NO ME OLVIDES

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Permanecieron así durante un buen rato, no se sabe cuanto, pero se comenzó a hacer tarde.

-Quédate aquí- le suplicó el muchacho

-Sabes que no puedo- replicó ella en un susurro

-Te esperaba desde ayer- mencionó en calma acariciándole el cabello, ella sólo desvío la mirada -Creí que no querías venir porque de nuevo te habían hablado mal de mi- la muchacha se incorporó sentándose junto a él sobre la camilla

- No creo poder hacer lo que me pides, Draco-

-¿Porqué?-

-¿Porqué?- cuestionó sarcástica- Por qué son mis amigos, no puedes prohibirme algo así- habló con cierta exasperación

-No lo hago por celos, ni por prohibirle nada, lo hago porque sé que si siguen hablando mierda de mi, otra vez tendrás dudas y discutiremos- inquirió rodando los ojos

-Te he dicho que no pondré de nuevo en tela de juicio quien eres, ¿No confías en mi?- él resopló

-Quisiera poder hacerlo, pero si ellos...- lo besó

-Podrán decir cientos de cosas sobre ti y yo buscaría millones de razones para estar contigo, sin importar nada- el chico le miró y sonrió

-Bien, solo prométeme que si comienzan a decir estupideces no te quedarás a escucharlas- ella sonrió y asintió para después besarlo de nuevo, la puerta de la oficina de Madame Poppy se abrió y la chica se apartó de inmediato poniéndose de pie, la mujer no prestó atención a los jóvenes, comenzó a sacar vendajes de una vitrina para atender a Draco

-Me tengo que ir- él negó con la cabeza y la tomó de la mano haciendo un puchero como un niño pequeño -Debo volver para terminar una tarea y luego sigue la cena, si no voy, podrían sospechar- mencionó a susurros para que la mujer no los escuchara, la realidad es que quería saber lo que había ocurrido con Harry -Vendré a verte mañana temprano- le dió un beso rápido, la mujer se acercó y se despidieron con una sonrisa

Durante la cena no vieron a Harry ni al profesor Dumbledore, se fueron a la cama y a la mañana siguiente, la chica no fue al comedor para desayunar, se dirigió a la enfermería para saber cómo había amanecido su chico.

-¡Buenos días!- saludó efusivamente y lo besó, él sonrió y la abrazó fuertemente, olvidando que estaba herido y eso le hizo dar un respingo al contacto- Cuidado mi amor te lastimas- sonrió

-No me importa nada cuando te miro- la tomó de las mejillas y la besó

-¿Porqué no haz probado el desayuno?- mencionó a modo de reproche observando la bandeja sobre la mesita junto a la camilla

-No tengo hambre, la poción matutina me hace sentir un horrible sabor en la boca-

-Pero debes alimentarte, no puedes estar sin comer-

-Creí que Madame Poppy había ido al gran comedor- habló sarcásticamente esbozando una leve risita, ella frunció el ceño y le apretó una mejilla, el chico apartó la cabeza, sonriendo ampliamente

-Me vas a obligar a darte en la boca- se inclinó para tomar una tostada con mermelada y la colocó cerca del rostro del rubio, quien hizo un mal gesto negando con la cabeza- Anda, no me iré hasta que comas, o más bien me iré, lo que funcione mejor- el jóven rodó los ojos sonriendo y dió un mordida a la tostada que la chica sostenía frente a él, posteriormente le acercó el jugo de calabaza y él bebió para luego darle un pequeño beso en los labios

-Me gustan más tus cuidados que los de madame Poppy- habló pícaramente y le apretó un glúteo a la castaña, la cual dió un leve sobresalto, derramándo un poco de jugo sobre el suelo, ambos rieron y ella dejó el vaso de nuevo en la bandeja, sentándose de frente a él sobre la camilla y pasando su brazo a través del pecho del chico, cruzó sus piernas y él aprovechó para acariciar su muslo por debajo de su falda, ella sonrió y lo miró fijamente- Sin importar lo que pasé quiero que nunca dudes de lo mucho que te amo- le hizo saber, ella le acarició la mejilla dulcemente y lo besó

POSESIVOS (DRAMIONE) (PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora