sonrisas y servilletas

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La chica, al escuchar esto, encontró muy amigable al joven con el que chocó por accidente.

-O-okay, vamos -dijo algo dudosa.

Ambos se dirigieron a la cafetería para tomar unas servilletas y limpiar la mancha de café.

-Hola, ¿podría darnos unas servilletas? Acabo de comprar un café aquí -dijo Yeonjun muy tranquilo.

-¿Por qué tan formal, Yeonjun? Jajaja -comentó la chica que trabajaba ahí.

-Bueno, estás en el trabajo, Yunsu -le respondió con una pequeña sonrisa.

"Oh, se llama Yunsu", pensó la joven que acompañó a Yeonjun.

-Toma -le dio una servilleta- ¿Algo más, señor? -preguntó con tono burlón.

-Sí, quiero otro café plevella -añadió con un tono igual de burla.

-Okay, ya mismo -contestó.

Los jóvenes se dirigieron a sentarse mientras esperaban su café.

-Oh, lo siento, no me presenté. Soy Choi Yeonjun -dijo él.

-Oh, yo también lo olvidé. Soy Kim Jung Heesang.

El aroma tentador del café llenó el aire cuando la camarera regresó con los pedidos. Yeonjun y Jung Heesang agradecieron y tomaron sus tazas humeantes.

-¿Y Yeonjun, cuántos años tienes? -preguntó Jung Heesang.

-Oh, yo tengo 17, ¿y tú? -contento, el guapo mesitas se limpiaba la camisa con las servilletas.

-Yo también jsjsj.

-Oh, qué bueno. Ahora podemos ser amigos, ¿no? -dijo mesitas, terminando de limpiar un poco la mancha.

-Claro, Yeonjun.

-Genial, ¿y ahora a qué escuela vas?

-Oh, me mudé hace unos días, todavía no voy a ninguna jsjsjs -dijo algo nerviosa.

-Ah, sí, claro. Pues, si no sabes a cuál ir, ve a la que está acá a la vuelta de la esquina. Ahí voy yo y así nos vemos todos los días.

-Oh, claro, lo tendré en cuenta. ¿Querés que traiga una servilleta húmeda? -dijo la joven.

-Ho sí, por favor, que no salga más esta mancha -dijo Yeonjun con gracia.

-Ya te traigo una.

Jung Heesang agarró una servilleta y se fue al baño a mojarla. En el camino, vio cómo Yunsu, la amiga de Yeonjun, la observaba con una mirada tierna pero curiosa. Ni bien la vio, le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.

Volví con Yeonjun después de mojar la servilleta.

-Aquí tienes, Yeon.

-Ay, gracias -dijo para luego proceder a agarrar la servilleta. Se la puso y ya no se miraba tanto.

-Lo siento tanto, Yeonjun, por manchar tu remera, pero al menos ahora somos más amigos, ¿no? Jsjsjs.

Yeonjun recordó repentinamente algo.

-Oh, cierto, tengo que irme. Tengo clases en unos minutos -dijo con una expresión de disculpa.

Jung Heesang sonrió comprensivamente.

-No te preocupes, ya nos veremos de nuevo. ¡Buena suerte en clases!

Con un gesto de despedida, Yeonjun se levantó rápidamente y se dirigió hacia la salida, dejando a Jung Heesang pensando en el encuentro inesperado que había dado lugar a una nueva amistad.

La chica, luego de que Yeonjun se fue, se vio obligada a irse ya que literalmente no conocía nada y ni dinero tenía, así que se dirigió a la salida. Pero una mano le tocó el hombro antes de salir.

-Oye, no eres de por aquí, ¿verdad? Jajaja -le dijo Yunsu, la amiga de Yeonjun.

-No, no lo soy -respondió con una sonrisa.

-Lo supuse. Te vi saliendo de una máquina extraña.

-¿Qué me viste? ¡Ey, qué vergüenza! No le digas a nadie -le dijo apenada.

Entre Dos Mundos Inesperados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora