Una oportunidad

35 2 0
                                    

Narra Elena;

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Narra Elena;

—Nos vamos.— hablé decidida al volver donde estaban los demás. —No seas aguafiestas, lo bueno apenas comienza.— Damián al parecer se estaba divirtiendo. —Entonces vente tú Lara.—  —Yo me quedaré un poquito más.— Gael me miró con una mueca para después hablar. — Por eso te elegí a ti Lary.— le dio un beso en la cabeza.

—Entonces yo me voy.— salí del lugar caminando hacia la carretera, mientras caminaba estaba pidiendo  un Uber.  Esperé cinco minutos hasta que llegó el auto. —Buenas noches.— me metí en el auto cerrando la puerta, hasta que veo entrar por la otra puerta a León.  —Puede arrancar.— el conductor le hizo caso.  —Que es lo que buscas?— intenté no mirarlo, mirando hacia la ventana.

—Necesito que me des una oportunidad y que veas que soy diferente a ese tipo de grupo con el que me junto.— se calló por un momento pero después siguió hablando. —Al menos vayamos conociéndonos hasta que sientas algo por mi.—  — No sé León... apenas acabas de romper con Esmeralda.— a este no le importo para nada lo que le dije siguió con lo suyo.

—No me importa Esmeralda, me importas tu.— —León...— Dejé de hablar porque el conductor nos había interrumpido, los dos lo miramos.— Perdón que os interrumpa pero a donde os tengo que llevar?— — A la calle *****.— este asintió dejándonos seguir con nuestra conversación. — Al menos piénsatelo.— no le dije nada volviendo a mirar el paisaje desde la ventana. Después de quince minutos de silencio ya había llegado, antes de salir del coche me atreví a lo que jamas pensé que saldría de mi boca.

—Tienes razón, vayamos conociéndonos.— León sonrió de oreja a oreja. —Que quede claro no somos nada, solo quiero conocerte.—  le devolví la sonrisa cerrando la puerta. Esperé a un lado viendo el coche marcharse. Voltee mi cabeza un poco y vi como la silueta del vecino raro se acercaba. —Ay no...— me di la vuelta para entrar pero este chillo mi nombre.— — Elena, espera!—

—Que necesitas David a las una de la noche?— Este me agarró de los hombros como si el y yo tuviésemos tanta confianza. —Que hacías de nuevo con ese tipo?— aparte sus manos de mis hombros. —No le vayas a decir a nadie de que me has visto con el.—  —Pues intenta no verte con el Elena, Elena.— repitió mi nombre dos veces como si no lo hubiese oído. —Buenas noches.— me giré para poder entrar de una vez.

—Te diré algo, soy muy celoso y no me gusta verte con tipos como el.— lo ignoré abriendo la puerta de una vez, no paraba de decir estupideces. —Que no se te olvide!— cerré la puerta en todas sus narices sigilosamente.  Subí las escaleras sin hacer mucho ruido, no quería despertarlos. Al entrar en mi habitación una sonrisa tonta se dibujó en mi rostro, no se porque pero mi corazón había empezado a latir.

—León.— y sin querer dije su nombre con una estupida sonrisa. ¿Que me pasaba? — No digas tonterías Elena.— me dije a mi misma reaccionando a lo que había dicho antes. 

Narra Lara;

Todos se habían ido, solo quedábamos Carlota, Simón, Gael, Damián y yo. —Cariño, ven nos vamos.— Extendió su mano Gael...pensé que se refería a mi pero se me fue esa idea de la cabeza al ver que Carlota lo agarró de la mano. Mi rostro cambió por completo, ellos dos se iban a ir pero los interrumpí. — Gael y yo que?— este hizo una sonrisa de lado. — Como que, y tú que?— La Niña mimada empezó a reírse en voz baja. 

—Mejor déjanos en paz.—  —Vete a casa por tu cuenta Lara, no soy tu guardaespaldas.— los dos se miraron entre sí con una sonrisa, ya no dije nada dejé que se fueran en el coche.  —Que gran rechazo te dio amiga.— habló borrachos Damián, apestaba a alcohol hasta aquí, apenas se podía mantener en pie.  —Mejor cállate.— dije en un tono serio. —Mejor te llevo yo.— Simón ni espero a que aceptase su propuesta me abrió la puerta del auto. Yo lo miré parpadeando dos veces.

—Venga, sube.— Damián fue el primero en subirse, no se como lo hizo pero se subió.  —Está bien.— al final acepte que nos llevase el. Su auto olía a menta y apenas se escuchaba la música, lo miré un poco... se veía tan atractivo manejando, cállate conciencia, recuerda que tienes novio. —Porque sales con el imbecil de Gael?— preguntó muy concentrado en la carretera.

—Porque me gusta.— no se porque Simón no dijo nada. De repente se volvió un silencio incómodo hasta que decidí subir el volumen de la radio. —Es mi canción favorita.— Tararee un poco, el me sonrió mirándome un poco para después hablar. —Porque eres tan perfecta?— me hice la sorda, no sabía que responderle ante eso, yo tenía pareja. —Que dijiste, no te escucho!— subí aún más el volumen de la música.

Sonrió sin mostrar los dientes, llegamos rápidamente, me bajé del auto agradeciéndole por habernos traído. Abrí la puerta trasera bajando a Damián del auto como pude, Simón al ver que no tenía mucha fuerza me ayudó con el llevándonos hasta la puerta. —Buenas noches, Lara.— solo le sonreí y entré en la casa, me incomodaba que me mirase tanto, al fin y al cabo yo tenía novio. —Hasta mañana.— Cerré la puerta quejándome de Damián.

—Agh pesas mucho.— el balbuceo cayéndose al suelo. — Solo bebí un poco.— Intenté levantarlo cómo pude y luego subimos las escaleras poco a poco, lo dejé en su habitación y luego me fui hacia la habitación que compartía con Elena.  Al entrar ella ya estaba durmiendo, yo hice lo mismo pero antes me cambié de ropa y me tumbé.

Love  Destined Donde viven las historias. Descúbrelo ahora