubiera visto nunca. ¿Esa era Preciosa? Parecía que podía comerse todo un trozo de carne de vacuno por si misma y aún tener hambre.

—Es una chica muy buena —continuó Felix mientras llevaba al enorme gato hacia Minho—. Tengo la comida para ella y todo eso. Podría hacer las maletas para que te la lleves junto con su cama, mantas y juguetes. No tomaría mucho tiempo, te lo prometo.

—Felix, estoy aquí para matarte —dijo Minho lentamente en el caso de que el hombre, no lo hubiera entendido—. No estoy aquí para hacerme amigo de tu gata.

—Pero...

—¡Felix!

Minho no podía creer que estuviera teniendo esta conversación con un objetivo potencial. Los chicos en la agencia se estarían partiendo el culo de la risa, si pudieran verlo ahora mismo.

—Está bien, entiendo. —Minho frunció el ceño cuando la voz de Felix titubeó un poco—. Me imagino que tienes que viajar mucho por tu trabajo y realmente no tienes tiempo para un gato. ¿Si hago las maletas con sus cosas, la dejarías en el piso de abajo el de la señora Turner? Podrías dejarla delante de la puerta de la señora Turner. Preciosa tiene un trasportín a pesar de que no le gusta utilizarlo.

—Felix, no voy a hacer nada por tu gata.

—Pero, podrían transcurrir varios días antes de que alguien descubra mi cuerpo. —Felix agarró a la gata contra su pecho hasta que ella dejó escapar un maullido de protesta—. Preciosa podría morirse de hambre.