¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sol de la mañana brillaba sobre el patio de entrenamiento, haciendo que la arena reluciera como oro pálido. Jaehaerys sostenía una espada de práctica con ambas manos, sus pequeños dedos aferrándose con firmeza al cuero desgastado de la empuñadura. Frente a él, Ser Criston Cole lo observaba conpaciencia, su postura relajada pero atenta.
━━ Mantenga la guardia alta, príncipe━indicó criston, moviendo la espada en su mano como si de un juego se tratará━. Sus brazos deben estar firmes, pero sin tensión. Si se rige demasiado, perderá movilidad.
Jaehaerys asintió y trató de corregir su postura. Era un niño de siete años, delgado pero con el porte digno de su linaje. Su cabello plateado brillaba bajo la luz del sol, y sus ojos lila estaban llenos de concentración. Dio un paso adelante, lanzando un corte torpe, que Ser Criston bloqueó con facilidad, después de esta lección podría descansar un poco.
━━ Bien -murmuró el caballero━. Pero no se adelante demasiado, o se desequilibrará. La paciencia es tan importante como la fuerza.
Jaehaerys asintió de nuevo. Su mente era disciplinada para su edad, y aunque su cuerpo aún no tenía la fuerza de un guerrero, mostraba determinación, que desde pequeño se le fue inculcada al portar sangre real.
Pero la tranquilidad del entrenamiento se rompió con la llegada de Aemond, el hermano de su padre.
El joven príncipe avanzó con pasos firmes, su capa negra ondeando tras él. Su presencia impuso silencio en el patio, y su ojo frío y afilado como el acero se clavó en la escena ante él, Jaehaerys tragó duro, nunca se sentía cómodo realmente en su presencia.
━━ ¿Así entrenas a un príncipe, Cole?━preguntó con tono seco━.. ¿Con cortes suaves y lecciones sobre paciencia?
Criston se giró levemente, pero no mostró sorpresa ni molestia, solo duda.
━━ El príncipe Jaehaerys aún es un niño, mi príncipe.
Aemond soltó un resoplido y caminó hasta ellos. Sus botas crujieron sobre la arena mientras observaba a su sobrino con una mirada crítica.
━━ Un Targaryen ━corrigió━. Y si la historia nos ha enseñado algo, es que los niños de nuestra sangre no pueden permitirse ser débiles.
Jaehaerys lo miró en silencio. No era un niño temeroso, pero tampoco estaba acostumbrado a la dureza de su tío, era incómodo, un aire tenso que solo aemond lograba imponer con su sola presencia.
━━ Dámela━ordenó Aemond, señalando la espada de práctica.
Jaehaerys obedeció sin dudar, entregándole el arma. Aemond la sostuvo con una sola mano y la giró con facilidad.