No quería salir de la habitación. La luz del sol ya se veía a través de la ventana y eso significaba que los hermanos Snow esperaban por mí. Solo pensar que debía bajar y mirar a la cara a Austros y Caelus hacía que un escalofrío me bajase por la espalda. Maldita sea la hora en la que me convertí en una persona tan curiosa.«Te habían dado una orden, Bianka,una simple orden. No salgas de la maldita habitación, pero como siempre tienes que meterte en problemas.»
Me acurruqué más debajo de la sábana y cerré mis ojos.
«Quizás ya todos los hermanos sabían de mi desobediencia ayer y ahora esperaban por mi para echarme de patitas a la calle.»
El rostro enojado de Caelus apareció en mi mente, parecía decepcionado y sentí una pequeña opresión en mi pecho. Solté un bufido y patalié en la cama. Tal vez si me quedaba aquí para siempre no tendría que enfrentarlos, pero esa no era una opción. Me había prometido a mi misma seguir adelante sin importar lo que pasase, y si para ello tenía que enfrentarme a los siete hombres que lograban cortarme la respiración, iba a hacerlo.
Salí debajo de las sábanas de un salto. Dos toques en la puerta hicieron que me sobresaltara. Miré a mi alrededor como si al hacerlo pudiese adivinar quien era. La persona volvió a tocar y caminé a pasos lentos a abrirle.
—Buenos días, Bianka —me saludó Deimos al abrirla puerta.
El corazón me dio un vuelco al verlo frente a mi. No parecía enojado, así que intenté aparentar tranquilidad.
—Buenos días, señor —respondí.
No iba vestido elegantemente como acostumbraba, tenía ojeras y su cabello estaba totalmente alborotado. Llevaba un chándal de color gris y una sudadera azul cielo. Sus manos estaban dentro de los bolsillos y su cuerpo parecía totalmente agotado.
—He venido a ver si te encuentras bien, estamos esperando el desayuno, pero no apareces.
—¡Oh, lo siento! —exclamé apenada—. Me he quedado dormida, enseguida bajo a preparar todo.
—No te preocupes, Elais se ha encargado, hoy algunos nos quedaremos en casa, estamos agotados después de la reunión de anoche, solo vine a verificar que te encontrabas bien.
Una sonrisa iluminó su rostro y algo se removió en mi interior. El recuerdo de lo que había pasado unas noches atrás llegó a mi mente y supe que este era el momento perfecto para conversar con él.
—Señor —pudé sentir el calor subir a mi rostro a medida que las palabras abandonaban mi boca—. Quisiera hablarle sobre lo que pasó la otra noche.
Deimos puso una expresión de confusión total y eso hizo que los latidos de mi corazón se aceleraran. ¿No recordaba lo que había pasado?
—¿La otra noche? —preguntó.
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COVET "Siete Corazones Para Bianka"
Storie d'amorePoison Apple es uno de los burdeles de la ciudad. Allí Bianka es vendida por su madrastra a un hombre desconocido, solo que él no cuenta toda su verdad. Ella será su sirvienta pero también la de sus seis hermanos. Era simple, lavar, limpiar y cocina...